Justicia Verdadera

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domingo, 3 de julio de 2016

Diálogo con la Organización de los Estados Americanos (OEA)



Defensa Budista del Despertar de los pueblos

El Derecho Budista busca que la sociedad se encamine con firmeza hacia una civilización socialista libertaria, desarrollándose sustentablemente con un peso específico en la evanescencia de la pobreza. En efecto, el proyecto de ascensión o Despertar (Bodhi) de los pueblos indudablemente tiene su origen en los múltiples Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) que han existido en la historia de la humanidad, quienes con mucha paciencia enseñaron a las sociedades del mundo cómo calmar su sed de paz, justicia social, educación y ecología. Esto presupone que el maestro espiritual es un sujeto de un poder supremo que hace de cierto contrapeso al despliegue autodestructivo de la civilización materialista, la cual se ha ido desmoronando producto de las mayores desgracias que han acompañado a los gobiernos por generaciones: la codicia, el odio y el engaño. Exceptuando muy pocos casos, la mayoría de los gobiernos son una estructura de corrupción que empobrecen profundamente al pueblo al no liberarlo de sus miserias. El Maitriyana enseña que cuando un aprendiz puede comprender la realidad entonces dedica toda su buena voluntad al desarrollo social, logrando cosas inimaginables. En cambio, los gobiernos y las religiones no buscan que los pueblos despierten, sino que más bien buscan controlar a la sociedad por medio del nepotismo, la falta de republicanismo y el abuso de las fuerzas militares. Sin embargo, el Derecho Budista establece que toda ideología o estructura social corrupta está destinada a perecer frente al acontecimiento del futuro. En consecuencia, el maestro espiritual es una muestra de esperanza ante los peligrosos gobiernos autoritarios, enseñando una vía directa hacia la humanidad nueva. El Gran Despertar (Maha Bodhi) planetario es un innovador cambio de rumbo, estableciendo ciertas medidas de Apertura (Sunyata) de un mundo mejor y sin guerras, pobreza, ignorancia y contaminación. Aunque es un Propósito (Dharma) muy difícil de alcanzar, ciertamente no es inalcanzable ni imposible, pues se trata del acontecimiento súbito y utópico de la liberación de la opresión. Esto posiciona al movimiento del Maitriyana como un actor influyente para el emerger de la civilización del mañana, enseñando cómo poder crear una Tierra Pura o Reino de la Rectitud en el aquí y ahora. Ha sido una travesía de más de dos mil seiscientos años, pero el Derecho Budista aún mantiene un poder ético y legal que no da la espalda al sufrimiento del pueblo. Así, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) enseña a los pueblos a dejar de tener lealtad hacia sus gobernantes, para comenzar a tener lealtad hacia la Ley y la Justicia. Este elocuente Desapego es clave para que el Despertar (Bodhi) de la humanidad, haciendo que resuene en todos los continentes el estruendo de la Libertad, Igualdad y Fraternidad. Indudablemente, la maduración de la sociedad depende de que los pueblos busquen evanescer su pobreza espiritual, luchando pacíficamente contra los gobiernos corruptos y autoritarios, cuya tendencia nunca es el bienestar social sino la acumulación de riquezas y poder. El Maitriyana es entonces un movimiento atrevido, inesperado e insospechado para aquellos que están apegados a las estructuras hegemónicas que oprimen a los pueblos al fijarles sus destinos. En este sentido, el maestro espiritual enseña a hacer posible a lo imposible, restableciendo progresivamente las relaciones de armonía entre los seres humanos y uniendo a los Estados en el respeto de la Ética, los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. A través de sentencias éticas ejemplarizantes, el Derecho Budista lucha contra la corrupción y opresión de las instituciones gubernamentales, corporativas y religiosas, fomentando la investigación de la Verdad. Obviamente, este Camino se diferencia de aquellos que son demagogos y utilizan el sufrimiento del prójimo. El Maitriyana es la creación de un futuro de evolución y madurez colectiva, transformando profundamente a la sociedad por medio de una nueva visión libertaria que encamina a los pueblos hacia un sistema civilizatorio pacifico, justo, sabio y compasivo.

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