Defensa Budista del Despertar de los pueblos
El Derecho
Budista busca que la sociedad se encamine con firmeza hacia una civilización
socialista libertaria, desarrollándose sustentablemente con un peso específico
en la evanescencia de la pobreza. En efecto, el proyecto de ascensión o
Despertar (Bodhi) de los pueblos indudablemente tiene su origen en los
múltiples Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) que han existido en
la historia de la humanidad, quienes con mucha paciencia enseñaron a las
sociedades del mundo cómo calmar su sed de paz, justicia social, educación y
ecología. Esto presupone que el maestro espiritual es un sujeto de un poder
supremo que hace de cierto contrapeso al despliegue autodestructivo de la
civilización materialista, la cual se ha ido desmoronando producto de las
mayores desgracias que han acompañado a los gobiernos por generaciones: la
codicia, el odio y el engaño. Exceptuando muy pocos casos, la mayoría de los
gobiernos son una estructura de corrupción que empobrecen profundamente al
pueblo al no liberarlo de sus miserias. El Maitriyana enseña que cuando un
aprendiz puede comprender la realidad entonces dedica toda su buena voluntad al
desarrollo social, logrando cosas inimaginables. En cambio, los gobiernos y las
religiones no buscan que los pueblos despierten, sino que más bien buscan
controlar a la sociedad por medio del nepotismo, la falta de republicanismo y
el abuso de las fuerzas militares. Sin embargo, el Derecho Budista establece
que toda ideología o estructura social corrupta está destinada a perecer frente
al acontecimiento del futuro. En consecuencia, el maestro espiritual es una
muestra de esperanza ante los peligrosos gobiernos autoritarios, enseñando una
vía directa hacia la humanidad nueva. El Gran Despertar (Maha Bodhi) planetario
es un innovador cambio de rumbo, estableciendo ciertas medidas de Apertura
(Sunyata) de un mundo mejor y sin guerras, pobreza, ignorancia y contaminación.
Aunque es un Propósito (Dharma) muy difícil de alcanzar, ciertamente no es
inalcanzable ni imposible, pues se trata del acontecimiento súbito y utópico de
la liberación de la opresión. Esto posiciona al movimiento del Maitriyana como
un actor influyente para el emerger de la civilización del mañana, enseñando
cómo poder crear una Tierra Pura o Reino de la Rectitud en el aquí y ahora.
Ha sido una travesía de más de dos mil seiscientos años, pero el Derecho
Budista aún mantiene un poder ético y legal que no da la espalda al sufrimiento
del pueblo. Así, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) enseña a los
pueblos a dejar de tener lealtad hacia sus gobernantes, para comenzar a tener
lealtad hacia la Ley y la Justicia. Este elocuente Desapego es clave para que
el Despertar (Bodhi) de la humanidad, haciendo que resuene en todos los
continentes el estruendo de la Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Indudablemente, la maduración de la sociedad depende de que los pueblos busquen
evanescer su pobreza espiritual, luchando pacíficamente contra los gobiernos
corruptos y autoritarios, cuya tendencia nunca es el bienestar social sino la
acumulación de riquezas y poder. El Maitriyana es entonces un movimiento
atrevido, inesperado e insospechado para aquellos que están apegados a las
estructuras hegemónicas que oprimen a los pueblos al fijarles sus destinos. En
este sentido, el maestro espiritual enseña a hacer posible a lo imposible, restableciendo progresivamente las
relaciones de armonía entre los seres humanos y uniendo a los Estados en el
respeto de la Ética, los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. A
través de sentencias éticas ejemplarizantes, el Derecho Budista lucha contra la
corrupción y opresión de las instituciones gubernamentales, corporativas y
religiosas, fomentando la investigación de la Verdad. Obviamente, este Camino
se diferencia de aquellos que son demagogos y utilizan el sufrimiento del
prójimo. El Maitriyana es la creación de un futuro de evolución y madurez
colectiva, transformando profundamente a la sociedad por medio de una nueva
visión libertaria que encamina a los pueblos hacia un sistema civilizatorio
pacifico, justo, sabio y compasivo.
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