INFORME SOBRE EL CORONAVIRUS Y EL ATAQUE DE
PÁNICO GLOBAL
14 de
mayo de 2020
La
Presidencia del Consejo Supremo de Paz
Mundial informa sobre la situación de Ataque de Pánico Global que sucede
en casi todo el planeta a causa del liderazgo ineficiente de la ONU y el Secretario
General Antonio Guterres en el manejo de la crisis del Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial es un
órgano autónomo que responde tanto al sistema legal de la Nación Budista como
también tiene el mandato de respetar las libertades fundamentales de toda la
humanidad, actuando como órgano de supervisión ética en el mundo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial analiza las
extraordinarias evidencias provenientes de la Stanford University y de la investigación del científico
epidemiólogo John Ioannidis, confirmándose que las drásticas decisiones que han
tomado muchos gobiernos del mundo entero frente a la epidemia del Coronavirus constituyen sociológicamente un Ataque
de Pánico Global alimentado por el miedo y la ignorancia de los líderes
políticos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cree que
las decisiones apresuradas de los líderes políticos para establecer cuarentenas
ilegales fueron tomadas principalmente por dos razones: la primera es la
presión ejercida por las redes sociales y los medios de comunicación masiva, y
la segunda es la falta de información verdadera sobre la verdadera tasa de mortalidad
del virus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial refuta
los liderazgos políticos de los gobiernos y también de la ONU y la WHO por carecer
de datos académicos serios y un sentido de brújula, lo cual ha desencadenado en
la toma de medidas ilegales, apresuradas y equivocadas que serán mucho más
dañinas que el Coronavirus, pues las cuarentenas y los confinamientos hacen más
mal que bien, causando millones de desempleados y afectando el bienestar
psicológico y la paz social.
El Consejo Supremo de Paz Mundial remarca
que los gobiernos han tomado decisiones irracionales y draconianas sobre la
base de información precaria, pues creían que la mortalidad del virus era entre
el 1% al 4% y decidieron ignorar que tan sólo el 10% de los casos de
Coronavirus presenta síntomas, por lo que el índice real de mortalidad sería
diez veces menor, siendo más bien entre el 0,1% al 0,4%.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
considera históricamente que tanto la Organización
Mundial de la Salud como China han
sembrado el terror en el mundo al reportar una falsa tasa oficial de
mortalidad, entre el 1% al 4%, lo cual condujo a que miles de líderes políticos
y millones de civiles del mundo sufran un Ataque de Pánico Global al creer que
existía un gran riesgo de que se produzca la muerte de 70 a 280 millones de
personas en el mundo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial analiza
los datos provenientes del Diamond
Princess, llegando a la conclusión de que la tasa de letalidad del
Coronavirus es del 1% únicamente en una población mayormente de edad avanzada,
por lo que ese porcentaje no se aplicaría en absoluto para el resto de la
población en general.
El Consejo Supremo de Paz Mundial revalida
a la valiente investigación de John Ioannidis de Stanford University, quien proyectó la tasa de mortalidad del Diamond Princess en la estructura de
edad de la población de un país, llegando a la conclusión matemática de que la
tasa de mortalidad verdadera del Coronavirus sería aproximadamente del 0,12%
(entre el 0,02 y el 0,62), lo cual es similar a la gripe ordinaria y de ningún
modo merece tomar la medida irracional de cerrar el mundo ni producir tremendas
consecuencias económicas y sociales con confinamientos y cuarentenas masivas,
pues de hecho todos los años existen decenas de otros tipos de Coronavirus
dentro de la población sin que sean percibidos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sugiere
que el Coronavirus no es tan mortal como creen los medios de comunicación y los
líderes políticos, ya que un equipo científico de la Stanford University analizó cómo el Coronavirus infectó a la
población de Santa Clara en California, descubriendo que existen miles de casos
no registrados y que las personas se recuperan del Coronavirus sin saber que
estaban infectadas, ya que la tasa de mortalidad del virus es baja, alrededor
del 0,12%, por lo que esta investigación no sólo revalida las previas
conclusiones matemáticas de John Ioannidis sino que también demuestra
científicamente la irracionalidad de las cuarentenas dictadas contra un virus
que es tan peligroso como una gripe ordinaria.
El Consejo Supremo de Paz Mundial coincide
con Ioannidis en que los políticos se han comportado como un elefante que salta por un acantilado y muere al intentar huir de un
simple gato, aunque el Maitriyana considera que la mejor metáfora
científica para describir el comportamiento sociológico frente al Coronavirus
es la de un Ataque de Pánico Global.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
relativiza a la gripe china del
Coronavirus, considerando que si eventualmente todos los portales de
noticias del mundo publicaran un conteo diario de las muertes producidas por la
gripe ordinaria o el resfriado también se generaría pánico masivo global, incluso
si se publicase un conteo diario de muertes por suicidio, pues representan cientos
de miles de muertes en el mundo entero, y lo mismo podría decirse con los
homicidios, femicidios, violaciones y otros fenómenos que son mucho más graves
que el Coronavirus y que se propagan segundo a segundo sin que a nadie le
importe nada.
El Consejo Supremo de Paz Mundial pone en perspectiva a la crisis del
Coronavirus, confirmando que mientras que el Coronavirus ha causado la muerte
de alrededor de 300 mil personas, en cambio, todos los años mueren más de 50
millones de personas por múltiples razones diversas sin que el planeta se
paralice y entre en pánico, entendiéndose que las enfermedades cardiovasculares
producen anualmente la muerte de 17 millones de personas, el cáncer 9 millones
de muertes, el cigarrillo 8 millones de muertes, la diabetes 6 millones, la
contaminación del aire 5 millones, la obesidad 4 millones, las infecciones
respiratorias 3 millones, los accidentes de tránsito 1 millón de muertes, la tuberculosis
1 millón de muertes, el SIDA 900 mil muertes, los suicidios 800 mil muertes, la
malaria 600 mil muertes, las enfermedades causadas por vectores 700 mil
muertes, la gripe 600 mil muertes, y los homicidios 400 mil muertes,
concluyéndose que el Coronavirus es insignificante si se lo compara con este
tipo de enfermedades físicas, psíquicas y sociales.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cataloga al consumo de tabaco como una de las
peores pandemias, ya que mata más de 8 millones de personas por año, por lo que
si los líderes políticos del mundo realmente quisieran salvar vidas entonces deberían
prohibir el consumo de este mal que mata millones de personas cada año y que
incluso matará muchas más personas que el Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial razona
que las cuarentenas, el distanciamiento social y los bloqueos son medidas
extremas e ineficaces, incluso impidiendo generar inmunidad colectiva de
rebaño, motivo por el cual los presidentes que más han sido atacados por los
medios de comunicación por su posición
inicial sobre el Coronavirus, como Trump, Bolsonaro y Johnson, junto con
países liberales como Suecia y Holanda, serían los líderes que más
correctamente se posicionaron frente a la pandemia, ya que no formaron parte
del Ataque
de Pánico Global, promoviendo la apertura de escuelas y mantención de los
puestos de trabajo en lugar de promover un suicidio
colectivo con las cuarentenas y los confinamientos masivos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial dice que
los sistemas de salud de algunos países a lo largo del mundo se ven abrumados
por el Coronavirus únicamente porque los líderes políticos no han invertido en
salud pero sí han invertido en armamentos, pues la salud nunca ha sido una
prioridad para los líderes políticos corruptos y autoritarios, por lo que todo
desborde sanitario no se debería a la gravedad de la gripe china Coronavirus sino más bien a la ineficiencia del sistema
hospitalario global que no brinda servicios adecuados a la población.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
manifiesta que las tragedias han ocurrido y seguirán ocurriendo de forma
inevitable durante todo el transcurso de la historia, al igual que sucedió con
la gripe española de 1918 que produjo
decenas de millones de muertos en todo el mundo pero luego la vida humana
siguió, por lo que la civilización debe simplemente mantener la tranquilidad y seguir
liderazgos éticos y altruistas llenos de sabiduría compasiva, y no debería detener
su fluir con bloqueos y cuarentenas promovidas por líderes políticos llenos de
miedo e ignorancia que pueden llegar a destruir
el tejido social tal y como ha advertido el científico Ioannidis.
El Consejo Supremo de Paz Mundial percibe
que las peores epidemias son las epidemias
morales y no las epidemias biológicas, tal y como señaló Camus, por lo que
el egoísmo y el miedo de los líderes políticos los ha llevado a intentar
salvarse a sí mismos por medio de una balsa que requiere hundir a los demás,
todo lo cual muestra que la pandemia del Coronavirus despierta emociones
incomprensibles e inseguridades, generando un Ataque de Pánico Global
que sólo puede ser remediado por medio de valores espirituales que dan un
sentido a la vida y a la inevitabilidad de la muerte, permitiendo alcanzar la
Cura (Nirvana) del sufrimiento en el aquí y ahora.
El Consejo Supremo de Paz Mundial entiende que este Ataque de Pánico Global es producto de la falta de liderazgo
internacional de la ONU, la cual es un marco institucional intergubernamental
totalmente inmoral y ficcional que incluso ha cometido Crímenes contra la humanidad de forma sistemática y generalizada y
que ha sido cómplice de las peores violaciones a los derechos humanos, pues si
existiese un consejo de líderes sociales éticos a nivel global entonces
cualquier situación de emergencia o crisis sería enfrentada con atención plena,
sabiduría compasiva y comportamiento ético, desarrollando lo mejor del ser
humano y nunca lo peor.
El Consejo Supremo de Paz Mundial afirma que las enseñanzas sociales del
Maitriyana son curar a la sociedad de las epidemias del egoísmo, dualismo y
consumismo, promoviendo la solidaridad, la integración y el altruismo, lo cual
posibilita no actuar con desesperación y miedo sino con cooperación y
seguridad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial enseña que para el Maitriyana los tres venenos
o pandemias globales son la codicia, el odio y el engaño, los cuales deben ser
evanescidos por medio del desapego, la compasión y la Verdad, por lo que la
Cura a las pandemias de la vida es de índole espiritual.
El Consejo Supremo de Paz Mundial aclara que estas ideas búdicas de los tres venenos como males sociales
mundiales que son enseñadas por el Maitriyana han sido apropiadas por el
filósofo bestseller Yuval Noah Harari sin realizar ningún
tipo de reconocimiento acerca del origen budista de este conocimiento, lo cual
podría llegar a constituir un acto ilegal de plagio.
El Consejo Supremo de Paz Mundial declara que la crisis del Coronavirus ha
demostrado la total falta de liderazgo global de la ONU, la cual ha sido
ineficiente para desarrollar un sistema global de cooperación y solidaridad que
prohíba las cuarentenas, bloqueos, segregaciones, xenofobias, desconfianzas, restricciones
y aislamientos que son ineficaces en la lucha contra las epidemias, pues para
que un país tenga éxito frente a un virus todos los demás países deben tomar la
misma medida, tal y como lo demuestra la lucha contra la viruela en el siglo
XX.
El Consejo Supremo de Paz Mundial socava cualquier legitimidad que tengan los
líderes políticos, especialmente la ONU, quienes han mentido y engañado durante
varios años y ahora siguen fallando en su misión de brindar una respuesta
internacional totalmente integral y coordinada frente al Coronavirus, por lo
que el Maitriyana convoca a que emerjan nuevos líderes éticos capaces de asumir
esta función global de promover la unión global y piensen más allá de lo
nacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial insta a que la ciudadanía global controle que
los gobiernos no se vuelvan autoritarios e ilegales, incluso debiéndose prestar
atención plena sobre el destino de los gastos gubernamentales, pues el dinero
de los contribuyentes del mundo suele ir a cubrir presupuestos militares en
lugar de ser destinados a una mejor salud y educación para los pueblos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sostiene que la solidaridad, la compasión y la
Verdad son la única Cura global contra las epidemias, lo cual no es exagerado
de decir por parte de la Espiritualidad Maitriyana si se tiene en cuenta que múltiples
médicos especialistas de Estados Unidos, Italia,
el Reino Unido, Francia y España, entre los cuales se
encuentra la Johns
Hopkins University, están experimentando una centenaria terapia con
excelentes resultados que puede ser el Camino más eficiente y la Cura médica
contra el Coronavirus, que no sería una vacuna sino más bien la utilización de transfusiones de plasma convaleciente o hiperinmune provenientes de pacientes
curados o con síntomas leves, quienes estarían donando sus anticuerpos para que
otros pacientes infectados puedan curarse, haciendo que el plasma actúe como un
antiviral que destruye al virus, muchas veces produciendo una respuesta en tan
sólo 24 horas, lo cual demuestra que la solución al Coronavirus proviene no de
los laboratorios sino precisamente de la solidaridad humana de aquellos que son
donantes.
El Consejo Supremo de Paz Mundial plantea
que la Cura por medio de los anticuerpos de transfusiones de plasma ya ha sido
utilizada para curar a enfermos durante las crisis del polio y la gripe
española en el siglo XX, tal y como afirma Giuseppe Remuzzi, director del
Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán, lo cual es un
Camino recto y adecuado para salir rápidamente de la insania que representan
las cuarentenas masivas.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
recomienda la utilización no sólo de la medicina convencional de transfusiones
de plasma, sino también la medicina alternativa y milenaria, por lo que se
deberían experimentar los altos potenciales curativos como antivirales o
antibióticos naturales que posee la Miel, Limón, Tomillo, Ajo, Jengibre,
Cúrcuma, Clavo de olor, Anís, Cebolla, Orégano, Melisa, Raíz de regaliz,
Caléndula, Echinacea, Canela, Eucalipto y Cannabis medicinal, siendo este
último recomendado para combatir el cáncer y la epilepsia y también para
inhibir el ingreso al cuerpo por parte del Coronavirus según estudios
preliminares de la Universidad de Liethbe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial felicita
al innovador tratamiento contra el Coronavirus que ha sido creado por
científicos argentinos y que se trata de un método inhalatorio y nebulizante a
base de ibuprofeno, teniendo la capacidad de revertir los síntomas de los
infectados por su acción antiinflamatoria, bactericida y viricida sobre
afecciones pulmonares, y logrando la asombrosa negativización de la enfermedad
en 5 días.
El Consejo Supremo de Paz Mundial critica el sensacionalismo de miles de
intelectuales y periodistas de todo el mundo, quienes no dejan de repetir que
la crisis del Coronavirus es el colapso
de una época o el inicio de una nueva
era o mundo distinto, lo cual es un
conjunto de exageraciones patológicas tan graves como el Ataque de Pánico Global que llevó a los gobiernos y líderes
políticos de todo el mundo a cometer la locura de poner en cuarentena a media
humanidad por un virus que no es más grave que una gripe, pues esta crisis no
ha hecho más que evidenciar la falta de liderazgo ético que posee el mundo,
especialmente por parte de la ONU, lo cual es un fenómeno que ha existido desde
el 2001 y no se trataría de un fenómeno reciente.
El Consejo Supremo de Paz Mundial desafía a pensar formas de liderazgos éticos que
construyan una nueva realidad, ayudando a crear una sociedad pacífica, justa,
culta y sana, lo cual constituye la verdadera revolución y transformación radical
de la humanidad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial teoriza que en los próximos años ocurrirán nuevas
pandemias mucho más graves que las del Coronavirus, pues al sintetizar la teoría de la selección natural con la hipótesis Gaia se puede concluir que la
Madre Tierra continuará produciendo virus cada vez más frecuentes y eficientes
tras haber experimentado que el Coronavirus tuvo el efecto de cuarentenas
masivas que mejoraron extraordinariamente los niveles de contaminación atmosférica,
generando entonces una vía eficaz para la autodefensa planetaria con respecto
al cáncer de la civilización materialista ecocida, lo cual explica muy bien el
motivo por el cual el Coronavirus se originó en el epicentro de la
globalización capitalista mundial basada en la codicia ilimitada, siendo
probablemente un mecanismo de defensa planetario ante los terribles incendios
de California, Australia y el Amazonas en el 2019.
El Consejo Supremo de Paz Mundial siente tristeza por la falta de solidaridad,
cooperación y colaboración de la comunidad internacional de la ONU en el manejo
de la crisis del Coronavirus, cuya solución se encontraría en una nueva forma
de globalización con rasgos sustentables y ambientales, rediseñando la civilización
global de forma conjunta y sin la omnipotencia y autoritarismo de los líderes
políticos que están apegados a fronteras ilusorias y a falsas soluciones en
lugar de tener un horizonte claro de interdependencia.
El Consejo Supremo de Paz Mundial encuentra nuevos mecanismos esenciales para
afrontar la crisis del Coronavirus con un liderazgo responsable y una visión
amplia, cuya condición fundamental es el desarrollo de la civilización empática, poniéndose en el lugar del prójimo para así
poder entender sus problemas y ayudarlo con soluciones más abarcativas, rectas
y adecuadas que rompen los círculos viciosos generados con la actual crisis
global.
El Consejo Supremo de Paz Mundial brinda una nueva forma de percibir la realidad
social, analizando todos sus problemas y desafíos para poder contribuir con
soluciones totalmente enriquecedoras.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sanciona a las cuarentenas realizadas con la
excusa del Coronavirus como una violación
masiva a los derechos humanos, pues el aislamiento produce daño a la salud
mental de comunidades sanas al mismo tiempo que infringe sus derechos a la
libertad, al trabajo, a la salud, al alimento, a la educación, a la religión, a
la asociación y al movimiento, confinando a cientos de millones de personas que
están sanas y no-infectadas.
El Consejo Supremo de Paz Mundial estudia que las cuarentenas forzosas tienen un
fuerte impacto político en la población, dando la ilusión de ser una decisión
agresiva y activa para resolver una pandemia, aunque en realidad esta medida
que está siendo utilizada por múltiples líderes políticos no tiene ningún tipo
de evidencia científica de que funcione, no haciendo más que retrasar
brevemente el avance del virus, por lo que sería una forma que tienen los gobiernos
de evitar enfrentar posibles críticas por no tener sistemas de salud aptos y
adecuados.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se preocupa por las millones de detenciones arbitrarias que han
realizado gobiernos de todo el mundo de forma sistemática y generalizada contra
sus poblaciones civiles durante las cuarentenas ilegales e inconstitucionales,
lo cual constituye un Crimen contra la
humanidad ante el Derecho Internacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial solicita
a los fiscales y jueces de la Corte
Penal Internacional (ICC) que consideren investigar los crímenes
contra la humanidad que los gobiernos han realizado de forma
sistemática y generalizada durante las Cuarentenas forzosas, las cuales no
pueden ser justificativos para anular y violar los derechos humanos de toda la
población con total impunidad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial recuerda que la implementación de estas
cuarentenas masivas ilegales comenzó en China, y luego el resto de los países
no hicieron más que imitar este modelo sanitario autoritario que viola los
tratados de derechos humanos y que incluso viola a la propia Constitución China
de 1982, la cual protege derechos fundamentales como la libertad de expresión, libertad de asociación, libertad de protesta,
la libertad de creencia religiosa y el derecho a la educación, donde también
se afirma que la dignidad personal de los
ciudadanos chinos es inviolable, todo lo cual constituyen garantías
constitucionales violadas por el gobierno de China.
El Consejo Supremo de Paz Mundial escucha al Subcomité de la ONU sobre
prevención de la tortura, el cual emitió un comunicado sobre el tratamiento a
las personas que han sido puestas en cuarentena forzosa, alegando que incluso
si son consideradas por el beneficio de la salud pública las cuarentenas están
deteniendo a las personas o realizando una privación de su libertad, por lo que
las mismas no pueden limitar el derecho a
la visita de los detenidos en cuarentena bajo la invocación de un Estado de emergencia, ni tampoco se pueden
maltratar a las personas o restringir sus movimientos y obstaculizar sus derechos
a la asesoría legal o médica.
El Consejo Supremo de Paz Mundial apoya a los Estados que durante la crisis del
Coronavirus no entraron en un Ataque de
Pánico Global y decidieron respetar sus obligaciones internacionales sobre
derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, pues en raras
ocasiones las cuarentenas no son un privación
arbitraria de la libertad tal y como señala Amnesty International, lo cual
es evidente por el hecho de que millones de personas no pueden acceder a sus
necesidades básicas de alimento, higiene, salud y trabajo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial guía a la ONU, recordándole que su
propio Committee on Economic Social and Cultural Rights ha requerido
que cualquier restricción o limitación por razones de salud pública debe ser en
concordancia con la Ley Internacional y los convenios de derechos protegidos
por el International Covenant on Civil
and Political Rights (ICCPR), lo cual significa que las cuarentenas deben
ser respetuosas de la dignidad de las personas y plenamente atentas de no
violar los derechos humanos, debiéndose instaurar un sistema optativo y
voluntario de restricción del movimiento que simultáneamente no impida el
acceso al alimento, el agua y la higiene para todas las personas, ni que
tampoco restrinja o prohíba el derecho a la libertad de entrar o irse del
propio país para volver al hogar, encontrarse con la familia y poder trabajar.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cita al U.N. Committee on Economic Social and
Cultural Rights, el cual manifestó que el Derecho a la salud es interdependiente de los derechos humanos al alimento,
hogar, trabajo, educación, dignidad humana, vida, no-discriminación, igualdad,
prohibición contra la tortura, privacidad, acceso a la información y libertad
de asociación y movimiento, por lo que violar a estos derechos humanos en
nombre de la salud es un contrasentido totalmente ilegal.
El Consejo Supremo de Paz Mundial adhiere a los Siracusa Principles on the Limitation and
Derogation of Provisions in the International Covenant on Civil and Political
Rights, donde
se guía a los gobiernos sobre cómo deben abordar situaciones de emergencia por
razones de salud pública, estableciendo que las restricciones a los derechos
deben ser legales, necesarias,
proporcionadas y respetuosas de la dignidad humana, por lo que las
cuarentenas nunca deben ser arbitrarias ni discriminatorias.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
concuerda con Human Rights Watch en que si los gobiernos realizan restricciones a la
libertad de movimiento esto debería ser únicamente si se brinda mecanismos de
ayuda a las personas afectadas, pues de lo contrario se trataría de un abandono
de persona, tal y como ha ocurrido en Argentina.
El Consejo Supremo de Paz Mundial denuncia
como inmoral e ilegal que muchos países hayan cerrado sus escuelas y
universidades, violando el derecho a la educación de millones de niños y
jóvenes y también el derecho a la enseñanza de miles de adultos, pues la
educación es un espacio de salud psíquica y social que brinda contención
emocional y que es fundamental para también tener salud espiritual.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cataloga
a las cuarentenas forzosas como un crimen
contra la humanidad al instaurar un Estado policial de detenciones
arbitrarias con enormes costos sociales y económicos, pues impiden
violentamente el desarrollo pleno de la vida espiritual de las personas,
incluso aunque grandes cantidades de la sociedad infectada por el Ataque
de Pánico Global hayan apoyado esta violación sistemática y
generalizada de sus derechos humanos sagrados y que confina a las personas
sanas a vivir en ghettos, haciendo
que se pierdan millones de puestos de trabajo y que aumente los niveles de
muertes por desnutrición y enfermedades.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
clarifica que si los líderes políticos del mundo estarían realmente interesados
en salvar vidas entonces no dejarían que año a año mueran cientos de miles de
niños por desnutrición y hambre, por lo que se demuestra que la crisis del
Coronavirus no ha sido más que un Ataque de Pánico Global aprovechado
para empeorar los derechos humanos de la civilización por medio de la imitación
del régimen autoritario de China, destruyendo la libertad de movimiento, libertad
de asociación, libertad de trabajo, libertad de educación y libertad de culto,
siendo el Coronavirus una excusa para instaurar un régimen político y
socioeconómico de cuarentena constante o control cibernético que vigila
totalmente a las personas por medio del espionaje digital y que las considera
como potenciales enemigos de la salud pública para así poder tener acceso
ilimitado a las vidas privadas de los ciudadanos, tal y como previamente
sucedió en Estados Unidos después del atentado contra las Torres Gemelas en el
2001.
El Consejo Supremo de Paz Mundial está de
acuerdo con la visión del filósofo coreano Byung-Chul
Han sobre que distintos países del mundo se están encaminando hacia un Estado
policial digital, especialmente tras haber imitado las atroces
cuarentenas implementados por China y su forma de gobierno disciplinario y autoritario que realiza un capitalismo de vigilancia y control
total de la población con cientos de millones de cámaras, monitoreando cada
aspecto de la vida cotidiana con espionaje digital, lo cual ciertamente es
efectivo en el combate contra una pandemia pero simultáneamente representa la
muerte de los derechos humanos y las libertades fundamentales, tratando a cada
persona como un criminal en potencia.
El Consejo Supremo de Paz Mundial destaca
nuevamente que Argentina constituye un claro ejemplo de un país que ha
importado de China el sistema de cuarentena permanente, incluso comenzando a
instaurar la vigilancia digital o ciberpatrullaje,
lo cual es la realización de tareas de servicios de inteligencia o vigilancia masiva sobre la población
interna del país, que es algo prohibido por la Constitución y que viola los
derechos humanos, la privacidad y la libertad de expresión, tal y como ha
advertido Amnesty International.
El Consejo Supremo de Paz Mundial lucha
por la ética de la Liberación del mundo, por lo que se critica a la cuarentena
forzosa como una agresión despótica o delito tiránico que es perpetrado por la
casta de los líderes políticos gubernamentales en contra del Derecho Natural,
el cual considera que todo ser humano es universalmente libre por naturaleza en
toda época y lugar, por lo que las personas sometidas a cuarentenas forzosas
están siendo privadas del pleno ejercicio de su sagrada condición natural de
vida.
El Consejo Supremo de Paz Mundial aprecia
la declaración del empresario Elon Musk, quien coincide con el Maitriyana en
que las cuarentenas por el Coronavirus son medidas fascistas, indignantes y antidemocráticas que destruyen las libertades por
realizar un horrible y erróneo
encarcelamiento forzado de las personas en contra de sus derechos
constitucionales, por lo que los
líderes políticos deberían devolver al pueblo su preciada libertad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial brinda
honores al prestigioso virólogo Pablo Goldschmidt, quien no sólo estableció que
el Coronavirus no merece que el mundo
esté paralizado totalmente con una paranoia injustificada, sino que incluso
afirmó que la situación presente es similar a los orígenes del Totalitarismo, pues cuando se le pone miedo en la
cabeza de las personas se puede hacer cualquier cosa.
El Consejo Supremo de Paz Mundial confirma
que el informe del Imperial College de
Londres, recomendado por la Organización
Mundial de la Salud, ha contribuido al Ataque de Pánico Global por medio de
la difusión de falsos datos de una posible tasa de mortalidad del Coronavirus, lo
que llevó a múltiples gobiernos del mundo a realizar cuarentenas forzosas por
estar basados en datos erróneos, ya que el profesor Neil Ferguson confesó
haberse equivocado en sus predicciones matemáticas y afirmó que ahora el
Coronavirus se encontraba dentro de los valores matemáticos de la gripe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial confirma
que Estados Unidos y Reino Unido estaban siguiendo originalmente la misma
estrategia epidemiológica de Suecia, intentando buscar la inmunidad colectiva,
aunque el informe del Imperial College
de Londres causó tanto pánico al difundir proyecciones falsas sobre
cantidades de muertos que la opinión pública criticó tanto a los gobiernos y
eventualmente éstos decidieron cambiar de estrategia, ignorando que el informe
del Imperial College de Londres
había llegado a sus conclusiones dramáticas por creer que sólo un 50% de los
infectados son asintomáticos, cuando en realidad serían alrededor de un 98%.
El Consejo Supremo de Paz Mundial revaloriza nuevamente a la Oxford University, la cual ha realizado otro tipo de modelo
predictivo que afirma que el Coronavirus se ha propagado de forma masiva e
invisible al menos un mes antes de las fechas conocidas, por lo que en realidad
gran parte de la población ya estaría infectada, lo cual significa que la
mortalidad y el riesgo del virus son notablemente bajos, permitiéndole al virólogo
Pablo Goldschmidt llegar a la conclusión de que el 86% no tendrá síntomas
graves (e incluso el infectólogo Johan Giesecke plantea que sería un 98%), y
que sólo 1 de cada mil infectados necesitaría hospitalización, lo que equivale
al 0,1% previamente teorizado por John Ioannidis de Stanford University.
El Consejo Supremo de Paz Mundial advierte que el infectólogo Fernando Polack, asesor de
la Organización Mundial de la Salud,
ya estaba al tanto de que la tasa de mortalidad del Coronavirus sea de 0,1%,
afirmando que el propio sistema inmune
del cuerpo salvará al ser humano de la pandemia, aunque este especialista paradójicamente
ha revelado su apoyo a las cuarentenas ilegales y dictatoriales, afirmando que para exceptuarse del horror que se ve en los
medios de comunicación se debe aplicar una política agresiva de supresión del
virus y un intenso control de la población y las fronteras para así tener una
oportunidad inédita de que el gobierno le diga a las personas qué hacer y cómo
vivir y así tener un país más ordenado.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se
encuentra en concordancia con el virólogo Pablo Goldschmidt, quien valientemente
ha afirmado que el Coronavirus no es el responsable de la gran cantidad de
muertes que han sucedido en algunos países, sino que más bien ha sido el Estado
por no invertir suficiente en tener aparatos médicos y en capacitar médicos
expertos en terapia intensiva y neumonología, lo cual sería la principal
diferencia entre la cantidad de muertos entre Italia y Alemania, siendo en esta
última diez veces menor.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se
encuentra en concordancia con el virólogo Pablo Goldschmidt, quien afirma que
el Coronavirus no es mucho más grave que otras infecciones virales, debido a
que año tras año las neumonías y distintos virus respiratorios causan cientos
de miles de muertos sin que el mundo entre en un estado de Ataque de Pánico Global, siendo
la principal diferencia que ahora se armó
pánico y con las otras infecciones no, pues cada año miles de personas mueren de gripe y nadie cierra el planeta, y
miles de personas también mueren de resfrío o tienen tuberculosis o meningitis
y a nadie le importa nada ni hace un
escándalo, por lo que hay algo muy
raro con la pandemia del Coronavirus: se ha teatralizado mucho con un pánico
absurdo a causa de un error grave o incompetencia de los peritos de la Organización Mundial de la Salud que
hicieron las tasas de mortalidad del virus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial explica que cada vez que surge un virus nuevo se
infecta una gran cantidad de personas y simultáneamente se reduce el número de
individuos susceptibles de ser infectados, produciendo que la pandemia se extinga por sí sola y que al año
entrante los casos sean pocos o directamente no los haya, tal y como explica
Diego Flichman, profesor de virología de la Universidad de Buenos Aires e
investigador del CONICET, pues esto mismo fue lo que sucedió en el
2009 con la gripe H1N1, lo
cual permite concluir que no tendría sentido alguno tener una vacuna en el
próximo año, pues para entonces se habrá contenido el brote tal y como sucedió
con los otros dos tipos de Coronavirus que ocurrieron en los últimos 18 años:
SARS y MERS.
El Consejo Supremo de Paz Mundial asegura
que el Coronavirus se extinguirá por sí
solo, lo cual es una conclusión similar al descubrimiento realizado por el
científico Isaac Ben-Israel, presidente de la Agencia Espacial Israelí, quien estudió que el Coronavirus inicia
su propagación con un crecimiento exponencial pero luego disminuye y se modera para finalmente desvanecerse a casi 0
después de los 70 días desde su aparición en una zona, siendo un patrón que
ocurre independientemente del lugar o de las medidas gubernamentales de
contención, por lo que si bien al inicio de la pandemia el número de infectados
se duplica exponencialmente cada 3 días aproximadamente, luego ese fenómeno de
duplicación se percibe cada 30 días, e incluso sigue disminuyendo constantemente, ocurriendo con una curva de
propagación similar tanto en países autoritarios que hicieron cuarentenas
estrictas como en países liberales que no aplicaron ningún bloqueo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
comprueba que el Coronavirus ya se
encuentra siendo cada día menos agresivo y que habrá desaparecido para cuando
esté lista la vacuna, tal y como señaló el especialista Giuseppe Remuzzi,
director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán.
El Consejo Supremo de Paz Mundial subraya
que las cuarentenas forzosas tienen implicaciones negativas, aumentando el
nivel de desempleo y de pobreza hacia niveles inimaginables, por lo que los
Estados deberían aprender de países que han controlado exitosamente al
Coronavirus sin aplicar cuarentenas ilegales, como Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán,
Singapur, Japón, Alemania y Suecia, demostrando que las cuarentenas no son la
única forma de aplanar la curva de contagios, pues esto se puede hacer sin una
gran cantidad de muertos, sin la violencia represiva del Estado y sin destruir
completamente la economía.
El Consejo Supremo de Paz Mundial rechaza
las cuarentenas forzosas y los confinamientos masivos por considerarlos
inconstitucionales y violatorios de los derechos humanos, siendo un arresto domiciliario
sin sanción de ningún juez, tal y como ha sucedido en China, Italia, Argentina
y Francia, incluso aunque en nombre de la protección se intente encerrar a los
ancianos que son mayormente los que padecen el Coronavirus y no el resto de la
población, pues es una medida inmoral que infantiliza a las personas y reprime
su libertad intrínseca y su derecho a envejecer con una salud adecuada y pleno desarrollo
de actividades, no respetándose el principio fundamental de la dignidad de la
persona humana que forma parte esencial de la Constitución y de los tratados de
derechos humanos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial adopta
un enfoque liberal contra el Coronavirus y critica que el mundo se cierre con
confinamientos totales que prohíben drásticamente que la población salga a
tomar aire a la calle, por lo que se felicita a las políticas implementadas por
Suecia y su apelación a la responsabilidad de sus ciudadanos para seguir
recomendaciones de higiene, los cuales han continuado viviendo con un alto
grado de normalidad y se han mantenidos inmunes ante el Ataque de Pánico Global,
pues Suecia se ha centrado en el aislamiento de los enfermos y simultáneamente
ha permitido que la ciudadanía coma en restaurantes, realice viajes y asista al
trabajo, lo cual ha resultado en una estrategia exitosa que permitiría a la
brevedad lograr la inmunidad colectiva.
El Consejo Supremo de Paz Mundial desafía
la visión convencional actual y considera como totalmente inmorales a los miles
de médicos que han apoyado las cuarentenas ilegales y que han considerado
peligrosas a las libertades civiles, por lo que se aplaude el trabajo realizado
por Anders Tegnell, jefe de epidemiologia de Suecia, quien ha afirmado que las
cuarentenas forzosas o el encerramiento de las personas son insostenibles en el largo plazo porque inevitablemente la gente va
a salir y la cadena de contagios se va a volver a reiniciar, y también aplaudiéndose
a Johan Carlson, director de la Agencia de Salud Pública de Suecia, quien ha
afirmado que no existe ninguna
justificación racional para imponer el confinamiento pues incluso el salir a
tomar aire fresco mejoraría la salud, lo cual ha producido que Suecia tenga
tasas de mortalidad menores que muchos países que han implementado cuarentenas
severas y que incluso no tenga los hospitales colapsados por el Coronavirus,
por lo que además obviamente tampoco se ha recurrido a las detenciones
arbitrarias sistemáticas y generalizadas de supuestos infractores de
cuarentena.
El Consejo Supremo de Paz Mundial
cuestiona a los países que han intentado frenar la pandemia del Coronavirus por
medio de cuarentenas forzosas e ilegales que no sirven, tal y como ha afirmado
Johan Giesecke, máxima eminencia epidemiológica de Suecia, quien ha demostrado
que haga lo que se haga toda la humanidad
se va a contagiar eventualmente, afirmando que no hay evidencia científica para justificar la mayoría de las restricciones
que están tomando los países, sólo habiendo un motivo político que es mostrar fortaleza y acción, pues la verdadera tasa de mortalidad del
Coronavirus es bastante similar a la de una temporada de gripe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial decreta
que el enfoque liberal adoptado por Suecia frente a la epidemia del Coronavirus
puede funcionar en otros países, como ha afirmado el epidemiólogo Johan
Giesecke, pues el enfoque liberal sería mejor que un régimen de Estado
Policial controlando las calles,
que es algo que no se puede sostener para siempre, pues la gente se rebelará si
la cuarentena se prolonga mucho tiempo, en tanto que la cuarentena es una amenaza contra la democracia al ser una
oportunidad que tienen los líderes políticos
para obtener más poder y esas consecuencias políticas son peores que la
enfermedad del Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial asegura
que el Ataque de Pánico Global frente al Coronavirus producirá una
pandemia de pobreza y hambruna mundial que será verdaderamente mortífera y de proporciones bíblicas, cientos de veces
peor que el mismo virus del Coronavirus, lo cual es una visión compartida por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, llegando a la triste conclusión de
que las cuarentenas masivas ilegales constituyen una respuesta al Coronavirus
que terminará matando a más personas que
la enfermedad en sí, produciendo la pérdida de millones de empleos y la
destrucción de economías enteras, pues mientras el Coronavirus sólo ha matado a
alrededor de 300 mil personas en cambio a fines del año 2020 los impactos económicos dejarían a alrededor
de 265 millones de personas al borde de inanición, todo lo cual
sucede en el contexto de un planeta con 700 millones de personas con inseguridad alimentaria severa.
El Consejo Supremo de Paz Mundial ve que la
pandemia económica producto del Ataque de Pánico Global frente al
Coronavirus producirá millones de muertes por medio de recesión, desempleo,
pobreza, indigencia, hambre y aumento de violencia, suicidios, trastornos
mentales y enfermedades cardíacas, pues los líderes políticos no han abordado
la crisis de forma tranquila y ordenada, produciendo una antidemocrática paralización
total del sistema social, económico y jurídico internacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial recuerda
que según la Organización Mundial de la
Salud (OMS) se define a la salud como un
estado completo de bienestar físico, mental y social, pero no como la ausencia de afecciones o
enfermedades, por lo que se denuncia que esta organización internacional ha
violado su mismo Propósito al traicionar su propia definición de lo que es la salud,
en tanto que durante la crisis del Coronavirus la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propagado un enfoque que
prioriza la ausencia de afecciones o enfermedades por encima o en desmedro del
bienestar físico, mental y social que tanto ha sido vulnerado con el estrés y
la falta de libertad de los confinamientos y cuarentenas masivas.
El Consejo
Supremo de Paz Mundial crea un Óctuple
Sendero para guiar al mundo frente a las pandemias del presente y del
futuro, transmitiendo 8 medidas adecuadas y efectivas para responder sin causar
un pánico global que destruya los sistemas económicos y políticos:
1.
Preparación y reacción rápida de líderes
científicos para contener la propagación.
2.
Realización de pruebas de salud a toda la
población.
3.
Aislamiento de personas contagiadas y no
confinamientos masivos de regiones o países enteros.
4.
Promover distanciamiento óptimo de la sociedad
mediante trabajo online y educación a distancia pero sin prohibir reuniones de
personas.
5.
Enseñar protocolos de higiene a la sociedad simultáneamente
suministrando protección y equipamiento a trabajadores de la salud.
6.
Investigar nuevos desarrollos de vacunas y
tratamientos.
7.
Implementar políticas de salud pública de
largo plazo para enfrentar correctamente a nuevas amenazas.
8.
Inspirar la calma y movilizar a la sociedad
inmune para que sea solidaria y done sus anticuerpos que son necesarios para la
Cura de los infectados.
Siempre
con espíritu de Reconciliación (Maitri),
S.E.
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente
del Consejo Supremo de Paz Mundial