Caso 23-2017: Yoga Beer
SENTENCIA ÉTICA
Estimados
Fiscal, Defensor Público, Embajador y Miembros del Jurado del Comité Internacional de Ética Budista
(CIEB) y Tribunal Budista de
Derechos Humanos (TBDH), respecto del caso 23-2017 Yoga Beer, por
medio de la presente, en el día 21 de Marzo de 2017, se deja constancia de que
se ha concluido el juicio del Comité de Ética para analizar la violación a la
Espiritualidad Budista realizada por el acusado, tras la votación de 6 miembros
del Jurado, 1 de ellos emitiendo el voto de “Insania” y los otros 5 restantes emitiendo el veredicto de “Responsable” hacia el acusado por los
delitos de FRAUDE ESPIRITUAL y CRIMEN
INTERNACIONAL CONTRA PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD.
Las acciones del movimiento Yoga Beer han quebrantado los preceptos éticos budistas y los
lineamientos espirituales esenciales del Yoga Verdadero, introduciendo el
consumo de una droga dentro de una práctica milenaria sagrada. Además, tal como
se ha demostrado durante el juicio, el consumo de alcohol produce serios daños
a la salud física y psíquica, muchos veces incluso conduciendo a la muerte.
Esto ha demostrando que el movimiento Yoga Beer viola los
preceptos éticos espirituales del Budismo y el Yoga Verdadero debido a que es
básicamente un Fraude o una Estafa que atenta contra el bienestar corporal, la
salud mental y la integridad espiritual. Sin embargo, el hecho de que el Yoga Beer haga daño a la salud mental no necesariamente implica
que el sujeto o movimiento acusado tenga “Insania”, lo cual lo haría inimputable e irresponsable frente a los cargos. En este sentido, tal como ha
sucedido en los Casos Ocampo y Spencer previamente juzgados por el Comité Internacional de Ética Budista,
este tipo de FRAUDE ESPIRITUAL no
está asociado con la estructura psíquica de la Psicosis sino más bien con la Perversión,
desarrollando un Falso sistema de Yoga que reduce una práctica sagrada a un
mero divertimento o bien de consumo. Este mecanismo
de desacralización, que ya había
sucedido anteriormente en Occidente al reducir al Yoga a una mera gimnasia o
deporte, también es acompañado en el Yoga Beer por un mecanismo de perversión, el cual
consiste en corromper, depravar, viciar, contaminar y envilecer la esencia
misma del Yoga.
Por otra parte, este caso presenta la particularidad
de que el Yoga recientemente ha sido declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por
lo que la perversión realizada por el movimiento Yoga Beer es
indudablemente una Violación a los Derechos Humanos Culturales. Frente a esta
manipulación o intento de destrucción de un patrimonio cultural espiritual, el Comité Internacional de Ética Budista
ha decidido responder inmediatamente con todos los recursos del Derecho Budista
y el Derecho Internacional, transmitiendo al mundo que las disciplinas espirituales
deben ser purificadas de todo tipo de perversión, distorsión o contaminación.
Aunque se podría alegar que el Yoga no se encuentra
bajo la jurisdicción del Budismo, esto no es cierto, ya que ambas tradiciones están
profundamente interrelacionadas. Más allá del hecho de que el Maestro Gautama
se entrenó con los principales gurúes yoguis de su época, habiendo aprendido lo
mejor de sus técnicas ascéticas en el estudio de los jhanas, ciertamente la Ética Budista de los
cinco preceptos ha influenciado profundamente
al Yoga Verdadero, pues
mientras el Budismo prescribe el no dañar a seres vivos, no robar, no mentir,
no abusar sexualmente y no ingerir drogas, a su vez el Yoga Verdadero
prescribe no ser violento, decir la
Verdad, no robar, moderar los impulsos y no codiciar. Además, el Noble Óctuple
Sendero creado por Gautama influenció clara
y profundamente
al Sabio Patáñjali, quien en el siglo III a.C. sentó las bases del Yoga
contemporáneo. El Noble
Óctuple Sendero de Gautama es una vía ética que rectifica el mundo interno
y externo del ser humano por medio de ocho principales factores de Rectitud que
son virtudes simultáneas y ajerárquicas: la comprensión
recta (samyak drsti), el pensamiento recto (samyak samkalpa), el habla
recta (samyak vaca), la conducta recta (samyak karmanta), la subsistencia
recta (samyak ajiva), el esfuerzo recto (samyak vyayama), la atención
recta (Samyak samriti) y la concentración recta (Samyak samadhi). En concordancia, el
Sabio Patáñjali también desarrolló un Óctuple
Sendero de Yoga compuesto por: Yama
(control moral), Niyama (autocontrol),
Asana (control de postura), Pranayama (control vital), Pratyahara (control de percepción), Dharana (control de pensamiento), Dhyana (meditación) y Samadhi (concentración). Tanto en
Gautama como en Patáñjali, ambos Óctuples
Senderos conducen al Despertar o Liberación. Esto demuestra que el Sabio
Patáñjali fue influenciado profundamente por el Noble Óctuple Sendero del Maestro Gautama, por lo que según este
análisis la tradición del Yoga Verdadero
indudablemente tendría un fundamento budista, entrando absolutamente dentro de
la jurisdicción de la Comuna Espiritual (Sangha), del mismo modo que durante el
marco del “Caso 16-2016 Irán” el Comité
Internacional de Ética Budista ha reconocido a la tradición de los Bahai.
En el Mahaparinibbanasutta existe una milenaria historia espiritual que
revalidaría este revolucionario análisis realizado por el Comité Internacional de Ética
Budista. La historia cuenta que el
asceta errante Subhadda fue el último aprendiz del Maestro Gautama, quien pocas
horas antes de morir enseñó que si en una
Espiritualidad no existe Noble Óctuple Sendero entonces no existirán Seres
Libres e Iluminados, aunque si en una Espiritualidad existe Noble Óctuple Sendero
entonces existirán Seres Libres e Iluminados. Por lo tanto, esta sabiduría
compasiva en acción permite a la Comuna Espiritual (Sangha) poder descifrar la
supuesta legitimidad ética de cualquier tradición o la supuesta Iluminación de
cualquier maestro espiritual, simplemente analizando si existe la presencia del
Noble Óctuple Sendero en sus enseñanzas.
Según el Comité
Internacional de Ética Budista, todos los profesores
de Yoga del mundo deberían estudiar y seguir a los Yoga Sutras de Patáñjali, pues eso evitaría que el Yoga sea
reducido a un mero deporte o sea pervertido como una forma de entretenimiento, debiéndose
evitar que se dañe la sacralidad de este Patrimonio
Cultural de la humanidad. Incluso, el Comité
Internacional de Ética Budista prescribe que los budistas también podrían
aprender algo de estos Sutras, pues siempre
es nutritivo aprender las visiones de distintos maestros espirituales sobre la
base de un mismo fundamento ético perenne. En el Dhammapada el Maestro Gautama avala este posicionamiento
integrativo y reconciliador afirmando que la
enseñanza de todos los Seres Despiertos (Buddhas) es abandonar el mal, hacer el
bien y purificar la mente. Esto implica que si el Yoga enseñase y
practicase ese fundamento esencial de abandonar
el mal, hacer el bien y purificar la mente, entonces el Yoga estaría
siguiendo definitivamente el Camino Budista, el cual no sólo es la vía que
sigue a Gautama sino que más bien es la Vía que sigue a todos los Seres Despiertos (Buddhas) de la
historia.
El Budismo y el Yoga
Verdadero apuntan a la Evanescencia del Ego, sublimando
las pasiones y comprendiendo la ilusoriedad del objeto del Deseo. Esta muerte de la vida egoísta y mundana es
el renacimiento de la vida desapegada y espiritual en el aquí y ahora. En las
prácticas del Budismo y el Yoga Verdadero
el sujeto puede comprender que la salud es interna y externa, fomentando una
actitud basada en los principios éticos de la
no-violencia (ahimsa), la veracidad (satya), el no-robo (asteya), la Sublimación
(brahmacharya) y la no-avaricia (aparigraha). Al trascender el Yo la mente
se libera de las cadenas de la vida patológica y autocontradictoria, adoptando
una actitud de serenidad hacia toda la existencia, lo cual permite responder
ante las adversidades por medio de la benevolencia y la amistad, sin nunca
aferrarse al pasado y sin añorar el futuro. El Budismo y el Yoga Verdadero buscan la
liberación del sufrimiento causado por los males del apego, la aversión y la inconsciencia,
practicando en todo momento y lugar un estilo
de vida basado en la pureza (saucha), la humildad (santosha), la autodisciplina
(tapas), el autoconocimiento (svadhyaya) y la entrega de uno mismo a un
Propósito superior (Ishvara-pranidha).
El Budismo y el Yoga Verdadero
recurren a posturas físicas y ejercicios de respiración diseñados para alcanzar
el Despertar de la consciencia, profundizando mucho en este aspecto como fuente
de salud física y autorregulación psíquica. El Budismo y el Yoga Verdadero
enseñan métodos complejos de concentración y meditación, mostrando al aprendiz
cómo tener Atención Plena a su existencia, lo cual produce no sólo un efecto
terapéutico sobre el cuerpo y la mente sino también un estado de consciencia
libre e iluminada, pues el aprendiz puede unirse plenamente con su Propósito
Supremo (Dharma). El Budismo y el Yoga
Verdadero son estilos de vida que hacen posible lograr la Salud o Cura del
sufrimiento, por lo que no tienen relación alguna con las creencias religiosas,
sino con un conjunto milenario de experiencias espirituales. El
Budismo y el Yoga Verdadero no son prácticas
ascéticas o ritualísticas, sino que son un sistema de vida cotidiana abierto a
todo ser humano, sin discriminación alguna por motivos de color, género,
idioma, estatus económico, clase social, edad, opinión política, etnia,
nacionalidad o cualquier otra condición. El
Budismo y el Yoga Verdadero
enseñan al ser humano a evolucionar y convertirse en un superhumano por medio del desarrollo de la Ética, la Salud y el
Despertar.
No obstante, además del hecho de considerar a la concentración (samadhi) como una
práctica cotidiana y no considerarla como un objetivo final, hay un rasgo que
convierte al Budismo en una Espiritualidad Suprema sin ningún tipo de
comparación con el Yoga, y es precisamente la función indispensable que
desempeña la Comuna Espiritual (Sangha), sin la cual el Budismo podría ser
reducido a una filosofía o a una psicología. La Comuna Espiritual (Sangha)
creada por Gautama nació como una república
tribal y siglos después se propagó por todo el Sudeste Asiático en forma de
una Civilización. Estas
características sociales del Budismo están asentadas sobre el Derecho Budista,
no siendo casualidad que el Maestro Gautama valoraba enormemente a su Código
Legal (Vinaya). Esto se debe a que, como enseñó Gautama, las comunidades se
pervierten y desaparecen cuando no siguen preceptos éticos avanzados,
abandonando la guía de la solidaridad y la sabiduría compasiva (prajña-karuna).
En este sentido, el Comité Internacional
de Ética Budista continúa con el desarrollo ético universal fundado por
Gautama, siendo esta función rectificadora algo indispensable para la
disciplina del Yoga, ya que esta tradición no cuenta con la guía recta del
Código Legal (Vinaya) de la Comuna Espiritual (Sangha).
Finalmente, el mal comportamiento ético del Yoga
Beer forma parte de un contexto internacional de superficialización y
banalización de las tradiciones espirituales, las cuales están siendo
manipuladas, distorsionadas y pervertidas por sujetos y grupos inescrupulosos.
El Yoga
Beer es una aberración inmoral, perversa e ilegal, tal y como si se
intentase crear un “Budismo con Marihuana”. Por ser una
organización dedicada a la enseñanza ética y humanitaria, el Comité Internacional de Ética Budista ofrece
educación avanzada gratuita en Yoga Verdadero a todo sujeto o grupo que formando
parte del movimiento Yoga Beer decida renunciar a esta
práctica perversa e ilegal.
Siguiendo el Camino del Maestro Siddharta Gautama,
quien ha influenciado a múltiples tradiciones espirituales por medio de su
Ética inquebrantable, se establece que el movimiento Yoga Beer ha violado la Ética Budista y los Derechos Humanos,
habiéndose dictaminado su “Responsabilidad”
por los cargos de FRAUDE ESPIRITUAL y CRIMEN INTERNACIONAL CONTRA PATRIMONIO
CULTURAL DE LA HUMANIDAD. El Comité Internacional de Ética Budista tiene
el deber de proteger a la Espiritualidad y a toda la humanidad, estableciendo
la presente Sentencia como forma de enseñanza ética para el acusado.
Siempre con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez Espiritual del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH)
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