Caso n° 35/2017: University of Kelaniya
SENTENCIA ÉTICA
Estimados Fiscal, Defensor Público, Embajadores,
Secretario y Miembros del Jurado del Comité
Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH), respecto del Caso 35-2017
contra la “University of Kelaniya”, por medio de la presente, en el día 30 de Octubre de 2017,
se deja constancia de que se ha concluido el juicio del Comité de Ética para
analizar la violación a la Ética Budista y los Derechos Humanos realizada por el
acusado.
Luego del análisis de la presentación del Caso y la
validación de pruebas, se ha procedido con la votación de 7 miembros del Jurado,
confirmándose que hubo 1 voto de “Insania” y 6 votos de “Responsable” para la escuela de Sri Lanka llamada “University of Kelaniya” por los graves delitos de Plagio
y Violación al Patrimonio Cultural. Al
interpretar y dar voz a la votación de los miembros del Jurado, se concluye que
la “University
of Kelaniya” no tiene
ningún tipo de excusa para cometer Plagio y Violación de la propiedad
intelectual, pues Maitriyana
Buddhist University no sólo ofrece becas completas para estudiar
Psicoanálisis Budista a todas las personas del mundo, sino que también brinda a
todas las Sanghas Budistas del mundo la posibilidad de realizar convenios
educativos de enseñanza gratuita. Incluso, cuando se enteró del Plagio,
Maitriyana Buddhist University se
comunicó con la “University of Kelaniya” para señalar que se podría autorizar a esta institución
para que enseñe Psicoanálisis Budista siempre que se reconozca públicamente
quien es el verdadero creador de la disciplina, lo cual nunca ha sucedido. De
este modo, el Comité Internacional de
Ética Budista ha implementado la jurisprudencia utilizada en el “Caso Ken Wilber”, considerando
nuevamente que los académicos de todo el mundo no tienen ningún tipo de derecho
a atacar impunemente al patrimonio cultural de las Comunidades Budistas.
Estos actos demuestran que la “University
of Kelaniya” se
encuentra dentro del marco de la ilegalidad tras enseñar Psicoanálisis Budista
sin la autorización adecuada. Sin embargo, si la empresa “University of Kelaniya” llegase eventualmente no sólo
a solicitar disculpas públicas y remediar el daño causado, sino también llegase
a brindar la posibilidad de que Maitriyana
Buddhist University enseñe la verdadera visión del Psicoanálisis Budista,
entonces se habría llegado a un acuerdo reconciliatorio post-sentencia, pudiendo eventualmente anularse todos los cargos contra
la escuela budista de Sri Lanka. Hasta que esto no suceda, el Comité Internacional de Ética Budista declara
que la “University of Kelaniya” es Responsable
de Plagio y Violación al Patrimonio Cultural.
El Maitriyana es un Camino de educación para toda la
humanidad, transmitiendo habilidades y aptitudes para que las personas puedan aprender
durante toda la vida. En efecto, además de la paz, la justicia y la ecología,
la cuestión de la educación avanzada gratuita es uno de los grandes ejes
centrales de la agenda del Derecho Budista. En la comunidad del Maitriyana se
trabaja para poder concretar diseños y desarrollos pedagógicos que poseen los
contenidos teóricos y prácticos más revolucionarios del mundo, promoviendo el
desarrollo de habilidades y aptitudes como la contemplación, el pensamiento
crítico y la resolución de conflictos, formando un ciudadano autorrealizado y
socialmente responsable. Como la civilización contemporánea está atravesada por
tecnologías que permiten que la información circule con altos niveles de
libertad, el Derecho Budista busca que los procesos de enseñanza de
conocimientos avanzados estén desarrollados de forma ética y adecuada,
transmitiendo sabiduría compasiva (prajña-karuna) sin vulnerar los derechos
políticos, económicos, culturales y ambientales de los pueblos. Por ello, los
modelos de formación del Maitriyana son protegidos por medio de instrumentos
legales, evitando que otros puedan distorsionar o manipular impunemente a estas
disciplinas o áreas del conocimiento. En este sentido, el Derecho Budista y el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos consideran que el plagio no sólo
no es productivo sino que además es un atentado contra la dignidad, distorsionando
la enseñanza en lugar de orientar a los aprendices hacia la Verdad, la
autonomía y el pensamiento creativo. Para lograr la meta de una enseñanza
adecuada el Maitriyana critica todo tipo de plagio, diseñando un Camino de
Educación que rinde tributo a los maestros espirituales y pensadores
intelectuales de la historia. Así, el Derecho Budista está a favor de una
educación que trabaja sobre las habilidades contemplativas, cognoscitivas y
sociales del sujeto, orientándolo hacia el aprendizaje de valores y prácticas
para alcanzar la vida buena. Este
Despertar de la Cura, la Verdad y la Rectitud es el Propósito (Dharma) al que
apunta todo el proceso de aprendizaje realizado en el Maitriyana, el cual
siempre promueve la Educación del Futuro.
El Derecho Budista es una enseñanza centrada en capacidades
contemplativas, sapienciales y éticas, creando un ambiente amigable para el
aprendizaje de los errores y aciertos de la vida. Esto se debe a que aprender
no implica hacer que los aprendices repitan ciertos datos o que lean libros fácilmente
olvidables, pues realmente el aprendizaje profundo significa aprender a
comprender adecuadamente. Además, la investigación pedagógica del Maitriyana
certifica que se aprende mejor cuando el desarrollo del pensamiento y
conocimiento va de la mano de la capacidad de comportamiento recto. Por lo
tanto, el estudio de libros extraordinarios junto con la guía del profesor que
muestra cómo aplicar los conocimientos a la vida cotidiana inicia un nuevo modo
del saber que une conocimiento, acción y solidaridad. De esta manera, el
Derecho Budista tiene que ver con la puesta en práctica de capacidades y
conocimientos que permiten resolver adecuadamente los problemas reales del
mundo, nunca olvidando que la construcción de un mundo pacífico, justo, culto y
sano es el centro de la nueva pedagogía del Maitriyana. El Derecho Budista
inaugura entonces una nueva didáctica: el aprendizaje por casos legales, en los
cuales se interrelacionan conocimientos de múltiples disciplinas que son
aplicadas a la resolución de conflictos. Incluso el mismo diseño de los casos
legales de las cortes del Maitriyana es un espacio de aprendizaje y
creatividad, tanto para el equipo de jurados que lo discute como para los
acusados que terminan siendo sentenciados. Los casos legales del Derecho
Budista rompen la lógica de lo que tradicionalmente es una escuela, retomando
una visión sistémica del mundo en tanto que el aprendizaje verdadero debe tener
en cuenta cómo es la existencia fuera del ámbito escolar. El Maitriyana
posibilita la Educación del futuro haciendo un uso activo de la contemplación,
la sabiduría compasiva y la ética. Esta potencia educativa del Derecho Budista
se basa en la difusión de información que suele ser ignorada por el sistema
educativo formal, enseñando que la Verdad implica una actitud activa del sujeto
que debe investigar y evaluar, en lugar de una actitud pasiva en la que
meramente se incorporan datos. El Maitriyana prepara a los aprendices para que
relacionen distintos campos del conocimiento por medio de múltiples
herramientas prácticas y teóricas, pero por sobre todo crear una pedagogía
nueva que hace posible un mundo nuevo. Esta misión utópica del Derecho Budista
retoma las mejores tradiciones de la enseñanza espiritual para insertarlas en
la época contemporánea. El gran desafío que asumió el Maitriyana es enseñar al
sujeto a apasionarse por la contemplación, el conocimiento cumbre y la ética, motivándolo
para que se comprometa a realizar una vida basada en el conocimiento hasta el
punto en que descubra que el Sentido de la existencia es el aprender. De este
modo, los casos legales realizados por el Derecho Budista son nuevas
herramientas de enseñanza, especialmente aprovechando la potencia pedagógica de
la ética, lo cual es una vía fascinante para desarrollar en todo espacio
educativo.
El Maitriyana provee una formación espiritual de alta
calidad y socialmente comprometida, por lo que enseña a participar en la
discusión de la realidad. El desafío de la educación ética del Derecho Budista
está centrado en la rectitud de los ciudadanos, las organizaciones y los
Estados. Por lo tanto, los maestros espirituales ayudan a formar los mejores
alumnos, estimulando la mente abierta (sunyata) que es fundamental para poder
percibir la Verdad. El Maitriyana se esfuerza por brindar al mundo los mejores
profesionales de la más alta calidad, utilizando como criterio que los alumnos
deben estar en contacto con conocimiento de vanguardia, al mismo tiempo que
deben practicar la humildad, la rectitud y altruismo. Este procedimiento es uno
de los pilares del Discurso Analítico-Existencial-Libertario-Místico
(Buddha-Dharma-Sangha-Maitri) al que pertenece el Derecho Budista, que es una
disciplina con un prestigio que se ha ganado a lo largo de dos mil seiscientos años
de compromiso para garantizar los derechos humanos.
La innovación que evidencian los programas del Maitriyana
lo posicionan como el Camino hacia la Educación del Futuro, fortaleciendo a la
Espiritualidad para que pueda hacer frente a la irrupción de un mundo
tecnológico desacralizado. Los procesos globales de deterioro político,
económico, cultural y ambiental ameritan que el sujeto abra su mente para
aprender un abordaje distinto de lo Real. Evidentemente, el Derecho Budista
cambia la estructura del proceso de enseñanza y aprendizaje, haciendo que la
Universidad adquiera un rol protagónico en la evaluación ética del mundo
interno y externo. En el Maitriyana se trabaja desde cuatro pilares sociales:
el poderoso principio de la paz mundial, el deber de guiar hacia la justicia
social, la transmisión de una educación avanzada gratuita, y el desafío de
restaurar la salud ecológica planetaria. Este desafío requiere las mejores
enseñanzas innovadoras que permitan convertir a la libertad, igualdad y
fraternidad en un principio rector de la vida. El Derecho Budista considera que
se debe construir una sociedad educada, libre e iluminada, repensando a la
Universidad para que sea mucho más que un espacio de adquisición de
conocimientos, lo cual implica convertirla en un ámbito de evolución de la
consciencia y sociedad. Esta comprensión es la grandeza suprema que caracteriza
al Maitriyana, lo cual comienza a ser motivo de envidia y copia por parte de
las grandes Universidades del mundo.
El Derecho Budista prioriza la enseñanza de capacidades de
aprendizaje sociocognitivo, como la resolución de conflictos, el juicio ético y
el pensamiento crítico, en lugar de limitar el aprendizaje a la mera
comprensión y producción de escritos. Los programas del Maitriyana fomentan el
desarrollo de capacidades psicológicas, filosóficas, científicas, artísticas,
políticas y sociológicas, posicionando a la ética como un carácter transversal
en todos los campos de estudio. Esta forma de aprendizaje requiere la
aplicación de una lógica dialéctica paradojal que trabaje constantemente hacia
el logro de síntesis dinámicas, complejas y crecientes para todos los
aprendices.
Las Universidades deben encaminarse hacia la Educación del
Futuro, en lugar de meramente limitarse a producir y desarrollar tecnología. El
Derecho Budista considera que las Universidades deben ser espacios de
producción, distribución y práctica de la Verdad, mejorando la calidad de vida
de las personas por medio de los conocimientos más innovadores. Esta
orientación del Maitriyana hacia transformaciones políticas, económicas,
culturales y ambientales tiene la potencialidad de mejorar radicalmente la
existencia de todas las sociedades, requiriendo que las personas aprendan y
practiquen habilidades contemplativas, sapienciales y éticas, pues de lo
contrario no podrán afrontar los desafíos que requiere el mundo para poder
sobrevivir y evolucionar. Siguiendo el ejemplo de los Seres Libres e Iluminados
(Arhats-Bodhisattvas), las Universidades deben proveer respuestas y guía a una
humanidad totalmente desorientada y que se aproxima hacia el precipicio, asumiendo
el desafío de planificar y desarrollar procesos de transformación y evolución
del sujeto y de la sociedad, contribuyendo a generar un mundo integrado, sabio
y compasivo. En lugar de contribuir a la generación de una sociedad más
capitalista, las Universidades deben insertarse dentro del Orden global como
espacios de Liberación y Despertar. Esto requiere obviamente un trabajo
sostenido para superar la codicia, el odio y el engaño, del cual el plagio
forma parte, simultáneamente buscando superar la guerra, la pobreza, la
ignorancia y la contaminación. La tarea del Derecho Budista es permitir pensar
la ética en circuitos jurídicos alternativos que valorizan la vida, el diálogo
y el conocimiento. Indudablemente, las metas del Maitriyana sólo se
consolidarán por medio de un acuerdo amplio que abarque a toda la humanidad, la
cual deberá decidir si elige el Camino de la Unidad y Salvación o si elige el
Camino de la División y Destrucción.
El Derecho Budista promueve a la justicia como un sistema
de aprendizaje gratificante, permitiendo que los acusados y las víctimas tengan
la oportunidad de aprender y sanar las heridas por medio de la reconciliación. Este
modelo de jurisprudencia pedagógica y terapéutica es un proceso de enseñanza
que redefine los roles del alumno, profesor y escuela. En el Maitriyana los
aprendices no deben tener un rol pasivo, sino que deben prestar Atención Plena
a la realidad, investigando y exhibiendo pensamiento crítico siempre con
respeto y humildad. Al mismo tiempo, en el Derecho Budista se espera que los
acusados aprendan de los casos y las sentencias éticas, lo cual es un
movimiento de justicia restaurativa, asociando la resolución de conflictos con
el sacrificio y el aprendizaje gratificante.
El Maitriyana desarrolla un plan internacional para transformar
la educación mundial, movilizando y llamando a la acción ética y humanitaria
frente a la caída inevitable de la civilización. Este llamado requiere una
planificación estratégica integradora que centre al sujeto por el camino de la
paz, la justicia, el aprendizaje y la salud. Esta transformación es totalmente
realizable por medio de una articulación de medidas políticas, económicas,
culturales y ambientales que estén coordinadas sobre la base de cómo resolver
los problemas de la realidad. Así, el plan estratégico del Derecho Budista es
siempre enseñar, crear un marco internacional para orientar a la sociedad hacia
el cumplimiento de los derechos humanos y los objetivos éticos que la comunidad
global ya se ha fijado. Por ello, la finalidad del Maitriyana es garantizar que
todos los pueblos accedan a un aprendizaje significativo que es necesario para
salvar al mundo, transmitiendo una formación integral en contemplación,
sabiduría compasiva y ética, que es capaz de transformar el mundo psíquico y
social. Para alcanzar este objetivo supremo el Derecho Budista revoluciona el
proceso del aprendizaje, focalizándose en el aprendizaje basado en la ética y
la integridad. En el contexto de una civilización que cada día parece más
dormida e hipnotizada por tecnologías superficiales que como el flautista de hamelin conducen a la
sociedad hacia el precipicio, para el Maitriyana resulta imperioso que la
educación logre el Despertar del sujeto por medio del aprendizaje para toda la
vida, por lo que constantemente se comparte al mundo creaciones e innovaciones
en el pensamiento. Sin embargo, estas nuevas formas del pensar, como es el caso
del Psicoanálisis Budista, requiere que haya un aprendizaje activo y respetuoso
en lugar de una apropiación ilegítima y distorsionante. El Camino del Derecho
Budista posee múltiples desafíos y obstáculos, aunque simultáneamente ofrece
grande oportunidades de aprendizaje ético para que la paz, la justicia, la
educación y la ecología sean el motor de la supervivencia y evolución de la
humanidad. En definitiva, sin la enseñanza ética que defiende el Maitriyana no
hay futuro.
Las transformaciones educativas que genera el Derecho
Budista están enmarcadas dentro del Discurso
Analítico-Existencial-Libertario-Místico (Buddha-Dharma-Sangha-Maitri), por
lo que reorganiza la función de la escuela para que funcione en armonía con la
educación para la paz y justicia. En definitiva, esta transformación pedagógica
logra realizar aquello que la Universidad tradicional no suele realizar,
generando un círculo virtuoso y liberador de meditación, conocimiento cumbre y
acción desapegada, guiando al aprendiz hacia una vida de rectitud y
responsabilidad. El Maitriyana ejerce una poderosa fuerza espiritual de presión
sobre toda la comunidad internacional para que la misma funcione adecuadamente,
en lugar de continuar con esta actual senda de opresión de los pueblos. La
asistencia socioeducativa del Derecho Budista reformula a la escuela y la
Universidad, devolviéndole la función y el compromiso de construir un mundo mejor.
La civilización contemporánea debe cambiar urgentemente el actual rumbo para
que pueda emerger la humanidad educada del futuro.
En conclusión, el Comité
Internacional de Ética Budista tiene el Propósito (Dharma) de purificar el
mundo por medio de la Educación Avanzada que contribuye al acontecimiento de la
Verdad, lo cual implica una crítica directa a las Escuelas que realizan
manipulaciones y plagios. Por lo tanto, se establece que la “University of Kelaniya” está violando a los derechos culturales de la Comunidad
Budista Maitriyana, genuina creadora del Psicoanálisis Budista. Indudablemente,
las Escuelas tienen derecho a transmitir libros y artículos de todos los
escritores del mundo, ya que la libre circulación de ideas es un derecho humano,
aunque esto debería ocurrir sin la realización de Plagio, lo cual significa que
una Universidad tiene derecho a transmitir cualquier tipo de conocimientos
siempre que no se atente contra la autoría de los creadores de dichos
conocimientos. De esta manera, el Caso sobre la “University
of Kelaniya” constituye
una gran enseñanza para que las Universidades Budistas no cometan Plagios, lo
cual viola tanto al Derecho Internacional como también implica una violación al
Derecho Budista, ya que las Comunidades Budistas prohíben todo tipo de robos.
Siguiendo el Camino del Maestro Gautama, quien desarrolló
la máxima Escuela de Vida en la
historia de la humanidad, el Comité
Internacional de Ética Budista supervisa que las Universidades no ataquen al
patrimonio material e inmaterial de las Comunidades Espirituales (Sanghas), por
lo que se ha sentenciado a la “University of Kelaniya” como Responsable
de PLAGIO
y VIOLACIÓN
AL PATRIMONIO CULTURAL.
Con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez Espiritual del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH)
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