Caso n° 32/2017:
TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE
JULIO CESAR GRASSI
SENTENCIA ÉTICA
Estimados Fiscal, Defensor Público, Embajador y Miembros
del Jurado del Comité Internacional de
Ética Budista (CIEB) y Tribunal
Budista de Derechos Humanos (TBDH), respecto del Caso 32-2017 contra “TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL
INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE JULIO CESAR GRASSI”, por medio de la presente, en el día 23 de Octubre de 2017,
se deja constancia de que se ha concluido el juicio para analizar la violación
a los Derechos Humanos y la Ética Budista realizada por el acusado. Este Caso
ha sido llevado a cabo como consecuencia del “Caso Argentina”.
Luego del análisis de la presentación del Caso y la
validación de pruebas, se ha procedido con la votación de 7 miembros del Jurado,
confirmándose que todos votaron como “Responsable”
a “TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL
INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE JULIO CESAR GRASSI” por los
graves delitos de Violación al Derecho Humano a la Justicia, Fraude Espiritual y Falso
Cristianismo. Además de que “JULIO
CESAR GRASSI” ha sido condenado por la justicia argentina por los delitos
de abuso
sexual agravado de menores de edad, también ha participado en actos de
corrupción apropiándose ilegítimamente de fondos económicos destinados a
actividades caritativas de los niños que se suponía que debía cuidar. Esto
demuestra que Grassi es un Falso
Sacerdote, siendo un estafador que usurpa ilegítimamente a la tradición de
Espiritualidad fundada por el Maestro Jesús de Nazaret, engañando a muchas
personas con la posesión de estatus espiritual con el fin de cometer delitos.
De este modo, el Tribunal Budista de
Derechos Humanos declara al sacerdocio de Grassi como espurio, inmoral e
ilegal, pues la posesión del rango de sacerdote actualmente le otorga aval
ético a este criminal que ha participado
en crímenes terribles. Así, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos ha implementado la jurisprudencia utilizada en
el “Caso Ricardo Javier Ocampo”, declarando
al acusado Grassi como un Falso
Sacerdote, lo cual equivale a una expulsión de facto en el campo de la Espiritualidad.
Por otra parte, el hecho de que los Tribunales
Eclesiásticos no hayan expulsado a Grassi del sacerdocio no sólo podría
implicar un acto de Complicidad, sino que también demostraría una traición absoluta
a las enseñanzas espirituales del Maestro Jesús. Debido a que la Ética
Espiritual del Maestro Jesús es esencialmente Budista, ya que incluso puede ser perfectamente reconocido como un
Ser Despierto (Buddha), por lo tanto el Tribunal
Budista de Derechos Humanos tiene total jurisdicción para determinar quiénes
están siguiendo y quiénes están traicionando las enseñanzas de la
Espiritualidad Cristiana, la cual es muy distinta de la trama del Poder Estatal
Católico.
La Comunidad Maitriyana le ofrece al acusado Grassi y a
la comunidad católica esta Sentencia Ética como modo de enseñanza sobre la Espiritualidad Recta y Adecuada (Samma-Sasana),
para que abandonen rápidamente su comportamiento inmoral. Si los Tribunales
Eclesiásticos aprenden rápidamente de esta Sentencia Ética y anulan la
condición de sacerdote de Julio César
Grassi, entonces el Tribunal Budista
de Derechos Humanos considerará que ha existido una solución reconciliadora,
habiéndose cumplido el Propósito de la enseñanza de todos los Seres Despiertos
(Buddhas): hacer el bien, evitar el mal y
purificar la mente. Incluso, si en el futuro existiese esta posible
rectificación o purificación por parte
de la situación de Grassi, entonces
el Tribunal Budista de Derechos Humanos
también podría llegar a ofrecer guía ética incondicional para que la Justicia Eclesiástica
Católica funcione correctamente y deje de traicionar las enseñanzas
espirituales del Maestro Jesús. Debido a que dentro del Catolicismo han
existido algunos Seres Libres e Iluminados, como grandes místicos o teólogos
que han contribuido con la paz mundial y la justicia social, el Tribunal Budista de Derechos Humanos
diferencia rotundamente a la Espiritualidad Cristiana con respecto al Estado
Vaticano, pues mientras la Espiritualidad está vinculada con la enseñanza
mística de un Camino de Amor, Autosacrificio, Despertar y Salvación, en cambio el
Estado está vinculado con la manipulación del Poder político, económico,
cultural y ambiental. En este sentido, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos aclara que el verdadero motivo por el cual
miles de sacerdotes católicos han participado de forma sistemática y
generalizada en múltiples casos de abuso sexual no se debería al celibato sino
más bien a la ausencia de Misticismo por parte de la mayoría de sus
representantes, habiendo perdido el contacto directo con las enseñanzas del Ser
Salvador (Cristo). En cambio, a diferencia de los sacerdotes pedófilos y los sacerdotes
encubridores, esta carencia de Espiritualidad no se observa cuando se analizan
los pensamientos y comportamientos de grandes maestros espirituales como Meister
Eckhart, Francisco de Asís, Teilhard de Chardin, Thomas
Merton y Desmond Tutu.
El Derecho Budista afirma que el Maestro Jesús no fue
ningún tipo de dios, sino que más bien fue un ser humano que alcanzó la Cura
(Nirvana) del sufrimiento, convirtiéndose en un Ser Libre e Iluminado
(Arhat-Bodhisattva) que entregó su existencia a la enseñanza de un Camino de
vida espiritual basado en la sabiduría compasiva (prajña-karuna). Esta
transformación mística no fue un acontecimiento nuevo en la historia, sino que
es parte de una larga tradición, pues antes del Maestro Jesús existieron muchos
Seres Despiertos (Buddhas) que enseñaron cómo vivir recta y adecuadamente. El
aprendiz que siga genuinamente las enseñanzas del Maestro Jesús no debe estar
apegado a ningún tipo de creencia, sino que debe abrir su mente y corazón a la
transmisión mística del conocimiento cumbre (satori), el cual es la realización
de la Verdad por medio de la transformación ética que desplaza el dominio del
Ego y reorienta al sujeto hacia un estado de consciencia ampliada y superior
(ECAS). Una de las prácticas para alcanzar este estado de Liberación es
precisamente la imitación de los
pensamientos, palabras y actos del Maestro Jesús, lo cual es un proceso místico
más allá de lo intelectual y de lo religioso. El Maitriyana confirma que las
enseñanzas del Cristianismo Místico, como las que se encuentran en la tradición
Gnóstica, no apuntan a una Salvación religiosa y metafísica sino a un Despertar
Espiritual (Bodhi), enseñando al aprendiz a abrir los ojos e iluminar la
oscuridad de la ignorancia, siendo un proceso revolucionario ante el cual el
sujeto se hace uno con su maestro
espiritual, convirtiéndose esotéricamente y adquiriendo el mismo estado de
consciencia que tuvo el Maestro Jesús. Esta transmisión directa por fuera de
las escrituras es algo casi totalmente ausente en el Catolicismo, el cual de
forma sistemática y generalizada ha bloqueado y considerado herético todo
emerger místico y libertario dentro de su movimiento. De hecho, si los
sacerdotes católicos practicasen cotidianamente meditación mística entonces
tendrían una gran posibilidad de tener un alto grado de purificación ética, lo
cual obviamente no sucede. Precisamente, para poder convertirse en seres
evolucionados y guiar espiritualmente a la humanidad, todo sacerdote debe
practicar contemplación, sabiduría compasiva y ética, pues sin estas prácticas
entonces estará destinado a ser un fraude, llenando su corazón de codicia, odio
y engaño. A diferencia de místicos como el Maestro Eckhart,
los sacerdotes suelen creer en lo
divino en lugar de experimentarlo como el corazón mismo de su Ser. Esta falta
de contacto directo con la experiencia mística es la verdadera causa originaria
de los actos criminales que suelen cometer los sacerdotes, quienes perciben la
realidad por medio de la perspectiva limitada y distorsionada del Ego en lugar
de experimentar lo Real por medio de la meditación mística. De este modo, el
Derecho Budista confirma que si el sacerdote no se vacía de todo egoísmo,
dualismo y consumismo, entonces estará destinado a cometer crímenes tan
terribles como la pedofilia. En cambio, si los sacerdotes siguen las enseñanzas
de maestros espirituales como Gautama, Jesús y Eckhart, entonces podrán
alcanzar la autorrealización y autotrascendencia en el aquí y ahora. Esta
Liberación-en-el-mundo es el Camino del Desapego, el cual es la fuente de la
felicidad suprema según Gautama, Jesús y Eckhart. Por ello, el Maitriyana
considera que sin esta sabiduría compasiva un sacerdote es nada. El Desapego es
fundamental en la vida espiritual y mística, la cual afronta las adversidades
con ecuanimidad, calma, amor, empatía y humildad. Esto permite al sujeto poder
comprender la realidad tal como es sin distraerse y apegarse a los estímulos. La
virtud del Desapego es la clave para poder acceder a la Verdad, superando al
Ego y sus rasgos de arrogancia y vanidad que obstaculiza la Cura (Nirvana) del
sufrimiento. De hecho, el mismo Maestro Eckhart consideró que el Desapego es la
expresión más perfecta de lo Divino, lo cual demuestra que las prácticas
religiosas de la creencia y la plegaria son totalmente superficiales ante la
visión mística de la Espiritualidad, demostrando que la religiosidad carece de
medios adecuados para experimentar lo Divino. Así, si el sacerdote logra
transitar por el camino de vida de la meditación mística, experimentando el
Poder Espiritual del Desapego y la Liberación, podrá ser un faro de Bondad y
Despertar (Bodhi) para todos sus seguidores, ayudándolos a vaciarse o hacerse pobres de Ego y simultáneamente hacerse
plenos de conocimiento cumbre (satori). Cuando el aprendiz logra alcanzar este
Ser Nada su mente y corazón se abren a la iluminación divina que es intrínseca
a la vida pura y noble, siempre ayudando a los pobres y oprimidos mientras se
lucha pacíficamente contra los poderosos. El Derecho Budista considera al
Desapego como la brecha radical entre la religión y la Espiritualidad, así como
la brecha entre el sacerdote y el maestro espiritual. Efectivamente, los Seres
Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) promueven la desidentificación de lo
mundano, pues el apego, la aversión y la inconsciencia son la principal fuente
del sufrimiento. Al mismo tiempo, los Seres Despiertos y Salvadores
(Buddhas-Cristos) promueven la re-identificación de lo sagrado, pues el
desapego, el amor y el conocimiento son la principal fuente de la felicidad
verdadera y eterna. Si el sacerdote practica el Camino de la vida espiritual
puede acceder a este estado de plenitud y convertirse en un Profeta de paz,
justicia, sabiduría y salud. Sin embargo, si no practica estas cualidades sólo
será una fuerza de mal, ilusión y engaño, liderando a las personas hacia la
violencia, la ignorancia y la estupidez en lugar de contribuir a un mundo
mejor. El Maitriyana enseña que si un sacerdote desea seguir la disciplina
espiritual enseñada por el Maestro Jesús entonces debe experimentar la unidad y
la reconciliación (maitri) que se alcanza con el Despertar (Bodhi) de la Verdad
que trasciende a la mente ordinaria. Los Seres Despiertos y Salvadores
(Buddhas-Cristos) han cultivado este tipo de sabiduría compasiva
(prajña-karuna) durante milenios, la cual es crucial para la supervivencia y
evolución de la humanidad. Los maestros espirituales como Gautama, Jesús y
Eckhart muestran que si el sacerdote practica correctamente la vida
contemplativa entonces no sólo puede unirse con lo divino o sagrado sino que
además puede guiar a otros hacia esa Salvación o Liberación, pues el Reino de
la Rectitud reside potencialmente dentro de cada ser sintiente. Pero para poder
convertir a este mundo en una Tierra Pura
el sacerdote debe cuidadosamente practicar y enseñar meditación, sabiduría
compasiva y ética. Sin estas prácticas espirituales, los sacerdotes se convierten
en criminales, y las iglesias se convierten en mafias. Aunque pueda parecer que
el Maitriyana es extremadamente revolucionario, en realidad no hace más que
seguir y cumplir con las enseñanzas de los grandes maestros espirituales de la
historia, quienes fueron encarnaciones del amor divino por el mundo entero. En
este sentido, los sacerdotes deben dejar de transmitir mentiras mitológicas y
engaños metafísicos, las cuales son genuinas herejías. Al vaciarse de toda
ilusión, abriendo su mente y corazón a la Verdad, los sacerdotes podrán enseñar
a la humanidad a disfrutar de la vida a pesar de su imperfección, impermanencia
e insustancialidad. El mundo no necesita de sacerdotes criminales, sino que
necesita Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas), quienes son el verdadero
futuro de la humanidad.
El Derecho Budista afirma que para construir un mundo mejor
es necesario realizar la paz y la justicia social, generando políticas
económicas y jurídicas que ayuden a las personas de forma sistemática y
generalizada. Así, el Maitriyana es un cambio de paradigma para el sistema de
justicia global, realizando un programa de Ética y Derechos Humanos que impulsa
una transformación profunda de la justicia internacional. Sin embargo, para
llevar adelante esta reforma estructural se debe prestar Atención Plena al
sufrimiento de todos los seres sintientes, lo cual es algo que los Estados
nunca suelen realizar, pues para los gobernantes todas las personas no son más
que meros números. Esta falta de empatía y altruismo es la causa por la que los
Estados fallan en combatir el tráfico de armas, la corrupción,
la prostitución, el encubrimiento y el narcotráfico. En este sentido, los
maestros espirituales pueden ayudar a la Justicia a mejorar, especialmente
teniendo en cuenta que el Derecho Budista tiene 2600 años de experiencia sobre
cuál es el Camino correcto y adecuado para el desarrollo y evolución de las
sociedades. Por ello, el Maitriyana propone cuatro pilares fundamentales para
la reforma: la justicia restaurativa, la justicia distributiva, la justicia
pedagógica y la justicia ambiental. Esto significa que trabajar arduamente por
la mejora del sistema de justicia no implicaría incorporar tecnología a los
procedimientos, como erróneamente consideran los gobernantes, sino que más bien
el cambio verdadero de paradigma significa comenzar a desarrollar una justicia
que funciona con una lógica nueva y humanitaria para poder ayudar a todas las
personas. Esta revolución de la justicia socialmente comprometida, aunque tiene
2600 años de antigüedad, sigue siendo clave para la transformación del mundo
contemporáneo, el cual está obsesionado con la tecnología en lugar de estar
identificado con la incorporación de la sabiduría compasiva (prajña-karuna).
En el mundo contemporáneo existe un descontento y fuerte
demanda de todas las sociedades para que se realicen cambios en el sistema de
justicia, especialmente ante las fallas en el funcionamiento del Derecho
Internacional. Como la mayoría de las investigaciones judiciales no esclarecen
los hechos, además de que muchas veces los jueces suelen carecer de honestidad
e imparcialidad, el Derecho Budista adquiere una enorme trascendencia pública
para realizar investigaciones que satisfacen los requerimientos de la Verdad.
Ante la ausencia de instituciones jurídicas con credibilidad el Maitriyana
garantiza que la voz de la justicia no sea oprimida dentro de los sistemas
burocráticos de impunidad. Para el Derecho Budista es imprescindible reformular
todo el funcionamiento judicial de los Estados, buscando superar sus
problemáticas y falencias, como la falta de transparencia y altruismo, para así
poder brindar acceso a la justicia a las poblaciones humildes y oprimidas. El
gobierno de la Comunidad Maitriyana ha respondido al llamado de la Paz,
Justicia, Verdad y Armonía en el mundo, buscando una reforma jurídica
integradora a través de la experiencia milenaria del Derecho Tribal
Restaurativo y también por medio del conocimiento contemporáneo del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. No obstante, trabajar por la reforma
estructural de la justicia global requiere el coraje de denunciar a los ricos y
poderosos que controlan el status quo internacional, funcionando como un órgano
autónomo y supraconstitucional destinado a la supervisión crítica de los jueces
de todo el mundo que incurran en mal comportamiento. Este trabajo
revolucionario debe estar integrado por cuatro pilares fundamentales: la paz
mundial, la justicia social, la educación gratuita y la salud ecológica. Por lo
tanto, el Derecho Budista demuestra que la transformación de la justicia es un
compromiso que debe ir más allá de la mera mejora del sistema penal, asumiendo
el desafío de realizar un verdadero cambio democrático de toda la civilización.
Únicamente el acto de guiar a los pueblos hacia la Justicia logrará cumplir con
el objetivo de salvar a la humanidad.
En conclusión, el Tribunal
Budista de Derechos Humanos tiene el Propósito (Dharma) de guiar a la humanidad
por medio de la Espiritualidad Verdadera, lo cual implica una crítica directa a
las religiones que apoyen una visión distorsionada de la Espiritualidad. Por lo
tanto, se establece que “TRIBUNAL
ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE
JULIO CESAR GRASSI” han violado a las enseñanzas del Maestro Jesús por
medio de la realización de delitos graves, como la falta de cumplimiento de la
justicia ante el abuso sexual y la corrupción, lo cual es Fraude Espiritual y Falso
Cristianismo que de facto
anula la condición ética de Sacerdote. Indudablemente,
los Sacerdotes deben ser maestros espirituales que guíen a las personas y
organizaciones hacia la Liberación, y nunca deben ser individuos que cometen
delitos y ataquen a la Espiritualidad. La Salvación del mundo es el Gran
Propósito Supremo (Maha-Dharma) de los Seres Despiertos (Buddhas), por lo que este
objetivo nunca debe estar asociado con criminales, pues de lo contrario la
humanidad perdería la esperanza en una Tierra
Pura o Reino de Rectitud. Únicamente
practicando el Camino de la Espiritualidad Verdadera, tal y como lo practicaron
muchos místicos y teólogos cristianos de la historia, entonces los miembros del
Catolicismo serán merecedores del rango de Sacerdote
Verdadero y serán genuinos herederos
de las enseñanzas del Maestro Jesús. De esta manera, el Caso sobre “TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL
INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE JULIO CESAR GRASSI” constituye
una gran enseñanza para que el Catolicismo se purifique por medio de la Fuerza
de la Verdad, en lugar de que predomine la violencia, injusticia, el engaño y
la enfermedad que violan la dignidad intrínseca de los seres sintientes.
El Tribunal
Budista de Derechos Humanos deja constancia que el Sacerdote Jorge Bergoglio (ahora conocido como Papa Francisco I) era la persona encargada de manejar el TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL &TRIBUNAL
INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES en el momento en que el Sacerdote Grassi fue condenado en la justicia argentina por el
delito de abuso sexual agravado. Este incumplimiento del deber divino de
la justicia por parte de las más altas esferas del Poder del Vaticano tiene
implicancias tremendas que nunca quedarán impunes ante el Tribunal Budista de Derechos Humanos.
Siguiendo el Camino del Maestro Gautama, quien desarrolló
un Camino de Espiritualidad Recta y
Adecuada (Samma-Sasana-marga) que influenció a las comunidades esenias y al
mismo Maestro Jesús, el Tribunal Budista
de Derechos Humanos supervisa que las religiones sean éticas, nunca
traicionando el compromiso con la Justicia y la Sabiduría Compasiva que es la
verdadera expresión de lo divino, por lo que se ha sentenciado a “TRIBUNAL ECLESIASTICO NACIONAL, TRIBUNAL
INTERDIOCESANO DE BUENOS AIRES & SACERDOTE JULIO CESAR GRASSI” como “Responsable” de Violación al Derecho Humano a la
Justicia, Fraude Espiritual y Falso Cristianismo.
Con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez Espiritual del Tribunal Budista de Derechos Humanos
No hay comentarios:
Publicar un comentario