Justicia Verdadera

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jueves, 21 de mayo de 2020

Informe sobre el Coronavirus y el Ataque de Pánico Global



INFORME SOBRE EL CORONAVIRUS Y EL ATAQUE DE PÁNICO GLOBAL
14 de mayo de 2020
La Presidencia del Consejo Supremo de Paz Mundial informa sobre la situación de Ataque de Pánico Global que sucede en casi todo el planeta a causa del liderazgo ineficiente de la ONU y el Secretario General Antonio Guterres en el manejo de la crisis del Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial es un órgano autónomo que responde tanto al sistema legal de la Nación Budista como también tiene el mandato de respetar las libertades fundamentales de toda la humanidad, actuando como órgano de supervisión ética en el mundo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial analiza las extraordinarias evidencias provenientes de la Stanford University y de la investigación del científico epidemiólogo John Ioannidis, confirmándose que las drásticas decisiones que han tomado muchos gobiernos del mundo entero frente a la epidemia del Coronavirus constituyen sociológicamente un Ataque de Pánico Global alimentado por el miedo y la ignorancia de los líderes políticos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cree que las decisiones apresuradas de los líderes políticos para establecer cuarentenas ilegales fueron tomadas principalmente por dos razones: la primera es la presión ejercida por las redes sociales y los medios de comunicación masiva, y la segunda es la falta de información verdadera sobre la verdadera tasa de mortalidad del virus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial refuta los liderazgos políticos de los gobiernos y también de la ONU y la WHO por carecer de datos académicos serios y un sentido de brújula, lo cual ha desencadenado en la toma de medidas ilegales, apresuradas y equivocadas que serán mucho más dañinas que el Coronavirus, pues las cuarentenas y los confinamientos hacen más mal que bien, causando millones de desempleados y afectando el bienestar psicológico y la paz social.
El Consejo Supremo de Paz Mundial remarca que los gobiernos han tomado decisiones irracionales y draconianas sobre la base de información precaria, pues creían que la mortalidad del virus era entre el 1% al 4% y decidieron ignorar que tan sólo el 10% de los casos de Coronavirus presenta síntomas, por lo que el índice real de mortalidad sería diez veces menor, siendo más bien entre el 0,1% al 0,4%.
El Consejo Supremo de Paz Mundial considera históricamente que tanto la Organización Mundial de la Salud como China han sembrado el terror en el mundo al reportar una falsa tasa oficial de mortalidad, entre el 1% al 4%, lo cual condujo a que miles de líderes políticos y millones de civiles del mundo sufran un Ataque de Pánico Global al creer que existía un gran riesgo de que se produzca la muerte de 70 a 280 millones de personas en el mundo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial analiza los datos provenientes del Diamond Princess, llegando a la conclusión de que la tasa de letalidad del Coronavirus es del 1% únicamente en una población mayormente de edad avanzada, por lo que ese porcentaje no se aplicaría en absoluto para el resto de la población en general.
El Consejo Supremo de Paz Mundial revalida a la valiente investigación de John Ioannidis de Stanford University, quien proyectó la tasa de mortalidad del Diamond Princess en la estructura de edad de la población de un país, llegando a la conclusión matemática de que la tasa de mortalidad verdadera del Coronavirus sería aproximadamente del 0,12% (entre el 0,02 y el 0,62), lo cual es similar a la gripe ordinaria y de ningún modo merece tomar la medida irracional de cerrar el mundo ni producir tremendas consecuencias económicas y sociales con confinamientos y cuarentenas masivas, pues de hecho todos los años existen decenas de otros tipos de Coronavirus dentro de la población sin que sean percibidos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sugiere que el Coronavirus no es tan mortal como creen los medios de comunicación y los líderes políticos, ya que un equipo científico de la Stanford University analizó cómo el Coronavirus infectó a la población de Santa Clara en California, descubriendo que existen miles de casos no registrados y que las personas se recuperan del Coronavirus sin saber que estaban infectadas, ya que la tasa de mortalidad del virus es baja, alrededor del 0,12%, por lo que esta investigación no sólo revalida las previas conclusiones matemáticas de John Ioannidis sino que también demuestra científicamente la irracionalidad de las cuarentenas dictadas contra un virus que es tan peligroso como una gripe ordinaria.
El Consejo Supremo de Paz Mundial coincide con Ioannidis en que los políticos se han comportado como un elefante que salta por un acantilado y muere al intentar huir de un simple gato, aunque el Maitriyana considera que la mejor metáfora científica para describir el comportamiento sociológico frente al Coronavirus es la de un Ataque de Pánico Global.
El Consejo Supremo de Paz Mundial relativiza a la gripe china del Coronavirus, considerando que si eventualmente todos los portales de noticias del mundo publicaran un conteo diario de las muertes producidas por la gripe ordinaria o el resfriado también se generaría pánico masivo global, incluso si se publicase un conteo diario de muertes por suicidio, pues representan cientos de miles de muertes en el mundo entero, y lo mismo podría decirse con los homicidios, femicidios, violaciones y otros fenómenos que son mucho más graves que el Coronavirus y que se propagan segundo a segundo sin que a nadie le importe nada.
El Consejo Supremo de Paz Mundial pone en perspectiva a la crisis del Coronavirus, confirmando que mientras que el Coronavirus ha causado la muerte de alrededor de 300 mil personas, en cambio, todos los años mueren más de 50 millones de personas por múltiples razones diversas sin que el planeta se paralice y entre en pánico, entendiéndose que las enfermedades cardiovasculares producen anualmente la muerte de 17 millones de personas, el cáncer 9 millones de muertes, el cigarrillo 8 millones de muertes, la diabetes 6 millones, la contaminación del aire 5 millones, la obesidad 4 millones, las infecciones respiratorias 3 millones, los accidentes de tránsito 1 millón de muertes, la tuberculosis 1 millón de muertes, el SIDA 900 mil muertes, los suicidios 800 mil muertes, la malaria 600 mil muertes, las enfermedades causadas por vectores 700 mil muertes, la gripe 600 mil muertes, y los homicidios 400 mil muertes, concluyéndose que el Coronavirus es insignificante si se lo compara con este tipo de enfermedades físicas, psíquicas y sociales.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cataloga al consumo de tabaco como una de las peores pandemias, ya que mata más de 8 millones de personas por año, por lo que si los líderes políticos del mundo realmente quisieran salvar vidas entonces deberían prohibir el consumo de este mal que mata millones de personas cada año y que incluso matará muchas más personas que el Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial razona que las cuarentenas, el distanciamiento social y los bloqueos son medidas extremas e ineficaces, incluso impidiendo generar inmunidad colectiva de rebaño, motivo por el cual los presidentes que más han sido atacados por los medios de comunicación por su posición inicial sobre el Coronavirus, como Trump, Bolsonaro y Johnson, junto con países liberales como Suecia y Holanda, serían los líderes que más correctamente se posicionaron frente a la pandemia, ya que no formaron parte del Ataque de Pánico Global, promoviendo la apertura de escuelas y mantención de los puestos de trabajo en lugar de promover un suicidio colectivo con las cuarentenas y los confinamientos masivos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial dice que los sistemas de salud de algunos países a lo largo del mundo se ven abrumados por el Coronavirus únicamente porque los líderes políticos no han invertido en salud pero sí han invertido en armamentos, pues la salud nunca ha sido una prioridad para los líderes políticos corruptos y autoritarios, por lo que todo desborde sanitario no se debería a la gravedad de la gripe china Coronavirus sino más bien a la ineficiencia del sistema hospitalario global que no brinda servicios adecuados a la población.
El Consejo Supremo de Paz Mundial manifiesta que las tragedias han ocurrido y seguirán ocurriendo de forma inevitable durante todo el transcurso de la historia, al igual que sucedió con la gripe española de 1918 que produjo decenas de millones de muertos en todo el mundo pero luego la vida humana siguió, por lo que la civilización debe simplemente mantener la tranquilidad y seguir liderazgos éticos y altruistas llenos de sabiduría compasiva, y no debería detener su fluir con bloqueos y cuarentenas promovidas por líderes políticos llenos de miedo e ignorancia que pueden llegar a destruir el tejido social tal y como ha advertido el científico Ioannidis.
El Consejo Supremo de Paz Mundial percibe que las peores epidemias son las epidemias morales y no las epidemias biológicas, tal y como señaló Camus, por lo que el egoísmo y el miedo de los líderes políticos los ha llevado a intentar salvarse a sí mismos por medio de una balsa que requiere hundir a los demás, todo lo cual muestra que la pandemia del Coronavirus despierta emociones incomprensibles e inseguridades, generando un Ataque de Pánico Global que sólo puede ser remediado por medio de valores espirituales que dan un sentido a la vida y a la inevitabilidad de la muerte, permitiendo alcanzar la Cura (Nirvana) del sufrimiento en el aquí y ahora.
El Consejo Supremo de Paz Mundial entiende que este Ataque de Pánico Global es producto de la falta de liderazgo internacional de la ONU, la cual es un marco institucional intergubernamental totalmente inmoral y ficcional que incluso ha cometido Crímenes contra la humanidad de forma sistemática y generalizada y que ha sido cómplice de las peores violaciones a los derechos humanos, pues si existiese un consejo de líderes sociales éticos a nivel global entonces cualquier situación de emergencia o crisis sería enfrentada con atención plena, sabiduría compasiva y comportamiento ético, desarrollando lo mejor del ser humano y nunca lo peor.
El Consejo Supremo de Paz Mundial afirma que las enseñanzas sociales del Maitriyana son curar a la sociedad de las epidemias del egoísmo, dualismo y consumismo, promoviendo la solidaridad, la integración y el altruismo, lo cual posibilita no actuar con desesperación y miedo sino con cooperación y seguridad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial enseña que para el Maitriyana los tres venenos o pandemias globales son la codicia, el odio y el engaño, los cuales deben ser evanescidos por medio del desapego, la compasión y la Verdad, por lo que la Cura a las pandemias de la vida es de índole espiritual.
El Consejo Supremo de Paz Mundial aclara que estas ideas búdicas de los tres venenos como males sociales mundiales que son enseñadas por el Maitriyana han sido apropiadas por el filósofo bestseller Yuval Noah Harari sin realizar ningún tipo de reconocimiento acerca del origen budista de este conocimiento, lo cual podría llegar a constituir un acto ilegal de plagio.
El Consejo Supremo de Paz Mundial declara que la crisis del Coronavirus ha demostrado la total falta de liderazgo global de la ONU, la cual ha sido ineficiente para desarrollar un sistema global de cooperación y solidaridad que prohíba las cuarentenas, bloqueos, segregaciones, xenofobias, desconfianzas, restricciones y aislamientos que son ineficaces en la lucha contra las epidemias, pues para que un país tenga éxito frente a un virus todos los demás países deben tomar la misma medida, tal y como lo demuestra la lucha contra la viruela en el siglo XX.
El Consejo Supremo de Paz Mundial socava cualquier legitimidad que tengan los líderes políticos, especialmente la ONU, quienes han mentido y engañado durante varios años y ahora siguen fallando en su misión de brindar una respuesta internacional totalmente integral y coordinada frente al Coronavirus, por lo que el Maitriyana convoca a que emerjan nuevos líderes éticos capaces de asumir esta función global de promover la unión global y piensen más allá de lo nacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial insta a que la ciudadanía global controle que los gobiernos no se vuelvan autoritarios e ilegales, incluso debiéndose prestar atención plena sobre el destino de los gastos gubernamentales, pues el dinero de los contribuyentes del mundo suele ir a cubrir presupuestos militares en lugar de ser destinados a una mejor salud y educación para los pueblos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sostiene que la solidaridad, la compasión y la Verdad son la única Cura global contra las epidemias, lo cual no es exagerado de decir por parte de la Espiritualidad Maitriyana si se tiene en cuenta que múltiples médicos especialistas de Estados UnidosItalia, el Reino Unido, Francia y España, entre los cuales se encuentra la Johns Hopkins University, están experimentando una centenaria terapia con excelentes resultados que puede ser el Camino más eficiente y la Cura médica contra el Coronavirus, que no sería una vacuna sino más bien la utilización de transfusiones de plasma convaleciente o hiperinmune provenientes de pacientes curados o con síntomas leves, quienes estarían donando sus anticuerpos para que otros pacientes infectados puedan curarse, haciendo que el plasma actúe como un antiviral que destruye al virus, muchas veces produciendo una respuesta en tan sólo 24 horas, lo cual demuestra que la solución al Coronavirus proviene no de los laboratorios sino precisamente de la solidaridad humana de aquellos que son donantes.
El Consejo Supremo de Paz Mundial plantea que la Cura por medio de los anticuerpos de transfusiones de plasma ya ha sido utilizada para curar a enfermos durante las crisis del polio y la gripe española en el siglo XX, tal y como afirma Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán, lo cual es un Camino recto y adecuado para salir rápidamente de la insania que representan las cuarentenas masivas.
El Consejo Supremo de Paz Mundial recomienda la utilización no sólo de la medicina convencional de transfusiones de plasma, sino también la medicina alternativa y milenaria, por lo que se deberían experimentar los altos potenciales curativos como antivirales o antibióticos naturales que posee la Miel, Limón, Tomillo, Ajo, Jengibre, Cúrcuma, Clavo de olor, Anís, Cebolla, Orégano, Melisa, Raíz de regaliz, Caléndula, Echinacea, Canela, Eucalipto y Cannabis medicinal, siendo este último recomendado para combatir el cáncer y la epilepsia y también para inhibir el ingreso al cuerpo por parte del Coronavirus según estudios preliminares de la Universidad de Liethbe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial felicita al innovador tratamiento contra el Coronavirus que ha sido creado por científicos argentinos y que se trata de un método inhalatorio y nebulizante a base de ibuprofeno, teniendo la capacidad de revertir los síntomas de los infectados por su acción antiinflamatoria, bactericida y viricida sobre afecciones pulmonares, y logrando la asombrosa negativización de la enfermedad en 5 días.
El Consejo Supremo de Paz Mundial critica el sensacionalismo de miles de intelectuales y periodistas de todo el mundo, quienes no dejan de repetir que la crisis del Coronavirus es el colapso de una época o el inicio de una nueva era o mundo distinto, lo cual es un conjunto de exageraciones patológicas tan graves como el Ataque de Pánico Global que llevó a los gobiernos y líderes políticos de todo el mundo a cometer la locura de poner en cuarentena a media humanidad por un virus que no es más grave que una gripe, pues esta crisis no ha hecho más que evidenciar la falta de liderazgo ético que posee el mundo, especialmente por parte de la ONU, lo cual es un fenómeno que ha existido desde el 2001 y no se trataría de un fenómeno reciente.
El Consejo Supremo de Paz Mundial desafía a pensar formas de liderazgos éticos que construyan una nueva realidad, ayudando a crear una sociedad pacífica, justa, culta y sana, lo cual constituye la verdadera revolución y transformación radical de la humanidad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial teoriza que en los próximos años ocurrirán nuevas pandemias mucho más graves que las del Coronavirus, pues al sintetizar la teoría de la selección natural con la hipótesis Gaia se puede concluir que la Madre Tierra continuará produciendo virus cada vez más frecuentes y eficientes tras haber experimentado que el Coronavirus tuvo el efecto de cuarentenas masivas que mejoraron extraordinariamente los niveles de contaminación atmosférica, generando entonces una vía eficaz para la autodefensa planetaria con respecto al cáncer de la civilización materialista ecocida, lo cual explica muy bien el motivo por el cual el Coronavirus se originó en el epicentro de la globalización capitalista mundial basada en la codicia ilimitada, siendo probablemente un mecanismo de defensa planetario ante los terribles incendios de California, Australia y el Amazonas en el 2019.
El Consejo Supremo de Paz Mundial siente tristeza por la falta de solidaridad, cooperación y colaboración de la comunidad internacional de la ONU en el manejo de la crisis del Coronavirus, cuya solución se encontraría en una nueva forma de globalización con rasgos sustentables y ambientales, rediseñando la civilización global de forma conjunta y sin la omnipotencia y autoritarismo de los líderes políticos que están apegados a fronteras ilusorias y a falsas soluciones en lugar de tener un horizonte claro de interdependencia.
El Consejo Supremo de Paz Mundial encuentra nuevos mecanismos esenciales para afrontar la crisis del Coronavirus con un liderazgo responsable y una visión amplia, cuya condición fundamental es el desarrollo de la civilización empática, poniéndose en el lugar del prójimo para así poder entender sus problemas y ayudarlo con soluciones más abarcativas, rectas y adecuadas que rompen los círculos viciosos generados con la actual crisis global.
El Consejo Supremo de Paz Mundial brinda una nueva forma de percibir la realidad social, analizando todos sus problemas y desafíos para poder contribuir con soluciones totalmente enriquecedoras.
El Consejo Supremo de Paz Mundial sanciona a las cuarentenas realizadas con la excusa del Coronavirus como una violación masiva a los derechos humanos, pues el aislamiento produce daño a la salud mental de comunidades sanas al mismo tiempo que infringe sus derechos a la libertad, al trabajo, a la salud, al alimento, a la educación, a la religión, a la asociación y al movimiento, confinando a cientos de millones de personas que están sanas y no-infectadas.
El Consejo Supremo de Paz Mundial estudia que las cuarentenas forzosas tienen un fuerte impacto político en la población, dando la ilusión de ser una decisión agresiva y activa para resolver una pandemia, aunque en realidad esta medida que está siendo utilizada por múltiples líderes políticos no tiene ningún tipo de evidencia científica de que funcione, no haciendo más que retrasar brevemente el avance del virus, por lo que sería una forma que tienen los gobiernos de evitar enfrentar posibles críticas por no tener sistemas de salud aptos y adecuados.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se preocupa por las millones de detenciones arbitrarias que han realizado gobiernos de todo el mundo de forma sistemática y generalizada contra sus poblaciones civiles durante las cuarentenas ilegales e inconstitucionales, lo cual constituye un Crimen contra la humanidad ante el Derecho Internacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial solicita a los fiscales y jueces de la Corte Penal Internacional (ICC) que consideren investigar los crímenes contra la humanidad que los gobiernos han realizado de forma sistemática y generalizada durante las Cuarentenas forzosas, las cuales no pueden ser justificativos para anular y violar los derechos humanos de toda la población con total impunidad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial recuerda que la implementación de estas cuarentenas masivas ilegales comenzó en China, y luego el resto de los países no hicieron más que imitar este modelo sanitario autoritario que viola los tratados de derechos humanos y que incluso viola a la propia Constitución China de 1982, la cual protege derechos fundamentales como la libertad de expresión, libertad de asociación, libertad de protesta, la libertad de creencia religiosa y el derecho a la educación, donde también se afirma que la dignidad personal de los ciudadanos chinos es inviolable, todo lo cual constituyen garantías constitucionales violadas por el gobierno de China.
El Consejo Supremo de Paz Mundial escucha al Subcomité de la ONU sobre prevención de la tortura, el cual emitió un comunicado sobre el tratamiento a las personas que han sido puestas en cuarentena forzosa, alegando que incluso si son consideradas por el beneficio de la salud pública las cuarentenas están deteniendo a las personas o realizando una privación de su libertad, por lo que las mismas no pueden limitar el derecho a la visita de los detenidos en cuarentena bajo la invocación de un Estado de emergencia, ni tampoco se pueden maltratar a las personas o restringir sus movimientos y obstaculizar sus derechos a la asesoría legal o médica.
El Consejo Supremo de Paz Mundial apoya a los Estados que durante la crisis del Coronavirus no entraron en un Ataque de Pánico Global y decidieron respetar sus obligaciones internacionales sobre derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, pues en raras ocasiones las cuarentenas no son un privación arbitraria de la libertad tal y como señala Amnesty International, lo cual es evidente por el hecho de que millones de personas no pueden acceder a sus necesidades básicas de alimento, higiene, salud y trabajo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial guía a la ONU, recordándole que su propio Committee on Economic Social and Cultural Rights ha requerido que cualquier restricción o limitación por razones de salud pública debe ser en concordancia con la Ley Internacional y los convenios de derechos protegidos por el International Covenant on Civil and Political Rights (ICCPR), lo cual significa que las cuarentenas deben ser respetuosas de la dignidad de las personas y plenamente atentas de no violar los derechos humanos, debiéndose instaurar un sistema optativo y voluntario de restricción del movimiento que simultáneamente no impida el acceso al alimento, el agua y la higiene para todas las personas, ni que tampoco restrinja o prohíba el derecho a la libertad de entrar o irse del propio país para volver al hogar, encontrarse con la familia y poder trabajar.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cita al U.N. Committee on Economic Social and Cultural Rights, el cual manifestó que el Derecho a la salud es interdependiente de los derechos humanos al alimento, hogar, trabajo, educación, dignidad humana, vida, no-discriminación, igualdad, prohibición contra la tortura, privacidad, acceso a la información y libertad de asociación y movimiento, por lo que violar a estos derechos humanos en nombre de la salud es un contrasentido totalmente ilegal.
El Consejo Supremo de Paz Mundial adhiere a los Siracusa Principles on the Limitation and Derogation of Provisions in the International Covenant on Civil and Political Rights, donde se guía a los gobiernos sobre cómo deben abordar situaciones de emergencia por razones de salud pública, estableciendo que las restricciones a los derechos deben ser legales, necesarias, proporcionadas y respetuosas de la dignidad humana, por lo que las cuarentenas nunca deben ser arbitrarias ni discriminatorias.
El Consejo Supremo de Paz Mundial concuerda con Human Rights Watch en que si los gobiernos realizan restricciones a la libertad de movimiento esto debería ser únicamente si se brinda mecanismos de ayuda a las personas afectadas, pues de lo contrario se trataría de un abandono de persona, tal y como ha ocurrido en Argentina.
El Consejo Supremo de Paz Mundial denuncia como inmoral e ilegal que muchos países hayan cerrado sus escuelas y universidades, violando el derecho a la educación de millones de niños y jóvenes y también el derecho a la enseñanza de miles de adultos, pues la educación es un espacio de salud psíquica y social que brinda contención emocional y que es fundamental para también tener salud espiritual.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cataloga a las cuarentenas forzosas como un crimen contra la humanidad al instaurar un Estado policial de detenciones arbitrarias con enormes costos sociales y económicos, pues impiden violentamente el desarrollo pleno de la vida espiritual de las personas, incluso aunque grandes cantidades de la sociedad infectada por el Ataque de Pánico Global hayan apoyado esta violación sistemática y generalizada de sus derechos humanos sagrados y que confina a las personas sanas a vivir en ghettos, haciendo que se pierdan millones de puestos de trabajo y que aumente los niveles de muertes por desnutrición y enfermedades.
El Consejo Supremo de Paz Mundial clarifica que si los líderes políticos del mundo estarían realmente interesados en salvar vidas entonces no dejarían que año a año mueran cientos de miles de niños por desnutrición y hambre, por lo que se demuestra que la crisis del Coronavirus no ha sido más que un Ataque de Pánico Global aprovechado para empeorar los derechos humanos de la civilización por medio de la imitación del régimen autoritario de China, destruyendo la libertad de movimiento, libertad de asociación, libertad de trabajo, libertad de educación y libertad de culto, siendo el Coronavirus una excusa para instaurar un régimen político y socioeconómico de cuarentena constante o control cibernético que vigila totalmente a las personas por medio del espionaje digital y que las considera como potenciales enemigos de la salud pública para así poder tener acceso ilimitado a las vidas privadas de los ciudadanos, tal y como previamente sucedió en Estados Unidos después del atentado contra las Torres Gemelas en el 2001.
El Consejo Supremo de Paz Mundial está de acuerdo con la visión del filósofo coreano Byung-Chul Han sobre que distintos países del mundo se están encaminando hacia un Estado policial digital, especialmente tras haber imitado las atroces cuarentenas implementados por China y su forma de gobierno disciplinario y autoritario que realiza un capitalismo de vigilancia y control total de la población con cientos de millones de cámaras, monitoreando cada aspecto de la vida cotidiana con espionaje digital, lo cual ciertamente es efectivo en el combate contra una pandemia pero simultáneamente representa la muerte de los derechos humanos y las libertades fundamentales, tratando a cada persona como un criminal en potencia.
El Consejo Supremo de Paz Mundial destaca nuevamente que Argentina constituye un claro ejemplo de un país que ha importado de China el sistema de cuarentena permanente, incluso comenzando a instaurar la vigilancia digital o ciberpatrullaje, lo cual es la realización de tareas de servicios de inteligencia o vigilancia masiva sobre la población interna del país, que es algo prohibido por la Constitución y que viola los derechos humanos, la privacidad y la libertad de expresión, tal y como ha advertido Amnesty International.
El Consejo Supremo de Paz Mundial lucha por la ética de la Liberación del mundo, por lo que se critica a la cuarentena forzosa como una agresión despótica o delito tiránico que es perpetrado por la casta de los líderes políticos gubernamentales en contra del Derecho Natural, el cual considera que todo ser humano es universalmente libre por naturaleza en toda época y lugar, por lo que las personas sometidas a cuarentenas forzosas están siendo privadas del pleno ejercicio de su sagrada condición natural de vida.
El Consejo Supremo de Paz Mundial aprecia la declaración del empresario Elon Musk, quien coincide con el Maitriyana en que las cuarentenas por el Coronavirus son medidas fascistas, indignantes y antidemocráticas que destruyen las libertades por realizar un horrible y erróneo encarcelamiento forzado de las personas en contra de sus derechos constitucionales, por lo que los líderes políticos deberían devolver al pueblo su preciada libertad.
El Consejo Supremo de Paz Mundial brinda honores al prestigioso virólogo Pablo Goldschmidt, quien no sólo estableció que el Coronavirus no merece que el mundo esté paralizado totalmente con una paranoia injustificada, sino que incluso afirmó que la situación presente es similar a los orígenes del Totalitarismo, pues cuando se le pone miedo en la cabeza de las personas se puede hacer cualquier cosa.
El Consejo Supremo de Paz Mundial confirma que el informe del Imperial College de Londres, recomendado por la Organización Mundial de la Salud, ha contribuido al Ataque de Pánico Global por medio de la difusión de falsos datos de una posible tasa de mortalidad del Coronavirus, lo que llevó a múltiples gobiernos del mundo a realizar cuarentenas forzosas por estar basados en datos erróneos, ya que el profesor Neil Ferguson confesó haberse equivocado en sus predicciones matemáticas y afirmó que ahora el Coronavirus se encontraba dentro de los valores matemáticos de la gripe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial confirma que Estados Unidos y Reino Unido estaban siguiendo originalmente la misma estrategia epidemiológica de Suecia, intentando buscar la inmunidad colectiva, aunque el informe del Imperial College de Londres causó tanto pánico al difundir proyecciones falsas sobre cantidades de muertos que la opinión pública criticó tanto a los gobiernos y eventualmente éstos decidieron cambiar de estrategia, ignorando que el informe del Imperial College de Londres había llegado a sus conclusiones dramáticas por creer que sólo un 50% de los infectados son asintomáticos, cuando en realidad serían alrededor de un 98%.
El Consejo Supremo de Paz Mundial revaloriza nuevamente a la Oxford University, la cual ha realizado otro tipo de modelo predictivo que afirma que el Coronavirus se ha propagado de forma masiva e invisible al menos un mes antes de las fechas conocidas, por lo que en realidad gran parte de la población ya estaría infectada, lo cual significa que la mortalidad y el riesgo del virus son notablemente bajos, permitiéndole al virólogo Pablo Goldschmidt llegar a la conclusión de que el 86% no tendrá síntomas graves (e incluso el infectólogo Johan Giesecke plantea que sería un 98%), y que sólo 1 de cada mil infectados necesitaría hospitalización, lo que equivale al 0,1% previamente teorizado por John Ioannidis de Stanford University.
El Consejo Supremo de Paz Mundial advierte que el infectólogo Fernando Polack, asesor de la Organización Mundial de la Salud, ya estaba al tanto de que la tasa de mortalidad del Coronavirus sea de 0,1%, afirmando que el propio sistema inmune del cuerpo salvará al ser humano de la pandemia, aunque este especialista paradójicamente ha revelado su apoyo a las cuarentenas ilegales y dictatoriales, afirmando que para exceptuarse del horror que se ve en los medios de comunicación se debe aplicar una política agresiva de supresión del virus y un intenso control de la población y las fronteras para así tener una oportunidad inédita de que el gobierno le diga a las personas qué hacer y cómo vivir y así tener un país más ordenado.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se encuentra en concordancia con el virólogo Pablo Goldschmidt, quien valientemente ha afirmado que el Coronavirus no es el responsable de la gran cantidad de muertes que han sucedido en algunos países, sino que más bien ha sido el Estado por no invertir suficiente en tener aparatos médicos y en capacitar médicos expertos en terapia intensiva y neumonología, lo cual sería la principal diferencia entre la cantidad de muertos entre Italia y Alemania, siendo en esta última diez veces menor.
El Consejo Supremo de Paz Mundial se encuentra en concordancia con el virólogo Pablo Goldschmidt, quien afirma que el Coronavirus no es mucho más grave que otras infecciones virales, debido a que año tras año las neumonías y distintos virus respiratorios causan cientos de miles de muertos sin que el mundo entre en un estado de Ataque de Pánico Global, siendo la principal diferencia que ahora se armó pánico y con las otras infecciones no, pues cada año miles de personas mueren de gripe y nadie cierra el planeta, y miles de personas también mueren de resfrío o tienen tuberculosis o meningitis y a nadie le importa nada ni hace un escándalo, por lo que hay algo muy raro con la pandemia del Coronavirus: se ha teatralizado mucho con un pánico absurdo a causa de un error grave o incompetencia de los peritos de la Organización Mundial de la Salud que hicieron las tasas de mortalidad del virus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial explica que cada vez que surge un virus nuevo se infecta una gran cantidad de personas y simultáneamente se reduce el número de individuos susceptibles de ser infectados, produciendo que la pandemia se extinga por sí sola y que al año entrante los casos sean pocos o directamente no los haya, tal y como explica Diego Flichman, profesor de virología de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET, pues esto mismo fue lo que sucedió en el 2009 con la gripe H1N1, lo cual permite concluir que no tendría sentido alguno tener una vacuna en el próximo año, pues para entonces se habrá contenido el brote tal y como sucedió con los otros dos tipos de Coronavirus que ocurrieron en los últimos 18 años: SARS y MERS.
El Consejo Supremo de Paz Mundial asegura que el Coronavirus se extinguirá por sí solo, lo cual es una conclusión similar al descubrimiento realizado por el científico Isaac Ben-Israel, presidente de la Agencia Espacial Israelí, quien estudió que el Coronavirus inicia su propagación con un crecimiento exponencial pero luego disminuye y se modera para finalmente desvanecerse a casi 0 después de los 70 días desde su aparición en una zona, siendo un patrón que ocurre independientemente del lugar o de las medidas gubernamentales de contención, por lo que si bien al inicio de la pandemia el número de infectados se duplica exponencialmente cada 3 días aproximadamente, luego ese fenómeno de duplicación se percibe cada 30 días, e incluso sigue disminuyendo constantemente, ocurriendo con una curva de propagación similar tanto en países autoritarios que hicieron cuarentenas estrictas como en países liberales que no aplicaron ningún bloqueo.
El Consejo Supremo de Paz Mundial comprueba que el Coronavirus ya se encuentra siendo cada día menos agresivo y que habrá desaparecido para cuando esté lista la vacuna, tal y como señaló el especialista Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán.
El Consejo Supremo de Paz Mundial subraya que las cuarentenas forzosas tienen implicaciones negativas, aumentando el nivel de desempleo y de pobreza hacia niveles inimaginables, por lo que los Estados deberían aprender de países que han controlado exitosamente al Coronavirus sin aplicar cuarentenas ilegales, como Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán, Singapur, Japón, Alemania y Suecia, demostrando que las cuarentenas no son la única forma de aplanar la curva de contagios, pues esto se puede hacer sin una gran cantidad de muertos, sin la violencia represiva del Estado y sin destruir completamente la economía.
El Consejo Supremo de Paz Mundial rechaza las cuarentenas forzosas y los confinamientos masivos por considerarlos inconstitucionales y violatorios de los derechos humanos, siendo un arresto domiciliario sin sanción de ningún juez, tal y como ha sucedido en China, Italia, Argentina y Francia, incluso aunque en nombre de la protección se intente encerrar a los ancianos que son mayormente los que padecen el Coronavirus y no el resto de la población, pues es una medida inmoral que infantiliza a las personas y reprime su libertad intrínseca y su derecho a envejecer con una salud adecuada y pleno desarrollo de actividades, no respetándose el principio fundamental de la dignidad de la persona humana que forma parte esencial de la Constitución y de los tratados de derechos humanos.
El Consejo Supremo de Paz Mundial adopta un enfoque liberal contra el Coronavirus y critica que el mundo se cierre con confinamientos totales que prohíben drásticamente que la población salga a tomar aire a la calle, por lo que se felicita a las políticas implementadas por Suecia y su apelación a la responsabilidad de sus ciudadanos para seguir recomendaciones de higiene, los cuales han continuado viviendo con un alto grado de normalidad y se han mantenidos inmunes ante el Ataque de Pánico Global, pues Suecia se ha centrado en el aislamiento de los enfermos y simultáneamente ha permitido que la ciudadanía coma en restaurantes, realice viajes y asista al trabajo, lo cual ha resultado en una estrategia exitosa que permitiría a la brevedad lograr la inmunidad colectiva.
El Consejo Supremo de Paz Mundial desafía la visión convencional actual y considera como totalmente inmorales a los miles de médicos que han apoyado las cuarentenas ilegales y que han considerado peligrosas a las libertades civiles, por lo que se aplaude el trabajo realizado por Anders Tegnell, jefe de epidemiologia de Suecia, quien ha afirmado que las cuarentenas forzosas o el encerramiento de las personas son insostenibles en el largo plazo porque inevitablemente la gente va a salir y la cadena de contagios se va a volver a reiniciar, y también aplaudiéndose a Johan Carlson, director de la Agencia de Salud Pública de Suecia, quien ha afirmado que no existe ninguna justificación racional para imponer el confinamiento pues incluso el salir a tomar aire fresco mejoraría la salud, lo cual ha producido que Suecia tenga tasas de mortalidad menores que muchos países que han implementado cuarentenas severas y que incluso no tenga los hospitales colapsados por el Coronavirus, por lo que además obviamente tampoco se ha recurrido a las detenciones arbitrarias sistemáticas y generalizadas de supuestos infractores de cuarentena.
El Consejo Supremo de Paz Mundial cuestiona a los países que han intentado frenar la pandemia del Coronavirus por medio de cuarentenas forzosas e ilegales que no sirven, tal y como ha afirmado Johan Giesecke, máxima eminencia epidemiológica de Suecia, quien ha demostrado que haga lo que se haga toda la humanidad se va a contagiar eventualmente, afirmando que no hay evidencia científica para justificar la mayoría de las restricciones que están tomando los países, sólo habiendo un motivo político que es mostrar fortaleza y acción, pues la verdadera tasa de mortalidad del Coronavirus es bastante similar a la de una temporada de gripe.
El Consejo Supremo de Paz Mundial decreta que el enfoque liberal adoptado por Suecia frente a la epidemia del Coronavirus puede funcionar en otros países, como ha afirmado el epidemiólogo Johan Giesecke, pues el enfoque liberal sería mejor que un régimen de Estado Policial controlando las calles, que es algo que no se puede sostener para siempre, pues la gente se rebelará si la cuarentena se prolonga mucho tiempo, en tanto que la cuarentena es una amenaza contra la democracia al ser una oportunidad que tienen los líderes políticos para obtener más poder y esas consecuencias políticas son peores que la enfermedad del Coronavirus.
El Consejo Supremo de Paz Mundial asegura que el Ataque de Pánico Global frente al Coronavirus producirá una pandemia de pobreza y hambruna mundial que será verdaderamente mortífera y de proporciones bíblicas, cientos de veces peor que el mismo virus del Coronavirus, lo cual es una visión compartida por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, llegando a la triste conclusión de que las cuarentenas masivas ilegales constituyen una respuesta al Coronavirus que terminará matando a más personas que la enfermedad en sí, produciendo la pérdida de millones de empleos y la destrucción de economías enteras, pues mientras el Coronavirus sólo ha matado a alrededor de 300 mil personas en cambio a fines del año 2020 los impactos económicos dejarían a alrededor de 265 millones de personas al borde de inanición, todo lo cual sucede en el contexto de un planeta con 700 millones de personas con inseguridad alimentaria severa.
El Consejo Supremo de Paz Mundial ve que la pandemia económica producto del Ataque de Pánico Global frente al Coronavirus producirá millones de muertes por medio de recesión, desempleo, pobreza, indigencia, hambre y aumento de violencia, suicidios, trastornos mentales y enfermedades cardíacas, pues los líderes políticos no han abordado la crisis de forma tranquila y ordenada, produciendo una antidemocrática paralización total del sistema social, económico y jurídico internacional.
El Consejo Supremo de Paz Mundial recuerda que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define a la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y social, pero no como la ausencia de afecciones o enfermedades, por lo que se denuncia que esta organización internacional ha violado su mismo Propósito al traicionar su propia definición de lo que es la salud, en tanto que durante la crisis del Coronavirus la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propagado un enfoque que prioriza la ausencia de afecciones o enfermedades por encima o en desmedro del bienestar físico, mental y social que tanto ha sido vulnerado con el estrés y la falta de libertad de los confinamientos y cuarentenas masivas.
El Consejo Supremo de Paz Mundial crea un Óctuple Sendero para guiar al mundo frente a las pandemias del presente y del futuro, transmitiendo 8 medidas adecuadas y efectivas para responder sin causar un pánico global que destruya los sistemas económicos y políticos:
1.     Preparación y reacción rápida de líderes científicos para contener la propagación.
2.     Realización de pruebas de salud a toda la población.
3.     Aislamiento de personas contagiadas y no confinamientos masivos de regiones o países enteros.
4.     Promover distanciamiento óptimo de la sociedad mediante trabajo online y educación a distancia pero sin prohibir reuniones de personas.
5.     Enseñar protocolos de higiene a la sociedad simultáneamente suministrando protección y equipamiento a trabajadores de la salud.
6.     Investigar nuevos desarrollos de vacunas y tratamientos.
7.     Implementar políticas de salud pública de largo plazo para enfrentar correctamente a nuevas amenazas.
8.     Inspirar la calma y movilizar a la sociedad inmune para que sea solidaria y done sus anticuerpos que son necesarios para la Cura de los infectados.
Siempre con espíritu de Reconciliación (Maitri),
S.E. Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente del Consejo Supremo de Paz Mundial