Justicia Verdadera

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domingo, 22 de enero de 2017

Dictamen sobre Aung San Suu Kyi


Dictamen del Caso 02-2015: Myanmar
Lunes 23 de Enero de 2017
A raíz de la continua persecución genocida que sufre el Pueblo Rohingya por parte del ejército de Myanmar, el cual sigue realizando limpieza étnica y crímenes contra la humanidad hacia este grupo, a continuación se determinará si los hechos expuestos constituyen un acto de “Complicidad” por parte de Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz, con el antiguo gobierno de Myanmar, el cual ya ha sido sentenciado por el Tribunal Budista de Derechos Humanos.
I.                   Descripción del Caso
A inicios del 2015, cuando se creó el Comité Internacional de Ética Budista & Tribunal Budista de Derechos Humanos en los dos primeros casos se analizó y sentenció no sólo al falso monje budista Ashin Wirathu de Myanmar por Discriminación, Segregación Social y Apología de la violencia, sino que también se había sentenciado anteriormente al gobierno militar de Myanmar presidido por Thein Sein con los cargos de Genocidio, Limpieza Étnica y Crímenes contra la humanidad, siendo algo que muy pocas organizaciones a nivel mundial se atrevían a denunciar en dicho momento. El Tribunal Budista de Derechos Humanos se comunicó inmediatamente con los países de la región del sudeste asiático, como Bangladesh, Malasia, Tailandia e Indonesia, a los que se les notificó que los miles de miembros del Pueblo Rohingya que arribaban a sus países no eran inmigrantes sino refugiados que huían de un genocidio, motivo por el que se los debía recibir y proteger según lo que establecen los tratados internacionales de derechos humanos. Si bien luego estos países comenzaron a recibir a los miles de refugiados, e incluso Malasia concordó que los hechos sucedidos se trataban de una limpieza étnica, el Pueblo Rohingya continuó siendo perseguido y masacrado en Myanmar. Después del cambio de gobierno, el antiguo presidente Thein Sein buscó impunidad por sus crímenes internacionales al intentar convertirse en monje budista, algo que rápidamente fue declarado como ilegal en una Resolución histórica del Tribunal Budista de Derechos Humanos. Al mismo tiempo, el Tribunal Budista de Derechos Humanos juzgó al Comité Estatal Budista de Myanmar por Genocidio y Crímenes contra la humanidad, en otro juicio histórico. Sin embargo, con el cambio de gobierno en Myanmar, la actual Presidente de Facto Aung San Suu Kyi no sólo no inició un juicio contra Thein Sein por violaciones a los derechos humanos, sino que además permitió al ejército continuar y agravar aún más los actos genocidas, la limpieza étnica y los crímenes de lesa humanidad contra el Pueblo Rohingya. Con respecto a esta complicidad mencionada, el Tribunal Budista de Derechos Humanos procede a emitir el siguiente dictamen ético legal.
II.               Advertencia Preliminar
El Comité Internacional de Ética Budista & Tribunal Budista de Derechos Humanos evalúa violaciones a la ética y a los derechos humanos, por lo que su marco jurídico es el Derecho Tribal Budista y el Derecho Internacional. Estos procedimientos son milenarios e intrínsecos al sistema de autogobierno de la comuna espiritual (sangha), aunque poseen la innovación de la jurisdicción universal que permite analizar violaciones de otras comunidades y países.
III.            Antecedentes Personales de la Acusada
Con el objetivo de analizar en el presente caso la existencia de un acto de “Complicidad” por parte de Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz y actual Presidente de Facto de Myanmar, es fundamental ofrecer los antecedentes de la acusada. Si bien hace alrededor de dos décadas fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, supuestamente por promover la democracia, los derechos humanos y la reconciliación étnica por medios pacíficos, lo cierto es que actualmente Aung San Suu Kyi ejerce una Presidencia de facto en Myanmar que viola los principios de la democracia, al mismo tiempo que encubre y no critica las violaciones sistemáticas y generalizadas de los derechos humanos que realiza el ejército con total impunidad, avalando el genocidio, limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad contra el Pueblo Rohingya. Su ambición por mantener el Poder político con el costo de la impunidad, realizando un pacto espurio con las fuerzas militares genocidas de Myanmar al no denunciar la represión, persecución y exterminio de minorías étnicas, resulta una de las más grandes decepciones en la historia de los derechos humanos y la paz mundial. El ejército de Myanmar continua persiguiendo, torturando, abusando sexualmente, arrestando ilegalmente, desplazando, confiscando y asesinando impunemente a minorías étnicas kachin, karen y shan, además de los Rohingya, incluso llegando al punto de quemar a bebés. El silencio y complicidad de Aung San Suu Kyi ante las atrocidades y el genocidio que sufre el Pueblo Rohingya ha llevado a que una docena de Premios Nobel de la Paz protesten ante la ONU por esta situación. Además de tener el deber de ejercer la autoridad política de Myanmar siempre de una manera acorde al Derecho Internacional, Aung San Suu Kyi también debería ejercer su autoridad ética como antigua ganadora de un Premio Nobel de la Paz, lo cual demuestra que ese galardón ya no puede continuar siendo sinónimo de ética, rectitud y defensa de las libertades fundamentales. Sin embargo, doce ganadores del Premio Nobel de la Paz –junto con el apoyo de otros líderes internacionales- han intentado diferenciarse del accionar ilegal y genocida de Aung San Suu Kyi, denunciando que en Myanmar están sucediendo crímenes contra la humanidad y se está prohibiendo la entrada de ayuda humanitaria a las víctimas, violando los derechos humanos del Pueblo Rohingya, por lo que el grupo de Premios Nobel de la Paz solicitaron que se detenga inmediatamente estos crímenes de limpieza étnica, y que Aung San Suu Kyi gobierne con coraje, humanidad y compasión. Aunque este reclamo ético internacional solicitó la intervención urgente de la ONU en Myanmar, dicha organización ha omitido su responsabilidad legal para evitar y castigar el crimen de genocidio. Los doce premios Nobel de la Paz fueron: Muhammad Yunus, José Ramos-Horta, Máiread Maguire, Betty Williams, Desmond Tutu, Oscar Arias, Jody Williams, Shirin Ebadi, Tawakkol Karman, Leymah Gbowee, Malala Yousafzai y Sir Richard J. Roberts.
IV.            Complicidad con Violaciones a los Derechos Humanos
Tras describir el caso junto con los antecedentes de la acusada, el Tribunal Budista de Derechos Humanos se encuentra en condiciones de dictaminar acerca de la “Complicidad” de Aung San Suu Kyi con las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos en Myanmar, las cuales son los delitos internacionales más graves, como Genocidio, Limpieza étnica y Crímenes de lesa humanidad. En Myanmar continúan existiendo violaciones de mujeres y asesinatos masivos, utilizando la escusa de una supuesta campaña de contrainsurgencia contra “milicias rohingyas” que realmente no existen, pues detrás de esta mentira se esconde un plan oscuro y malévolo de limpieza étnica, debido a que éstos son ataques contra civiles desprotegidos, muchos degollados o quemados vivos. Estas atrocidades no sólo incluyen asesinatos sino también violaciones sexuales masivas y sistemáticas contra mujeres y niñas, utilizando el abuso como arma de guerra. Ante este genocidio, cientos de miles de miembros del Pueblo Rohingya han huido a otros países, donde casi no tienen comida ni tratamiento médico, y a la mayoría no se les permite el ingreso. El gobierno actual de Myanmar continúa negando que estas violaciones a los derechos humanos estén ocurriendo, alegando además que es el Pueblo Rohingya el que está destruyendo a sus propias sus casas. Aung San Suu Kyi, que es la Presidente de Facto de Myanmar, incluso defiende a los militares que devastaron a su país y que durante 15 años la tuvieron detenida, quienes asesinaron a docenas de monjes budistas y negaron los derechos humanos más básicos a cientos de miles de miembros del Pueblo Rohingya. Muchos funcionarios de la ONU han denunciado que estos hechos son una limpieza étnica, aunque la ONU nunca ha decidido investigar ni llevar a los responsables ante las cortes internacionales. Al mismo tiempo, Aung San Suu Kyi ha defendido indirectamente los crímenes genocidas realizados por el ejército de Myanmar, negando que estén ocurriendo violaciones a los derechos humanos. Aung San Suu Kyi ha defendido y encubierto al accionar ilegal realizado por el ejército de Myanmar, al mismo tiempo que también ella ha acusado a la comunidad internacional de estar promoviendo revueltas y conflictos entre musulmanes y Budistas. Aung San Suu Kyi ha manifestado que busca mantener el control, la paz y la estabilidad dentro de Myanmar, aunque las masacres sistemáticas y extendidas demuestran que está buscando mantener su poder político con el costo de defender el exterminio de todo un pueblo. De esta manera, es una vergüenza internacional que alguien que recibió un Premio Nobel de la Paz esté dirigiendo un genocidio, legitimizando la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad por medio de su silencio cómplice. A pesar de que la comunidad internacional supo idolatrar a Aung San Suu Kyi como un ícono de los derechos humanos, su comportamiento presente y su sed de poder la han convertido en uno de los peores criminales del mundo, a la que se le debe quitar urgentemente su Premio Nobel y a la que se debe llevar ante las cortes internacionales. Aunque el Tribunal Budista de Derechos Humanos no tiene ningún tipo de poder político y económico para sancionar o detener el genocidio liderado por Aung San Suu Kyi, ciertamente el Tribunal tiene un supremo poder ético y espiritual para acusarla de “Complicidad” con la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, declarando nulo e ilegal su Premio Nobel de la Paz.
V.                Conclusión
El Tribunal Budista de Derechos Humanos tiene el Propósito (Dharma) de defender la libertad, igualdad y fraternidad de toda la humanidad, promoviendo el disfrute de los derechos humanos y el respecto por la naturaleza dhármica de todos los seres sintientes. El Tribunal Budista de Derechos Humanos ha encontrado suficientes evidencias para confirmar un Dictamen legal contra Aung San Suu Kyi por “Complicidad” con el Genocidio, la Limpieza étnica y los Crímenes contra la humanidad. En concordancia con los tratados internacionales de derechos humanos, el Tribunal Budista de Derechos Humanos garantiza el derecho a la vida, el derecho a la paz, el derecho a la justicia y el derecho a la salud, todos los cuales han sido extendida y sistemáticamente violados tanto por ambos presidentes de facto Thein Sein y Aung San Suu Kyi. El Tribunal Budista de Derechos Humanos concluye que el Pueblo Rohingya no está teniendo acceso a la salud física, psíquica, social y espiritual, siendo esta catástrofe totalmente causada por el gobierno ilegal de Myanmar.
Ergo, el Tribunal Budista de Derechos Humanos dictamina que:
1.      Se afirma que la negativa de Myanmar de brindar acceso pleno y eficaz a la vida, la salud, la ciudadanía, el trabajo y la Justicia constituyen conductas ilegales por parte del Poder político y militar del país.
2.      Se solicita que las cortes internacionales investiguen y juzguen a Myanmar por los crímenes de Genocidio, Limpieza étnica y Crímenes contra la humanidad, tal y como lo hizo el Tribunal Budista de Derechos Humanos en 2015.
3.      Se requiere que todos los países cercanos a Myanmar, especialmente Bangladesh, Malasia, Tailandia y China, reciban y no expulsen forzosamente a los miles de refugiados que huyen del genocidio de Myanmar, pues dicha expulsión es un crimen de lesa humanidad.
4.      Se exige que la ONU deje de encubrir al gobierno de Myanmar y que detenga adecuadamente los actos genocidas de su gobierno.
5.      Se declara como ilegal al Premio Nobel de la Paz otorgado a Aung San Suu Kyi, dándose un plazo de 5 días al Norwegian Nobel Committee para que responda si va a aceptar esta solicitud internacional de anular dicho premio.
6.        Se deja constancia que la indiferencia ante este Dictamen por parte de las máximas autoridades del Norwegian Nobel Committee constituyen un nuevo acto de “Complicidad” con las acciones ilegales y criminales que han sido denunciadas.

Siempre con espíritu de reconciliación,
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente del Comité Internacional de Ética Budista y Tribunal Budista de Derechos Humanos



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