Dictamen
del Caso 02-2015: Myanmar
Lunes 23
de Enero de 2017
A raíz de la continua persecución genocida que sufre el Pueblo
Rohingya por parte del ejército de Myanmar, el cual sigue realizando limpieza étnica y crímenes contra la humanidad hacia este grupo, a continuación se
determinará si los hechos expuestos constituyen un acto de “Complicidad” por parte de Aung
San Suu Kyi, Premio Nobel de la
Paz, con el antiguo gobierno de Myanmar, el cual ya ha sido sentenciado por
el Tribunal Budista de Derechos Humanos.
I.
Descripción del Caso
A inicios del 2015, cuando
se creó el Comité Internacional de Ética
Budista & Tribunal Budista de
Derechos Humanos en los dos primeros casos se analizó y sentenció no sólo
al falso monje budista Ashin Wirathu de Myanmar por Discriminación, Segregación Social
y Apología de la violencia, sino que también se había sentenciado
anteriormente al gobierno militar de Myanmar presidido por Thein Sein con los cargos de Genocidio, Limpieza Étnica y Crímenes contra la
humanidad, siendo algo que muy
pocas organizaciones a nivel mundial se atrevían a denunciar en dicho momento. El
Tribunal Budista de Derechos Humanos
se comunicó inmediatamente con los países de la región del sudeste asiático,
como Bangladesh, Malasia, Tailandia e Indonesia, a los que
se les notificó que los miles de miembros del Pueblo Rohingya que arribaban a
sus países no eran inmigrantes sino refugiados que huían de un genocidio, motivo por el que se los
debía recibir y proteger según lo que establecen los tratados internacionales
de derechos humanos. Si bien luego estos países comenzaron a recibir a los
miles de refugiados, e incluso Malasia concordó que los hechos sucedidos se
trataban de una limpieza étnica, el
Pueblo Rohingya continuó siendo perseguido y masacrado en Myanmar. Después del
cambio de gobierno, el antiguo presidente Thein Sein buscó impunidad por sus
crímenes internacionales al intentar convertirse en monje budista, algo que
rápidamente fue declarado como ilegal en una Resolución histórica del Tribunal Budista de Derechos
Humanos. Al mismo tiempo, el Tribunal Budista de Derechos Humanos juzgó al Comité Estatal Budista
de Myanmar por Genocidio y Crímenes
contra la humanidad, en otro juicio histórico. Sin embargo, con el cambio
de gobierno en Myanmar, la actual Presidente de Facto Aung San Suu Kyi no sólo no inició
un juicio contra Thein Sein por
violaciones a los derechos humanos, sino que además permitió al ejército
continuar y agravar aún más los actos genocidas, la limpieza étnica y los
crímenes de lesa humanidad contra el Pueblo Rohingya. Con respecto a esta
complicidad mencionada, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos procede a emitir el siguiente dictamen ético
legal.
II.
Advertencia Preliminar
El Comité Internacional de Ética Budista & Tribunal Budista de
Derechos Humanos evalúa violaciones a la ética y a los derechos humanos,
por lo que su marco jurídico es el Derecho Tribal Budista y el Derecho
Internacional. Estos procedimientos son milenarios e intrínsecos al sistema de
autogobierno de la comuna espiritual (sangha), aunque poseen la innovación de
la jurisdicción universal que permite analizar violaciones de otras comunidades
y países.
III.
Antecedentes Personales de la
Acusada
Con el objetivo de
analizar en el presente caso la existencia de un acto de “Complicidad” por parte de Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz y actual Presidente de Facto de Myanmar, es
fundamental ofrecer los antecedentes de la acusada. Si bien hace alrededor de
dos décadas fue galardonada con el Premio
Nobel de la Paz, supuestamente por promover
la democracia, los derechos humanos y la reconciliación étnica por medios
pacíficos, lo cierto es que actualmente Aung San Suu Kyi ejerce una Presidencia de facto
en Myanmar que viola los principios de la democracia, al mismo tiempo que
encubre y no critica las violaciones sistemáticas y generalizadas de los
derechos humanos que realiza el ejército con total impunidad, avalando el genocidio, limpieza étnica y crímenes de
lesa humanidad contra el Pueblo Rohingya. Su ambición por mantener el Poder
político con el costo de la impunidad, realizando un pacto espurio con las
fuerzas militares genocidas de
Myanmar al no denunciar la represión, persecución y exterminio de minorías
étnicas, resulta una de las más grandes decepciones en la historia de los
derechos humanos y la paz mundial. El ejército de Myanmar continua
persiguiendo, torturando, abusando sexualmente, arrestando ilegalmente,
desplazando, confiscando y asesinando impunemente a minorías étnicas kachin,
karen y shan, además de los Rohingya, incluso llegando al punto de quemar a
bebés. El silencio y complicidad de Aung San Suu Kyi ante las
atrocidades y el genocidio que sufre
el Pueblo Rohingya ha llevado a que una docena de Premios Nobel de la Paz
protesten ante la ONU por esta situación. Además de tener el deber de ejercer
la autoridad política de Myanmar siempre de una manera acorde al Derecho
Internacional, Aung San Suu Kyi también debería ejercer su autoridad ética
como antigua ganadora de un Premio Nobel
de la Paz, lo cual demuestra que ese galardón ya no puede continuar siendo sinónimo
de ética, rectitud y defensa de las libertades fundamentales. Sin embargo, doce
ganadores del Premio Nobel de la Paz
–junto con el apoyo de otros líderes internacionales- han intentado
diferenciarse del accionar ilegal y genocida de Aung San Suu Kyi, denunciando que en Myanmar están sucediendo crímenes contra la humanidad y se está
prohibiendo la entrada de ayuda humanitaria a las víctimas, violando los
derechos humanos del Pueblo Rohingya, por lo que el grupo de Premios Nobel de
la Paz solicitaron que se detenga inmediatamente estos crímenes de limpieza étnica, y que Aung
San Suu Kyi gobierne con coraje,
humanidad y compasión. Aunque este reclamo ético internacional solicitó la
intervención urgente de la ONU en Myanmar, dicha organización ha omitido su
responsabilidad legal para evitar y castigar el crimen de genocidio. Los doce
premios Nobel de la Paz fueron: Muhammad Yunus, José Ramos-Horta, Máiread
Maguire, Betty Williams, Desmond Tutu, Oscar Arias, Jody Williams, Shirin
Ebadi, Tawakkol Karman, Leymah Gbowee, Malala Yousafzai y Sir Richard J.
Roberts.
IV.
Complicidad con Violaciones a
los Derechos Humanos
Tras describir el caso
junto con los antecedentes de la acusada, el Tribunal Budista de Derechos Humanos se encuentra
en condiciones de dictaminar acerca de la “Complicidad”
de Aung
San Suu Kyi con las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos
humanos en Myanmar, las cuales son los delitos internacionales más graves, como
Genocidio, Limpieza étnica y Crímenes de
lesa humanidad. En Myanmar continúan existiendo violaciones de mujeres y
asesinatos masivos, utilizando la escusa de una supuesta campaña de
contrainsurgencia contra “milicias rohingyas” que realmente no existen, pues detrás
de esta mentira se esconde un plan oscuro y malévolo de limpieza étnica, debido a que éstos son ataques contra civiles
desprotegidos, muchos degollados o quemados vivos. Estas atrocidades no sólo
incluyen asesinatos sino también violaciones sexuales masivas y sistemáticas
contra mujeres y niñas, utilizando el abuso como arma de guerra. Ante este genocidio, cientos de miles de miembros
del Pueblo Rohingya han huido a otros países, donde casi no tienen comida ni
tratamiento médico, y a la mayoría no se les permite el ingreso. El gobierno
actual de Myanmar continúa negando que estas violaciones a los derechos humanos
estén ocurriendo, alegando además que es el Pueblo Rohingya el que está
destruyendo a sus propias sus casas. Aung San Suu Kyi, que es la Presidente de Facto de Myanmar, incluso
defiende a los militares que devastaron a su país y que durante 15 años la
tuvieron detenida, quienes asesinaron a docenas de monjes budistas y negaron
los derechos humanos más básicos a cientos de miles de miembros del Pueblo
Rohingya. Muchos funcionarios de la ONU han denunciado que estos hechos son una
limpieza étnica, aunque la ONU nunca
ha decidido investigar ni llevar a los responsables ante las cortes
internacionales. Al mismo tiempo, Aung San Suu Kyi ha defendido
indirectamente los crímenes genocidas
realizados por el ejército de Myanmar, negando que estén ocurriendo violaciones
a los derechos humanos. Aung San Suu Kyi ha defendido y
encubierto al accionar ilegal realizado por el ejército de Myanmar, al mismo
tiempo que también ella ha acusado a la comunidad internacional de estar
promoviendo revueltas y conflictos entre musulmanes y Budistas. Aung
San Suu Kyi ha manifestado que busca mantener el control, la paz y la
estabilidad dentro de Myanmar, aunque las masacres sistemáticas y extendidas
demuestran que está buscando mantener su poder político con el costo de
defender el exterminio de todo un
pueblo. De esta manera, es una vergüenza internacional que alguien que recibió
un Premio Nobel de la Paz esté
dirigiendo un genocidio,
legitimizando la limpieza étnica y los
crímenes contra la humanidad por medio de su silencio cómplice. A pesar de
que la comunidad internacional supo idolatrar a Aung San Suu Kyi como un
ícono de los derechos humanos, su comportamiento presente y su sed de poder la
han convertido en uno de los peores criminales del mundo, a la que se le debe
quitar urgentemente su Premio Nobel y a la que se debe llevar ante las cortes
internacionales. Aunque el Tribunal
Budista de Derechos Humanos no tiene ningún tipo de poder político y
económico para sancionar o detener el genocidio
liderado por Aung San Suu Kyi, ciertamente el Tribunal tiene un supremo
poder ético y espiritual para acusarla de “Complicidad”
con la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, declarando
nulo e ilegal su Premio Nobel de la Paz.
V.
Conclusión
El Tribunal Budista de Derechos Humanos tiene el Propósito (Dharma) de
defender la libertad, igualdad y fraternidad de toda la humanidad, promoviendo
el disfrute de los derechos humanos y el respecto por la naturaleza dhármica de
todos los seres sintientes. El Tribunal
Budista de Derechos Humanos ha encontrado suficientes evidencias para
confirmar un Dictamen legal contra Aung San Suu Kyi por “Complicidad” con el Genocidio, la Limpieza étnica y los
Crímenes contra la humanidad. En concordancia con los tratados
internacionales de derechos humanos, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos garantiza el derecho a la vida, el derecho a la
paz, el derecho a la justicia y el derecho a la salud, todos los cuales han
sido extendida y sistemáticamente violados tanto por ambos presidentes de facto Thein Sein
y Aung San Suu Kyi. El Tribunal Budista de Derechos Humanos
concluye que el Pueblo Rohingya no está teniendo acceso a la salud física,
psíquica, social y espiritual, siendo esta catástrofe totalmente causada por el
gobierno ilegal de Myanmar.
Ergo, el Tribunal Budista de Derechos Humanos dictamina
que:
1. Se
afirma que la negativa de Myanmar de brindar acceso pleno y eficaz a la vida,
la salud, la ciudadanía, el trabajo y la Justicia constituyen conductas ilegales
por parte del Poder político y militar del país.
2. Se
solicita que las cortes internacionales investiguen y juzguen a Myanmar por los
crímenes de Genocidio, Limpieza étnica y
Crímenes contra la humanidad, tal y como lo hizo el Tribunal Budista de Derechos Humanos en 2015.
3. Se
requiere que todos los países cercanos a Myanmar, especialmente Bangladesh,
Malasia, Tailandia y China, reciban y no expulsen forzosamente a los miles de
refugiados que huyen del genocidio de
Myanmar, pues dicha expulsión es un crimen
de lesa humanidad.
4. Se
exige que la ONU deje de encubrir al gobierno de Myanmar y que detenga
adecuadamente los actos genocidas de
su gobierno.
5. Se
declara como ilegal al Premio Nobel de la
Paz otorgado a Aung San Suu Kyi, dándose un plazo de 5 días al Norwegian
Nobel Committee para que responda si va a aceptar esta solicitud
internacional de anular dicho premio.
6.
Se deja constancia que la
indiferencia ante este Dictamen por parte de las máximas autoridades del Norwegian
Nobel Committee constituyen un nuevo acto de “Complicidad” con las acciones ilegales y criminales que han sido
denunciadas.
Siempre con espíritu de
reconciliación,
Maestro Maitreya
Samyaksambuddha
Presidente del Comité Internacional de Ética Budista y Tribunal
Budista de Derechos Humanos
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