Justicia Verdadera

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domingo, 18 de marzo de 2018

Notificación sobre la Vía del Budismo Imperial


Caso 40-2018: Japón & Primer Ministro Shinzo Abe

Notificación sobre la Vía del Budismo Imperial

En el día 10 de Marzo de 2018 se realiza una Notificación internacional hacia las Sanghas japonesas debido al Falso Budismo que se practicó en Japón durante su época imperialista, cuando varias escuelas y linajes budistas se adhirieron al gobierno japonés en su cruzada o guerra santa contra el resto de las naciones del mundo, llegando incluso a colaborar con el Nazismo en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Varias escuelas y linajes, entre ellos el Soto y el Rinzai, no sólo habrían apoyado la guerra genocida y los crímenes contra la humanidad realizados por el gobierno japonés, sino que además habrían asistido en la perpetración de tales crímenes, revalidándolos ética y espiritualmente, del mismo modo que en el mundo contemporáneo Ashin Wirathu y el State Sangha Maha Nayaka Committee han apoyado el genocidio de Myanmar.
Aunque después de la Segunda Guerra Mundial todas las escuelas Zen entraron en una amnesia generalizada acerca de la Verdad de su complicidad activa con la guerra, en 1992 el linaje Soto Zen emitió un Comunicado de Arrepentimiento por su cooperación activa en el militarismo, y otras escuelas budistas han seguido el mismo ejemplo desde entonces. No obstante, nunca se ha anulado la condición de maestro iluminado a aquellas personas que en nombre del Budismo participaron de estos crímenes contra la paz. De este modo, el Comité Internacional de Ética Budista considera que es fundamental impugnar la condición ética y espiritual de los maestros que obsesionados con el nacionalismo han cometido crímenes por medio del apoyo a la guerra, ya que introdujeron un nihilismo perverso y bizarro dentro de la Espiritualidad, por lo que se anula de facto el grado de maestro budista de los siguientes individuos por haber pervertido totalmente la doctrina pacifista de Siddhartha Gautama:
·        el Maestro Zen Sawaki Kodo del linaje Soto, por ser soldado y apoyar activamente el militarismo, nacionalismo, imperialismo, culto al emperador japonés, e invasiones violentas de Japón a otros países, incluso recibiendo una medalla de honor por su trabajo de promoción de los intereses públicos del imperio japonés;
·        el Maestro Zen Kumazawa Taizen del linaje Soto, por llamar a matar a los enemigos como parte de la práctica;
·        el Maestro Zen Soen Shaku del linaje Rinzai, por afirmar que combatir contra Rusia era combatir al mal y también por considerar que la guerra contra los enemigos de Japón era una guerra compasiva y parte esencial del entrenamiento espiritual del Budismo Zen;
·        el Maestro Zen Nakahara Nantembo del linaje Rinzai, por asistir en la guerra japonesa contra Rusia y también por afirmar que no existe ninguna práctica de los seres iluminados que sea superior a la práctica de matar compasivamente;
·        el Maestro Zen Seki Seisetsu del linaje Rinzai, por promover la síntesis de Zen y Bushido, enseñando que el culto al emperador es idéntico a la práctica del Budismo Mahayana, además de hacer un llamado a exterminar a los comunistas;
·        el Maestro Zen Yamamoto del linaje Rinzai, por entrenar soldados y por defender el asesinato de civiles, incluso afirmando que el Budismo permite matar personas en nombre de mantener el orden social;
·        el Maestro Zen Nakajima Genjo del linaje Rinzai, por participar activamente en la segunda guerra mundial como soldado, y por realizar un acto de negacionismo del genocidio que se realizó en China durante la masacre de Nanking, donde en pocas semanas más de 350 mil personas fueron violadas, torturadas, asesinadas y decapitadas;
·        el Maestro Zen Harada Daiun Sogaku de los linajes Soto y Rinzai, por enseñar que la síntesis de Budismo y Guerra es la manifestación de la sabiduría suprema de la iluminación, el rey de la meditación, considerando que los japoneses son un pueblo elegido con derecho a controlar el mundo por medio de la guerra y la muerte del enemigo;
·        el Maestro Zen Hakuun Yasutani del linaje Sambo Kyodan, por promover la guerra, el nacionalismo de derecha, el militarismo, el anticomunismo y el antisemitismo, incluso afirmando que no matar al enemigo sería traicionar a la compasión;
·        el Maestro Shiio Benkyo del linaje Jodo, por exponer una defensa del Budismo de la Vía Imperial como culto nacionalista.
El Comité Internacional de Ética Budista afirma que las escuelas y linajes que consideren a dichos individuos como maestros iluminados o Buddhas vivientes no sólo estarán cometiendo complicidad con crímenes contra la humanidad y la paz, sino que además estarán transmitiendo un Falso Budismo que traiciona absolutamente los principios éticos y la sabiduría compasiva fundada por el Maestro Siddhartha Gautama. Aunque los linajes Soto, Rinzai y Sambo Kyodan extraordinariamente han manifestado arrepentimiento público por su apoyo y complicidad con el militarismo imperial japonés del pasado, el Comité Internacional de Ética Budista afirma que si bien esto es un buen primer paso no sería suficiente, pues también se tienen que tomar medidas de justicia restaurativa que reparen el daño causado, expulsando del linaje de seres libres e iluminados a aquellos que cometieron crímenes internacionales contra la humanidad para así mantener la pureza ética y espiritual del Camino. Esto significa que es un error la clase de disculpa realizada por el Maestro Jiun Kubota, del linaje Zen Sambo Kyodan, pues considera que un maestro iluminado puede transmitir el Dharma y simultáneamente tener ideología de derecha a favor de la guerra, la discriminación y el odio sin que esto comprometa esencialmente su enseñanza espiritual. El Comité Internacional de Ética Budista enseña que el Verdadero Budismo es una Vía de Reconciliación que contribuye a establecer un mundo de paz, justicia, conocimiento y ecología, por lo que toda contribución o apoyo a la guerra constituye una total traición al Camino Budista. En efecto, tomar refugio en el Buddha-Dharma-Sangha nunca debe ser reemplazado por la lealtad hacia el Ego, la Ideología y el Estado.
Para que el Budismo pueda seguir la Vía de la Verdad, manteniéndose como una tradición espiritual auténtica, los linajes y escuelas deben reconocer que un maestro espiritual que apoye al Nacionalismo por encima de la Paz estará violando los principios éticos fundamentales del Budismo, convirtiéndose así en un maestro falso y pervertido, un maestro pseudoiluminado. Colaborar con la guerra o con los ejércitos es algo que viola intrínsecamente al Derecho Budista, pues asocia la Espiritualidad del Maestro Gautama con prácticas que producen la muerte de millones de personas y que traicionan la sabiduría compasiva, la cual es el requisito esencial de todo Despertar Verdadero.
Por otra parte, algunos académicos manifestaron que tales actos criminales de apoyo a la guerra por parte de maestros budistas debían ser entendidos dentro del marco histórico cultural de gran presión que sufrieron las comunidades espirituales (sanghas) durante el Era Meiji, cuando se reinstauró el culto al Shinto y fueron cerrados miles de templos budistas, se destruyeron miles de estatuas y se comenzó a perseguir a los maestros budistas que eran críticos del Estado, logrando que gran parte de las escuelas sobrevivan por medio del apoyo al sistema imperial japonés. Así, durante la Era Meiji fue cuando la vía del Zen Budista fue reemplazado por la vía del Zen Estatal Imperialista y Militarista (Kodo Zen), reemplazando el culto al Buddha y al Dharma por el culto al Emperador y al Imperio. Sin embargo, el Comité Internacional de Ética Budista confirma que la perversión acontecida en el Budismo Japonés no nació durante la Era Meiji, sino que se produjo en los mismos inicios de la Era Tokugawa (1600-1868), cuando se construyeron medio millón de templos budistas que mantuvieron silencio cómplice mientras el gobierno japonés cometió un holocausto, genocidio y exterminio total contra los hermanos cristianos japoneses. De hecho, incluso los templos budistas japoneses habrían llevado a cabo la tarea de inspeccionar o evaluar si las personas eran cristianas. El resultado de no aprobar dichas inspecciones era la muerte, lo cual demuestra que desde el siglo XVII el Budismo Japonés participó activamente en genocidio, limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad, exterminando totalmente al pueblo cristiano japonés.
El Comité Internacional de Ética Budista realiza este repudio contra los linajes budistas japoneses para intentar que la historia no se repita nuevamente, pues si bien Japón ha abandonado su militarismo genocida de crímenes de lesa humanidad, sin embargo, el gobierno japonés ha adoptado un capitalismo ecocida de crímenes contra la naturaleza. Incluso aunque los linajes y escuelas budistas de Japón no estén colaborando directamente en estos crímenes contra seres no-humanos, indudablemente están mantenido un silencio cómplice ante tales actos barbáricos. El Derecho Budista requiere que los aprendices, maestros y comunas espirituales practiquen la contemplación activa, la sabiduría compasiva y la ética humanitaria, realizando actos de apoyo y solidaridad hacia todos los seres sintientes. Por lo tanto, se confirma que no sólo se repudia a aquellos maestros y comunidades que han practicado el Budismo de la Vía Imperial, sino que también se repudia a aquellos que mantienen silencio ante los crímenes ecocidas que Japón realiza contra seres no-humanos avanzados en emoción e inteligencia como son los delfines y las ballenas. Ergo, el Comité Internacional de Ética Budista dictamina que toda comuna espiritual (sangha) que realice actos de apoyo directo o actos de silencio ante crímenes internacionales estará violando totalmente al Derecho Budista.

Siempre con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez del Comité Internacional de Ética Budista & Tribunal Budista de Derechos Humanos


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