Justicia Verdadera

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miércoles, 8 de agosto de 2018

Sentencia sobe Marcos Galperin & Mercado Pago


Caso 45-2018: Mercado Pago & Marcos Galperin

SENTENCIA ÉTICA
Estimados Fiscal, Defensor Público, Embajador, Secretario y Miembros del Jurado del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH), respecto del Caso 45-2018 contra Mercado Pago & Marcos Galperin, por medio de la presente, en el día 25 de Julio de 2018, se deja constancia de que se ha concluido el juicio del Comité para analizar la Violación a la Ética Budista realizada por el acusado.
Luego del análisis de la presentación del Caso y la validación de pruebas, se ha procedido con la votación de 8 miembros del Jurado, confirmándose que hubo 8 votos de “Responsable” para Mercado Pago & Marcos Galperin por los graves delitos de Estafa y Corrupción. Al interpretar y dar voz a la votación de los miembros del Jurado, se concluye que Mercado Pago & Marcos Galperinno tiene ningún motivo válido para justificar sus actos fraudulentos de tomar o no-devolver fondos que no le pertenecen, los cuales son actos inmorales y criminales que también violan el segundo precepto ético del Derecho Budista. En este sentido, el acusado Mercado Pago & Marcos Galperinen reiteradas ocasiones ha manifestado públicamente disculpas e incluso ha asumido el compromiso de retornar los fondos económicos que se apropiaron ilegalmente, todo lo cual resultaron ser promesas falsas que sin ningún lugar a dudas constituyen el delito de Estafa.
Por otra parte, el Comité Internacional de Ética Budista establece la posibilidad de llegar a un Acuerdo Conciliatorio Post-Sentencia con Mercado Pago & Marcos Galperin en caso de que el acusado desee la anulación de los cargos en su contra. Para poder hacer el bien, dejar de hacer el mal, y purificarse espiritualmente, siguiendo el Camino la Rectitud, se sentencia que Mercado Pago & Marcos Galperin deberá cumplir con los siguientes requisitos: 1) Solicitar disculpas públicas al Templo Budista y devolver los fondos ilegalmente apropiados; 2) Realizar un resarcimiento por los daños ocurridos por medio de sus actos de estafa; 3) Comprometerse a donar a organizaciones no-gubernamentales con fines humanitarios los 500 millones que debía pagar al Estado Argentino y que fueron anulados por medio de actos de corrupción. Hasta que este posible Acuerdo Conciliatorio no suceda, el Comité Internacional de Ética Budista declara que Mercado Pago & Marcos Galperin es Responsable de Estafa y Corrupción. A continuación, el Derecho Budista enseña cómo el acusado puede comenzar a equilibrar la búsqueda de ganancia con la búsqueda de justicia, convirtiéndose en un comerciante socialmente comprometido o una persona confucionista de negocios (rushang).
El Maitriyana considera que todo empresario debería tener Ética empresarial y Responsabilidad social, nunca estafando a la sociedad ni tampoco realizando actos corruptos. Por ello, al igual que el edificio de la Corte Suprema de USA posiciona al Maestro Confucio como un emblema de justicia, el Derecho Budista recomienda que todo empresario debería seguir el Camino ético (Dao), aprendiendo las enseñanzas del Maestro Confucio para poder tener las cualidades del humanitarismo (ren), conducta apropiada (li), rectitud (yi), sabiduría (zhi), fiabilidad (xin), gentileza (wen), amabilidad (liang), respetuosidad (gong), prudencia (jian), consideración (rang) y audacia (yong). Incluso, el Maitriyana concuerda con el Maestro Confucio en que para poder convertirse en un Ser Humano Pleno (Junzi), un Ser justo y éticamente superior, no sólo deben poseerse dichas cualidades, sino que también se debe transitar con humildad y coraje por el Camino (Dao) de vida dedicado al aprendizaje (xue), la paz (tai), la concientización (zhong) y la empatía (shu). Únicamente por medio del desarrollo de todas estas virtudes éticas es que una persona puede autorrealizarse, siendo culta y solidaria y también teniendo autoconocimiento e integridad moral, todo lo cual permite alcanzar la autotrascendencia y comprensión del Sentido de Propósito (Dharma) o Misión Divina (Tianming) en el mundo. En efecto, para el Derecho Budista las enseñanzas del Maestro Confucio contienen una visión ética integral que conducen a la armonía (he) a nivel individual, social y cósmico, uniendo a la humanidad tanto consigo misma como con lo sagrado. Sin embargo, esta armonía (he) no es estática, sino que debe ser cultivada constantemente por medio del Ser Humano Pleno (Junzi), cultivando las raíces para que crezca adecuadamente el Camino Espiritual (Dao). Precisamente, el entendimiento, la preservación y el fortalecimiento de la armonía (he) es el objetivo y práctica de las enseñanzas del Maestro Confucio. El Maitriyana encarna profundamente esta vía hacia el Ser Humano Pleno (Junzi), que es la persona perfeccionada por las virtudes y la percepción directa de la naturaleza humana. En efecto, el Ser Humano Pleno (Junzi) es un sabio compasivo, un ser transformado ética y espiritualmente, en lugar de ser un mero aristócrata que posee dinero y poder. El Ser Humano Pleno (Junzi) tiene compromiso con el aprendizaje, la Verdad, la honestidad y la sinceridad, siendo un maestro auténtico de la Conducta Apropiada (Li), la cual permite minimizar los conflictos y fortalecer el bienestar social, no sólo regulando lo que la persona hace sino también reconstituyendo su identidad. Al igual que el Maestro Confucio, para el Derecho Budista se debe apuntar al ideal de que la sociedad no esté regulada por leyes (fa) y castigos, sino que en cambio esté regulada por la responsabilidad, la virtud y el poder no-coercitivo de la Conducta Apropiada (Li) que no infringe a la armonía (he) y el bienestar social. El Derecho Budista, al igual que la Conducta Apropiada (Li), no es un sistema rígido de normas que no pueden ser cambiadas, ni tampoco es lo que elige la mayoría de la sociedad en un momento determinado. De este modo, aunque las convenciones sobre qué es la conducta apropiada (li) puedan variar en el espacio y el tiempo, lo que nunca podría cambiar es la respetuosidad, el compromiso y el coraje de crear un mundo mejor.
Al igual que el Maestro Confucio, el Maitriyana afirma que el empresario debería convertirse en un Ser Humano Pleno (Junzi), que es quien constantemente practica el Humanitarismo (Ren) y la benevolencia, incluso estando dispuesto a sacrificarse a sí mismo en pos de completar la labor humanitaria que nunca impone sobre los demás aquello que no se desearía para uno mismo. En lugar de intentar explotar a los demás como regularmente lo hace el empresario deshonroso o inescrupuloso (xiaoren), en cambio el Ser Humano Pleno (Junzi) es aquel que ayuda a realizar las mejores cualidades de los demás. Precisamente, el Humanitarismo (Ren) es el principio ético fundamental que reúne a todas las virtudes, siendo un estado mental y también una práctica social que debe ser cultivada por medio del desarrollo de la reflexión contemplativa, la sabiduría compasiva y la conducta apropiada (li), por lo que no se trata de un mero sentimentalismo. En tanto que la conducta apropiada (li) es tan sólo una parte del amplio estilo de vida del Humanitarismo (Ren), consecuentemente toda convención de la conducta apropiada (li) no debería ser seguida rígidamente cuando no sea acorde con el Humanitarismo (Ren), pues obviamente la ausencia de conducta apropiada (li) es sinónimo de ausencia de Humanitarismo (Ren). El Derecho Budista concuerda con el Maestro Confucio en que el ideal de una humanidad humanitaria es algo que se puede alcanzar y al que todas las sociedades deberían aspirar, incluso el empresariado, el cual suele ser mezquino, desagradable y éticamente inferior. El Ser Humano Pleno (Junzi) es una persona éticamente superior, mientras que el empresario mezquino (xiaoren) es alguien que no ha desarrollado totalmente su humanidad, motivo por el que el Maestro Confucio permite concluir que una persona sin humanitarismo incluso no merecería ser considerada un ser humano, pues la persona rica y poderosa pero carente de humanitarismo y amor compasivo es una persona éticamente inferior (jian zhang fu), una persona deshonrosa o inescrupulosa (xiaoren), incluso aunque se tratase de un empresario astuto y multimillonario. En este sentido, siguiendo al Maestro Confucio, el Maitriyana recomienda que el Ser Humano Pleno (Junzi) nunca debería meramente acumular poder y riquezas, como lo hacen los políticos y empresarios, sino que debería ser un servidor de la humanidad, aprendiendo y compartiendo la transformadora fuerza de las virtudes. Por ello, para el Derecho Budista convertirse en un Ser Humano Pleno (Junzi) implica una gran disciplina ética espiritual, un sentido de responsabilidad cívica y amabilidad, cargando en los hombros el enorme peso del Humanitarismo (Ren) en el mundo. El Maestro Confucio enseña que el Ser Humano Pleno (Junzi) comprende la Rectitud (Yi), mientras que el empresario o la persona éticamente deficiente y subdesarrollada (jian zhang fu) sólo comprenden qué es rentable y lucrativo. Este logro evolutivo del Ser Humano Pleno (Junzi) es posible debido a que su conducta apropiada y recta (li-yi) siempre tiene en consideración al prójimo por medio de la reflexión contemplativa crítica y la sabiduría compasiva.
En concordancia con el Maestro Confucio, el Maitriyana fusiona el mejor conocimiento del pasado con los mejores conocimientos del presente, siendo reformista y simultáneamente conservando las más evolucionadas tradiciones éticas y espirituales bajo la luz interpretativa del mundo contemporáneo, lo cual posibilita integrar el pasado y presente en pos de la visión utópica del futuro dentro de una vía de transmisión, creatividad, innovación y cambio social. Este Camino (Dao) es un compromiso con el aprendizaje a lo largo de toda la vida, siendo un autodesarrollo ético que cultiva y mantiene a la armonía planetaria (he) por medio del ideal del Ser Humano Pleno (Junzi). De esta manera, el Derecho Budista continúa desarrollando la senda del Maestro Confucio para llevar plenitud y armonía a la mente y a la sociedad. Por medio del aprendizaje contemplativo, la sabiduría compasiva y la práctica ética, el Ser Humano Pleno (Junzi) puede internalizar el Sentido de Propósito (Dharma) o Misión Divina (Tianming), trabajando para que las sociedades no carezcan de gobiernos benevolentes. Sin embargo, en caso de que estos esfuerzos humanitarios supremos estén condenados a no producir ningún beneficio inmediato, incluso ante este escenario, el Ser Humano Pleno (Junzi) seguiría estando comprometido a relacionarse éticamente en todas sus relaciones, pues dicha actitud es el mejor modo de vida posible. Por ello, el Maitriyana recuerda a los empresarios llenos de egoísmo, codicia y consumismo, que en realidad la verdadera riqueza es vivir en armonía (he) y no-interferencia (wuwei) con el Orden intrínseco (Dao) del Universo, pues como enseña el Maestro Laozi cuando se consume y desea menos se puede recuperar la tranquilidad y la espontaneidad (ziran), realineando el pensamiento, palabra y acción con el Orden natural de la vida. Al igual que el Maestro Mencio, el Derecho Budista manifiesta que los empresarios y gobernantes no deberían estar únicamente interesados en obtener beneficios o ganancias, sea para sí mismos o para el Estado, pues para lograr el desarrollo individual y social lo que realmente importa es el Humanitarismo (Ren) y la Rectitud (Yi). En definitiva, cuando se prioriza el lucro por sobre la conducta apropiada y recta (li-yi) esto tiene consecuencias nefastas en el mundo, dado que los empresarios y los gobernantes únicamente buscan beneficiarse incluso por medio de la usurpación de los bienes del pueblo. El Maitriyana coincide con la visión idealística e inspiradora de los Maestros Confucio y Mencio en describir al Ser Humano Pleno (Junzi) como alguien humanitario, apropiado y recto, una persona de principios e integridad, no motivada por el beneficio y la ganancia material, haciendo lo correcto incluso aunque esto pueda costarle perder su propiedad, libertad y vida. El Derecho Budista coincide con el Maestro Mencio en que el Ser Humano Pleno (Junzi) es la persona que no puede ser corrompida por medio de la riqueza y el poder, pues siempre es fiel a sus principios éticos superiores y prefiere la pobreza y la alienación antes que priorizar el lucro y el utilitarismo por encima de lo correcto y adecuado.
En contraposición a los empresarios codiciosos (xiaoren) y los gobernantes corruptos, los Maestros Confucio y Mencio han enseñado una política económica en concordancia con el principio del Humanitarismo (Ren), lo cual sería la base del modelo del gobernante verdadero. El Maitriyana coincide con esta visión utópica, especialmente frente a un mundo contemporáneo donde prevalece la corrupción y la impunidad, por lo que se avala la idea del gobernante verdadero como aquel que practica benevolencia y respetuosidad hacia el pueblo, lidera por medio de las virtudes y nunca tomando lo que no le corresponde. Según el Maestro Mencio, esto significa que el gobernante verdadero debe reducir los castigos y los impuestos, distribuir las tierras para asegurar la subsistencia, asistir al pueblo en la producción de alimentos y promover la educación, pues siempre se prioriza el bienestar social, lo cual implica que el gobernante verdadero nunca está dispuesto a quitar a nadie el derecho a la vida. De esta manera, el Ser Humano Pleno (Junzi) es un ideal que no se alcanza por medio de la riqueza y el poder, sino por medio de una total dedicación y reflexión sobre el humanitarismo (ren) y la conducta apropiada y recta (li-yi). El Derecho Budista, al igual que el Maestro Mencio, considera que por medio de este esfuerzo contemplativo y ético todo ser humano puede convertirse en un sabio, en tanto que la naturaleza humana (xing) es fundamentalmente divina o compasiva. Sin embargo, sin un adecuado cultivo y educación esta naturaleza dhármica permanece no-nacida y puede ser oscurecida por medio de una personalidad ordinaria que sólo busca el lucro en lugar de la rectitud. Así, el Maitriyana concuerda con el Maestro Mencio en que el Ser Humano Pleno (Junzi) es el que ha autocultivado y recobrado su naturaleza originaria divina, lo cual demuestra que toda búsqueda de la armonía social (he) debe iniciar dentro de la propia mente.
El Derecho Budista concuerda con el Maestro Xunzi en que los deseos no pueden ser eliminados porque son parte de la naturaleza humana, aunque éstos ciertamente pueden ser sublimados o transformados por medio de una educación ética cuyo objetivo es convertir al sujeto en un Ser Humano Pleno (Junzi) dentro de un Camino (Dao) de aprendizaje, contemplación fenoménica y autoanálisis que nunca debe cesar a lo largo de toda la vida. Por medio de la Sublimación o transformación ética del Deseo es que el sujeto ordinario primitivo aprende a dejar de obsesionarse con la búsqueda de ganancia monetaria, realizando persistentemente un esfuerzo (gongfu) para lograr la autotransformación por medio del conocimiento, la música y la conducta apropiada y recta (li-yi) que subliman al deseo y aseguran el respeto, apoyo mutuo y armonía en la sociedad. A esto se debe que el Maestro Xunzi haya descrito a los grandes sabios como tranquilos y vacíos de deseo.
Por otra parte, con el fin de evanescer a la vía del tirano (badao) que prevalece en el mundo contemporáneo, el Maitriyana coincide con la vía del Verdadero Gobernante (Wangdao) -o rey sabio- propuesta por el Maestro Xunzi, cuya innovación filosófica política propone medidas tales como la distribución de la tierra, sistema de transporte eficiente, rebaja de impuestos, servicio público no arbitrario, protección del medioambiente, meritocracia, y premiaciones y castigos justos. En este sentido, el Derecho Budista concuerda con el Maestro Xunzi en que se deben minimizar los castigos y que también se debe reformar la sociedad por medio de la educación en valores y virtudes. Esta formación cívica, ética y espiritual no sólo se distingue del conocimiento trivial y ordinario, sino que también permite que las personas puedan convertirse en gobernantes sabios y compasivos, construyendo la paz, justicia, educación y ecología en sus comunidades y en el planeta.
El Maitriyana reconoce que por medio del Maestro Zhu Xi el Confucionismo ha logrado poseer su propio Noble Óctuple Sendero hacia la Liberación. En efecto, los 8 pasos tendrían un fuerte Sentido de misión o Propósito (Dharma): primero, contemplación de los fenómenos del mundo interno y externo; segundo, conocimiento profundo; tercero, integridad y sinceridad en sentimiento y pensamiento; cuarto, rectificar la mente por medio de la sublimación del deseo; quinto, autocultivo ético para convertirse en un Ser Humano Pleno (Junzi); sexto, armonizar la familia; séptimo, establecer el orden en el Estado; octavo, restaurar la paz y armonía en el mundo. Precisamente, esta misión mesiánica es compartida por el Derecho Budista y el Maestro Confucio, confirmando que la Cura del desorden y el conflicto social no reside en leyes duras sino en la transformación ética de la humanidad, sin lo cual sólo prevalecería el dominio impune de los corruptos y poderosos. Aunque requiere de mucho esfuerzo y dedicación espiritual, el Maitriyana y los Maestro Confucio y Mencio confirman que todo sujeto puede convertirse en un Ser Humano Pleno (Junzi), un Ser éticamente superior, un representante viviente de la armonía universal. Para alcanzar este ideal ético se requiere contemplación, humanitarismo (ren) y conducta apropiada y recta (li-yi). Sobre esta base de sabiduría compasiva todo ser humano puede evolucionar, dejando de ser simplemente una persona inferior (jian zhang fu) obsesionada con la ganancia material, para así siempre poder hacer lo correcto y de la manera correcta, que según el Maestro Confucio sería la manera apropiada de buscar riqueza o ser un comerciante ético (liang jia).
En conclusión, el Comité Internacional de Ética Budista tiene el Propósito (Dharma) de que la Espiritualidad Budista nunca avale a los criminales corruptos, por lo que se condenará a todo aquel que atente contra la contemplación activa, la sabiduría compasiva y la ética humanitaria. De este modo, por haber violado una ley fundamental del Derecho Budista, como es tomar un dinero que no le pertenece, se establece que el acusado Mercado Pago & Marcos Galperin no sólo debería devolver el dinero que ha robado sino que además debería realizar una reparación por el daño cometido.
Siguiendo el Camino del Maestro Gautama Buddha, quien hace dos mil seiscientos años desarrolló un Camino de lucha contra la corrupción, el Comité Internacional de Ética Budista supervisa que las empresas de todo el mundo no violen al Derecho Budista, por lo que se ha sentenciado a Mercado Pago & Marcos Galperin como Responsable de Estafa y Corrupción.
Con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez Espiritual del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH)

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