Caso
20-2016: United Nations (UN) & Secretario General Ban Ki-moon &
Secretario General Antonio Guterres
PRONUNCIAMIENTO
sobre el filósofo Santiago Kovadloff
9
de Agosto de 2018
En
primer lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos continúa denunciando que el
gobierno argentino del Presidente Macri, con apoyo de la ONU, intentó tapar la
crisis económica del país por medio del debate de la legalización del aborto, a
pesar de que esto viola la Constitución Nacional Argentina.
En
segundo lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos confirma que en Abril de 2018 el
filósofo Santiago Kovadloff emitió un comunicado a favor de la legalización y gratuidad del aborto, afirmando estar
comprometido con los derechos individuales y la igualdad de género, a pesar de
que obviamente el aborto viola el derecho fundamental a la vida.
En
tercer lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos se expide nuevamente acerca del
comunicado firmado por el filósofo Santiago Kovadloff, donde se reafirma la
mentira de que los abortos ilegales son la primera causa de mortalidad materna
en Argentina, lo cual constituye una tergiversación total de datos científicos
con el fin de intentar validar la legalización del aborto.
En
cuarto lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos decide nuevamente que este acto
homicida del aborto constituye un infanticidio,
aunque se recomienda que no sea abordado por medio de la justicia penal sino a
través de la justicia restaurativa, debiéndose invertir fondos de forma
adecuada para la prevención por medio de la educación.
En
quinto lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos denuncia que es una total falsedad
lo afirmado por el filósofo Santiago Kovadloff cuando manifestó que el inicio
de la existencia humana es debatible
y que depende de las creencias,
ignorando maliciosamente que las ciencias biológicas han determinado que la
vida humana comienza desde la concepción.
En
sexto lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos critica como un acto perverso el
hecho de que el filósofo Santiago Kovadloff asocie la legalización del aborto
con las sociedades que ostentan los
mejores estándares de derechos humanos, desarrollo económico y bienestar
personal, adecuando las leyes a la
realidad social del siglo XXI.
En
séptimo lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos afirma que esta posición inmoral de
Kovadloff tiene motivaciones poco genuinas, pues se recuerda que en el 22 de
Enero de 2006 el filósofo Santiago Kovadloff publicó un gran texto titulado “Cuando tener hijas es un mal negocio”
donde valientemente afirmaba que el progreso económico y tecnológico de China e
India se presenta junto con un campo de
atraso y escenario de horror que serían los millones de abortos de
embriones niñas que se producen en ambos países, lo cual fue calificado por
Kovadloff como una catástrofe retrógrada
y criminal.
En
octavo lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos coincide con la posición originaria
del filósofo Santiago Kovadloff de 2006 con respecto al aborto, considerándolo
como un procedimiento genocida y una
variante de exterminio programado de la vida, consolidando la vida humana como
medio y diluyéndola como fin.
En
noveno lugar, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos solicita al filósofo Santiago
Kovadloff que recupere su decencia e integridad ética, que vuelva a percibir el
valor intrínseco de la vida, en lugar de permitir tergiversar su pensamiento
para servir a los poderes políticos y económicos vigentes, pues nadie que tenga
pensamiento recto calificaría a un procedimiento como genocida para luego de una década comenzar a defenderlo
públicamente como un derecho humano del
siglo XXI.
Todos
estos nueve puntos demuestran nuevamente que el Tribunal Budista de Derechos Humanos
continuará denunciando los crímenes de
lesa humanidad realizados contra los niños no-nacidos de todo el mundo,
requiriendo que los pensadores y filósofos mantengan posiciones éticas de
rectitud y honorabilidad.
A
diferencia de aquellos que son meros filósofos, el Derecho Budista es un
movimiento liderado por profetas espirituales cuya prédica ética es totalmente
original y casi sin precedentes, pues su mensaje socialmente comprometido está
respaldado por la Ley o Propósito (Dharma) de la vida. Así, el Maitriyana
convoca a crear una civilización ordenada por los pilares de la paz mundial, la
justicia social, la educación avanzada y la salud ecológica. Esto implica que
el proceder del Derecho Budista es ser vocero de un mundo mejor, aunque esto
pueda ser considerado por el status quo como una acción arrogante, provocadora,
peligrosa o delirante. Por ello, la palabra verdadera cae sobre las sociedades
corruptas y autoritarias como un huracán que todo lo avasalla, denunciando a
los poderes político, económico y cultural que vulneren la naturaleza dhármica
o dignidad intrínseca de la vida por medio del culto al egoísmo, dualismo y
consumismo. Obviamente, aunque pueda llegar a sufrir resistencias o
descalificaciones, el Maitriyana es mensajero y estandarte de un mundo mejor,
trabajando con osadía en el aquí y ahora para asegurar o provocar ese
advenimiento espiritual. Si bien esto puede llegar a producir desconcierto en
el pensamiento ordinario, el Derecho Budista establece que la civilización de
paz mundial, justicia social, educación avanzada y salud ecológica debe imperar
para que la humanidad pueda sobrevivir. En cambio, si la humanidad sigue la
senda liderada por los ricos y poderosos, sin responder al llamado de la
autocrítica y arrepentimiento, entonces estará condenada a hundirse en la
insensatez y decadencia, instaurando una inminente autodestrucción y catástrofe
global de pobreza, injusticia, ignorancia y contaminación. Por ello, nadie
puede intimidar a los profetas del Maitriyana, embistiendo clara y
elocuentemente contra todo aquel que sea incapaz de sostener su vida en la
búsqueda y cumplimiento de la Verdad y el Amor. Así, el Derecho Budista no
disimula su desafío de intentar salvar al mundo contemporáneo encontrado al
filo del abismo, incluso luchando contra los pensadores y filósofos que quieren
mantener al mundo en la vía de la extinción.
Siempre
con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro
Maitreya Samyaksambuddha
Juez
y Presidente del Tribunal
Budista de Derechos Humanos
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