CASO 36-2017: Arquidiócesis Católica de Yangon (Myanmar)
& Su Eminencia Cardenal
Charles Maung Bo
Requerimiento
Legal sobre bebé Abdul Masood
20 de Enero de 2018
El
International Buddhist Ethics Committee
& Buddhist Tribunal on Human Rights requiere legalmente al Cardenal
Charles Maung Bo que en caso de querer trabajar por la reconciliación y sanación de heridas en Myanmar, debería entonces pedir
disculpas y ofrecer una misa en honor al bebé Abdul Masood que murió en el
contexto de deportaciones forzosas tendientes a exterminar al Pueblo Rohingya,
lo cual constituye un acto de Crímenes contra la Humanidad, Limpieza
étnica y Genocidio. En el marco de estos crímenes internacionales y
violaciones a los derechos humanos, el gobierno de Myanmar ha asesinado a miles
de niños, incluso decapitándolos o quemándolos vivos, además de abusar
sexualmente de miles de mujeres y asesinar a miles de hombres desarmados.
Este
requerimiento de honrar la sacralidad de la vida del bebé Abdul Masood y la del resto de miles de niños asesinados por
la dictadura cívico-militar de Myanmar es una oportunidad que tiene la Arquidiócesis Católica de Yangon
(Myanmar) & Su Eminencia Cardenal
Charles Maung Bo para solicitar disculpas públicas por su apoyo al
régimen genocida de Myanmar, lo cual rememora el apoyo que la Iglesia Católica
tuvo hacia el Nazismo durante la Segunda Guerra Mundial en el contexto de un
genocidio contra los Pueblos Judío y Gitano.
El
Buddhist Tribunal on Human Rights
confirma que todo proceso de reconciliación
y sanación de heridas en Myanmar requiere primero un proceso de
reconocimiento de la Verdad de los hechos, nunca su ocultamiento o silencio,
asumiendo la responsabilidad por los terribles e irreparables daños cometidos
contra miles de vidas indefensas. Por lo tanto, se denuncia públicamente que
mientras que el Gobierno del Vaticano continúe apoyando a la dictadura
cívico-militar de Myanmar, guardando silencio absoluto y no denunciando el genocidio
que sufren miles de bebés, niños y mujeres del Pueblo Rohingya,
entonces estará no sólo violando los principios del Derecho Internacional de
los Derechos Humanos, sino también habrán traicionado totalmente a la
Espiritualidad Cristiana liderada por el Maestro Jesús de Nazaret. En este
sentido, se declara que no es suficiente simplemente con decir que se busca la paz, la reconciliación y la sanación,
pues estas no son meros discursos o intenciones sino que son prácticas que
requieren primero la evanescencia de la impunidad y la complicidad. Tal como se
ha desarrollado en la jurisprudencia del Tribunal
Budista de Derechos Humanos, mantener apoyo religioso, moral y político
hacia el gobierno de Myanmar constituye un acto de complicidad absoluta con sus
violaciones a los derechos humanos, perpetuando un ambiente de impunidad hacia el
genocidio, la limpieza étnica, los crímenes contra la humanidad y la paz.
Las religiones y comunidades espirituales deben estar comprometidas con los más
altos ideales éticos y humanitarios que existen, en lugar de avalar a quienes
mantienen la tiranía y el asesinato. Las religiones y comunidades espirituales
deben mostrar coraje y determinación al momento de defender la dignidad de
todos los seres humanos, en lugar de buscar aliarse a poderes mundanos
corruptos y criminales. Para construir un mundo mejor es necesario que las religiones
y comunidades espirituales siempre practiquen sabiduría compasiva, nunca
avalando el exterminio de niños y las violaciones de mujeres.
El
Tribunal Budista de Derechos Humanos
confirma que este requerimiento de respetar, honrar y homenajear a la vida del
bebé Abdul Masood y del resto de los miles de niños exterminados por el
gobierno de Myanmar, no sólo sigue la ética desarrollada por Siddhartha
Gautama, sino que también es fiel a las enseñanzas del Maestro Jesús, quien
estableció que sólo aquellos que viven con la armonía y pureza de los niños pueden
acceder al Reino de los Cielos.
Siempre
con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro
Maitreya Samyaksambuddha
Presidente
y Juez del International Buddhist Ethics
Committee & Buddhist Tribunal on Human Rights
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