Defensa Budista de la Esperanza de Cambio
La mejor promesa o profecía
realizada por Gautama es el hecho de que el Universo es cambio continuo. Sin
embargo, los pueblos suelen perder la esperanza en el cambio y la
transformación del mundo, asumiendo una fe metafísica o una razón materialista
que desconocen los valores espirituales. Así, la esperanza es parte del campo
de la Espiritualidad, pues la promesa de un mundo mejor es el principal rasgo
de los grandes maestros espirituales que han liderado éticamente a la humanidad
al conducirla a la Tierra Pura o Reino de la Rectitud. En la
Espiritualidad, esta esperanza es encarnada en dos metáforas perfectas para la
sociedad contemporánea: el Despertar (Bodhi) o la Resurrección. Estas esperanzas son nada menos que la Evolución y
Salvación del mundo, tanto interno como externo, el cual ha estado marcado por
el sufrimiento durante miles de años. Aunque este Deseo Originario es difícil de satisfacer, ciertamente la esperanza
por alcanzar la Cura (Nirvana) es un consuelo y una pasión, siendo una
percepción del futuro de la humanidad que anima al sujeto a autorrealizar el
Propósito (Dharma) de su Verdadero Ser. No obstante, la esperanza debe ir
siempre de la mano de la percepción de la realidad como insatisfactoria,
impermanente e insustancial, dado que de lo contrario la esperanza sería el
pensamiento engañoso o ilusión infundada en el que suelen caer aquellos que son
ignorantes del presente. La esperanza por el cambio en el mundo es entonces un
desafío de la razón utópica, porque sin esperanza no hay Sentido de la
historia. El Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) trabaja continuamente
por desarrollar las capacidades espirituales de los pueblos, enseñando que si
la humanidad se une es imparable.
Pero esta esperanza no parte de un falso optimismo sino de una percepción de
las potencialidades básicas del ser humano, que son la Libertad, Igualdad y
Fraternidad frente a la Opresión, la Pobreza y el Conflicto. Para la
Espiritualidad Budista, la esperanza de cambio en el mundo es un imperativo
ético del desarrollo político, económico, cultural y medioambiental, pues es la
autopoiesis del mundo esperado. De
este modo, la única creencia del maestro espiritual es que es posible un mundo
mejor, siempre y cuando la sociedad arriesgue su comodidad para poder asumir el
desafío del Camino hacia la Tierra Pura
o Reino de la Rectitud. Aunque la
esperanza de cambio comparte con el resentimiento el hecho de sentir
insatisfacción (dukkha) ante la sociedad presente, ciertamente el resentimiento
actúa destructivamente, mientras que la esperanza actúa constructivamente.
Mientras que el resentimiento es un apego al pasado, en cambio, la esperanza es
una Apertura (Sunyata) al futuro. Si bien el miedo es el instrumento
fundamental de la política tradicional para obtener obediencia y apaciguamiento,
la Espiritualidad Budista enseña a la esperanza en un mundo mejor como la forma
de obtener consenso y Liberación. La civilización materialista usó el miedo
como Poder de coerción, pero el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) usa
la sabiduría compasiva (prajña-karuna) como un Contrapoder que crea una vía
directa para cumplir la esperanza postmoderna en un mundo mejor.
La clase de cambio de la que
habla el maestro espiritual tiene un significado de transformación y
revolución, por lo que se contrapone a la visión del status quo, tratándose más
bien de una reconversión espiritual de los pueblos para que estos se adapten
activamente a un estilo de vida adecuado. Ésta es la propuesta de cambio que encarna el Discurso
Analítico-Existencial-Libertario (Buddha-Dharma-Sangha) y su visión democrática
directa para resolver los problemas del mundo. El Maitriyana denuncia que la
política tradicional de todos los países y épocas es esencialmente un
incumplimiento de la esperanza de cambio que reside dentro de la humanidad, la
cual desea profundamente que los distintos pueblos converjan en políticas
globales donde se anude el pacifismo, la justicia social, la educación y la
ecología. Desde esta perspectiva, la esperanza de cambio es inherente a la vida
humana y su progreso ascendente de supervivencia y evolución espiritual,
mientras que el apego y lo estático es sinónimo de la ilusión y la
autodestrucción. Esta visión de desarrollo verdadero es la inspiración
fundamental del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), quien es un sujeto
con premisas esencialmente reformistas y revolucionarias, utilizando la
naturaleza del cambio en pos del Bien. En la metapolítica de la Espiritualidad
Budista, el verdadero cambio en el mundo es aquel que transforma radicalmente
las estructuras del Poder, instaurando un virtuoso sistema de democracia
directa que libera a los pueblos de las dictaduras
de los gobiernos autoritarios y populistas. Esto implica que la esperanza de
cambio que es alentada por el maestro espiritual tiene un sentido histórico,
pues al evanescer la costumbre de sumisión social se produce una ruptura de
época que favorece la imprescindible Cura (Nirvana) de los problemas del mundo.
En efecto, la ética del Camino Medio es la gran joya de la humanidad porque es
un medio adecuado para llevar a cabo los fines que han buscado los grandes
movimientos de cambio social. Si los movimientos sociales del pasado hubieran
utilizado medios adecuados, entonces todos los grandes problemas del mundo
contemporáneo ya estarían resueltos. Aunque los conflictos se renuevan a medida
que transcurren las épocas, el estado de consciencia ampliada y superior (ECAS)
que ha alcanzado un Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) constituye el
recurso más perfecto del Universo para resolver los desafíos que presenta la
vida cada día. La ventaja del Maitriyana es que forma maestros espirituales
especialmente preparados para resolver de forma recta los problemas que
amenazan a la Tierra (Gaia), desarrollando las potencialidades ocultas de los
pueblos. Esta potencialidad espiritual es el Deseo y la esperanza de cambio que
implica el optimismo realista que se desprende de la experiencia de lo Real
como insatisfactorio, impermanente e insustancial. La Espiritualidad Budista
define al ser humano como un ser capaz de crecer indefinidamente su existencia
espiritual a través del trabajo contemplativo, por lo que la esperanza de
cambio requiere entrar en una aventura de crecimiento y superación constantes.
Como los medios adecuados son espirituales por definición, los pueblos bélicos,
injustos, ignorantes y contaminantes nunca podrán construir un mundo mejor
porque precisamente carecen de los medios adecuados para ir hacia el futuro.
Esto convierte al progreso social en una obra que nadie puede consumar a través
de la tecnología, requiriendo más bien del apoyo mutuo, empatía y solidaridad
de los demás. Por ello, la esperanza de cambio requiere de la pasión por la
búsqueda de la felicidad y el bienestar general, aspirando a una Tierra Pura o Reino de la Rectitud que crezca hasta alcanzar los confines del
Cosmos. La Esperanza de cambio y el Maitriyana van siempre por el mismo sendero,
introduciendo valores espirituales en la sociedad para que haya un verdadero
progreso.
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