Defensa Budista de la Nueva Abogacía
El sistema
jurídico internacional debe actualizarse o renovarse, pues se necesitan
profesionales que posean una avanzada formación técnica, normativa y
humanitaria, debiéndose sin duda interesar por cuestiones sociales. La práctica
de la abogacía no sólo puede nutrirse del aporte de las ciencias sociales, sino
que también puede aprender muchísimo de los sistemas jurídicos tradicionales de
los pueblos tribales, como es el caso del Derecho Tribal Budista. En este
sentido, el sistema jurídico internacional enfrenta dos desafíos importantes:
en primer lugar, la abogacía contemporánea necesita abrirse al futuro,
incorporando como centro de su teoría y práctica los más altos estándares de
los derechos humanos; en segundo lugar, la abogacía contemporánea necesita honrar
el pasado, respetando la complejidad de las instituciones jurídicas tribales
para comprender las transformaciones históricas y los valores éticos que son la
base de la Ley. Por ello, el Maitriyana enseña un nuevo tipo de abogacía con
fundamentos políticos, económicos, culturales y medioambientales. El sistema
jurídico estatal por sí solo no es suficiente para comprender el fenómeno
complejo de la Ley, lo cual significa que debe incorporar formaciones
interdisciplinarias en psicología, filosofía, sociología e historia, tal y como
lo hace el Derecho Tribal Budista, contribuyendo a la formación profesional de
los abogados del futuro. Particularmente, deberían ser incorporadas
perspectivas como las del análisis del derecho humano a la paz, las teorías
modernas de la justicia social, el estudio de la democracia directa y el examen
de los principios de responsabilidad a la luz de los derechos medioambientales.
Estas herramientas priorizadas por el Maitriyana son útiles para comprender
mejor los casos penales y civiles, así como también para proponer nuevas
regulaciones legales inspiradas en los derechos humanos. Los aprendices del
Derecho Tribal Budista tienen una formación en pensamiento crítico,
desarrollando la capacidad de argumentación clara, rigurosa y original, motivo
por el que aprenden lógica dialéctica paradojal, redactando posicionamientos
éticos más allá del dualismo. Este tipo de argumentación recta busca que las
leyes sean consistentes con la ética y el razonamiento intuitivo del Derecho
Natural. Así, los comités de ética y tribunales de consciencia del Maitriyana
hacen uso del conocimiento cumbre (satori) cuando evalúan casos de violaciones
a los derechos del pueblo búdico, de la humanidad, de los animales y de la
Madre Tierra (Pachamama). Los juristas (vinayadharas) del Derecho Tribal Budista
no necesariamente son expertos en todas las cuestiones, aunque ciertamente
deben tener las capacidades de evaluar sabiamente los casos e interpretar
compasivamente las leyes, incluso considerando las metadiscusiones acerca de
los métodos apropiados para llegar a la Verdad y la Justicia. Los maestros
espirituales son mentores éticos y legales de los sujetos, siendo fuentes de
consulta para su desarrollo psíquico y social. El Maitriyana se acerca entonces
a la abogacía del futuro con la intención de que las nuevas generaciones de
aprendices tengan herramientas profesionales para impulsar su práctica de
compromiso con la Liberación de los demás. El Derecho Tribal Budista es un
metapoder cuya práctica es la enseñanza jurídica, promoviendo la defensa de la
ética, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Por lo tanto, los
comités de ética y tribunales de consciencia del Maitriyana encarnan un
mejoramiento y evolución del sistema internacional de Justicia, el cual puede
importar estas prácticas jurídicas tradicionales de los pueblos tribales y
adecuarlas a las necesidades de la comunidad global. Estas habilidades del
Derecho Tribal Budista serán fundamentales en el mundo del mañana, el cual
desarrollará la democratización y purificación de la Justicia hasta niveles
nunca antes alcanzados.
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