PRONUNCIAMIENTO sobre Desprotección Judicial
4 de Marzo de 2017
En primer lugar, Mauricio Macri, el
Presidente del actual gobierno argentino, durante la campaña electoral prometió
apoyar y fortalecer al trabajo docente. Un año después de asumir el rol de
Presidente no sólo no ha cumplido esa promesa, sino que ha decidido combatir a
los gremios que defienden los derechos de todos los docentes de Argentina. El
caso del gremialista docente llamado Baradel es muy particular, pues a pesar de
tener custodia policial asignada -por las amenazas de muerte que recibe su
familia-, en un discurso dirigido al país el Presidente Macri ha afirmado que el Sr Baradel "no necesita que nadie lo cuide". De esta forma, la máxima
autoridad del Estado Argentino se muestra contraria a la protección judicial
básica que requiere un docente amenazado de muerte, violando el derecho a la
justicia y a la paz que posee todo ser humano. La consecuencia principal de
este discurso público es la evidencia explícita del trato del Estado Argentino
hacia los docentes que reclaman un salario digno, pero también hay una
evidencia explícita del desprecio y la desprotección judicial que reciben millones
de ciudadanos ante un sistema jurídico basado en la Impunidad y en la
protección de los poderosos. En otras decisiones del Tribunal Budista de Derechos Humanos sobre el Caso Argentina se ha
demostrado que el gobierno Argentino ha desprotegido a los derechos esenciales
del Templo Internacional World
Association of Buddhism, dejando a sus directivos en estado de
desprotección total frente a amenazas de muerte reiteradas y atentados
violentos. Ahora bien, si el Estado Argentino considera que un docente
amenazado de muerte no necesita nadie que lo cuide, uno podría preguntarse cómo
va entonces el Estado a defender a maestros budistas o incluso a ciudadanos
ordinarios. De este modo, queda en evidencia que los únicos que son protegidos
judicialmente por el Estado Argentino son los individuos poderosos. Esta
situación de Desprotección Judicial hacia la población y situación de Impunidad
para una elite poderosa viola absolutamente los estándares del sistema universal
de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales que exigen que exista igualdad
ante la ley.
En segundo lugar, el Tribunal Budista de Derechos Humanos
continúa denunciando los cientos de casos de asesinatos de mujeres que ocurren
año tras año, muchos de los cuales ocurren luego de denuncias ante el sistema
judicial, lo cual demuestra que el Estado Argentino brinda desprotección
judicial a la mujer.
En tercer lugar, el Tribunal Budista de Derechos Humanos se
expide acerca de la detención de la parlamentaria Milagro Sala, la cual fue
detenida arbitrariamente por una protesta ante un gobernador local de
Argentina. Esta detención es arbitraria debido a que la protesta social nunca
debe ser criminalizada, pues todo ciudadano tiene derecho a reclamar pacíficamente.
Es de vital importancia la protección del derecho a la libertad de expresión.
Milagro Sala ha sido mantenida en prisión a raíz de acusaciones graves, como
amenazas de muerte, asociación ilícita y extorsión, todos delitos que han sido
cometidos con el permiso y complicidad del antiguo gobierno de Argentina
liderado por Cristina Kirchner, por lo que mientras se encuentre en libertad la
ex-presidente Cristina Kirchner la detención de Milagro Sala será
indudablemente arbitraria. Ahora bien, al entrar un nuevo gobernador local que
estaba enfrentado a esta parlamentaria, automáticamente el Poder judicial
decidió avanzar sobre denuncias de episodios que se habían mantenido
impunemente durante el anterior gobierno, demostrando una vez más que la
justicia protege únicamente a los que están dentro de las más altas esferas del
Poder. Es vergonzoso que la justicia investigue amenazas de muerte únicamente
cuando éstas son dirigidas a los gobernadores o presidentes, mientras que
cuando las amenazas de muerte son dirigidas hacia maestros o ciudadanos
humildes no se produce ningún tipo de protección judicial. Es función del
Estado garantizar el pleno ejercicio del derecho humano a la paz y la justicia
de todos los ciudadanos, incluso de los mismos criminales. Además, el arresto y
la pena de prisión no son medidas que resuelvan los problemas, pudiéndose
mantener efectos más poderosos por medio de grandes sanciones económicas hacia
los acusados, junto con otras medidas de justicia restaurativa. Se debe
purificar al sistema judicial para que deje de responder únicamente a las
necesidades de los poderosos y comience entonces a proteger y cuidar a todos
los ciudadanos, especialmente a los maestros, quienes tienen la función social
de formar a las generaciones del presente y futuro. Las demoras y deficiencias
del imperio de la Ley son una situación que requiere iniciar no un mero cambio
de gobierno, sino más bien una transformación y democratización de todos los
Poderes del Estado Argentino, el cual está viciado de corrupción sistémica.
En cuarto lugar, el Tribunal Budista de Derechos Humanos
insiste nuevamente en denunciar que la policía y el sistema carcelario de
Argentina cometen crímenes de lesa
humanidad, pues de forma sistemática o generalizada existen casos de tortura,
abuso y detenciones prolongadas arbitrarias. La corrupción de las fuerzas de
seguridad obviamente está ligada a la ineficiencia judicial y a las prácticas
corruptas de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
En quinto lugar, el Tribunal Budista de Derechos Humanos
denuncia nuevamente al partido político argentino llamado “Peronismo” por otro crimen de lesa humanidad que quedó impune,
pues además del genocidio contra un pueblo indígena ocurrido durante la primera
presidencia de Perón, durante la segunda presidencia de Perón se creó un grupo
paramilitar de ultraderecha llamado “Alianza Anticomunista Argentina (AAA)”, el
cual fue responsable de cientos de asesinatos.
Todos estos cinco puntos
demuestran que aquellos que no pertenecen o no están aliados al Poder de turno,
como es el caso de los maestros, las mujeres, los opositores, los presos, los
aborígenes y los revolucionarios, siempre están desprotegidos jurídicamente en
Argentina, mientras que los poderosos que corrompen la integridad del país
tienen impunidad. Este es el principal círculo vicioso (karma) de esta gran
Nación.
Maestro Maitreya
Presidente del Tribunal Budista
de Derechos Humanos
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