Justicia Verdadera

Justicia Verdadera

domingo, 14 de enero de 2018

Sentencia sobre Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur


Caso 25-2017: Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society
SENTENCIA ÉTICA
Estimados Fiscal, Defensor Público, Embajador, Secretario y Miembros del Jurado del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH), respecto del Caso 25-2017 contra Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society, por medio de la presente, en el día 14 de Enero de 2018, se deja constancia de que se ha concluido el juicio del Comité para analizar la Violación a la Ética Budista realizada por el acusado.
Luego del análisis de la presentación del Caso y la validación de pruebas, se ha procedido con la votación de 7 miembros del Jurado, confirmándose que hubo 1 voto de “Inocente” y 6 votos de “Responsable” para Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society por los delitos de Complicidad con Fraude Espiritual y Falso Budismo. Además, existe un agravante de que el acusado ha incumplido un Acuerdo Conciliatorio, lo cual constituye un acto de Violación al Derecho Budista. Al interpretar y dar voz a la votación de los miembros del Jurado, se concluye que Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society no tiene ningún tipo de excusa válida para premiar a criminales y estafadores que atentan contra la dignidad de la Espiritualidad Budista. Además, el acusado ha afirmado ante el Comité Internacional de Ética Budista que el Budismo y la Ley de la India prohíben anular premios otorgados previamente, lo cual constituye un perjurio y mentira absoluta, siendo una nueva Violación al Derecho Budista. En este sentido, se percibe que un posible trasfondo económico o dádiva sería la única razón posible para explicar el motivo por el que el acusado ha decidido mantener un premio espiritual a un estafador que atenta y viola la sacralidad de la Espiritualidad Budista y que también deshonra la memoria de Ambedkar. De este modo, esta Sentencia enseña a Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society que debe cumplir no sólo con los preceptos éticos de la Espiritualidad Budista, sino también con la jurisprudencia establecida por el Comité Internacional de Ética Budista, pues cuando esto no sucede hay consecuencias (karma). Las evidencias del Caso han demostrado que Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society se encuentra dentro del marco de la ilegalidad tras incumplir las sentencias, requerimientos y acuerdos conciliatorios emitidos por el Comité Internacional de Ética Budista. Sin embargo, si el acusado llegase eventualmente a solicitar disculpas públicas y remediar el daño causado, anulando el premio otorgado al estafador Ronald Lloyd Spencer, entonces se habría llegado a un acuerdo reconciliatorio post-sentencia, pudiéndose eventualmente anularse todos los cargos contra el acusado. Hasta que esto no suceda, el Comité Internacional de Ética Budista declara que Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society  es Responsable de Complicidad con Fraude Espiritual y Falso Budismo, y Violación al Derecho Budista.  Por otra parte, se deja constancia de que la United Buddhist Nations Organization no aceptará la membrecía institucional solicitada previamente por el acusado.
En concordancia con Ambedkar, el Maitriyana lucha por la justicia entendida como libertad, igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos, impulsando el desarrollo de una sociedad basada en relaciones rectas y adecuadas. Así, el Derecho Budista busca que exista justicia en todos los campos de la vida, proponiendo un sistema político, económico, cultural y ambiental que se convierte en la fundación de una nueva civilización empática. Esto implica un intento de evanescer el fraude y la falsedad que están presentes en aquellos que tienen egoísmo, dualismo y consumismo, que son males apoyados por el Yo, la Ideología y el Estado. De esta manera, el Maitriyana enseña que para establecer y mantener justicia en el mundo, tanto el sujeto como la sociedad deben practicar la contemplación-en-desapego, la sabiduría-en-compasión y la ética-en-humanitarismo, pues sin las virtudes de la benevolencia y la purificación no hay posibilidad de traer justicia al mundo. No obstante, esta pasión por la justicia que tiene el Derecho Budista no es una vía realmente nueva, sino que es intrínseca a la naturaleza humana. Precisamente, tanto las comunidades espirituales (sanghas) del pasado, como el movimiento Maitriyana del presente, han sido vías para la autorrealización de la justicia en el mundo. Desde su creación hace 2600 años, el Derecho Budista ha estado invocando una justicia comunitaria que autotrasciende las ilusorias diferencias entre las castas, las clases sociales y los credos. Esto requiere obviamente una actitud libertaria frente a la tiranía y el Poder mundano. Al igual que Ambedkar definió a la justicia como libertad, igualdad y fraternidad, el Maitriyana la define como la transmisión del Desapego, Verdad y Amor, lo cual requiere proteger la dignidad intrínseca de la vida y simultáneamente luchar contra la codicia, el odio y el engaño. En este sentido, el Derecho Budista enseña a crear relaciones sociales justas y armónicas, pero simultáneamente enseña a combatir el fraude, la estafa y la mentira de los ricos y poderosos que piensan que tienen más dignidad que los pobres y oprimidos. Del mismo modo que Sartre, el Maitriyana reconoce el principio de que la Liberación siempre es sinónimo de Responsabilidad, criticando a aquellos que en nombre de la Libertad recurren a los extremos del libertinaje y la complacencia ante el crimen y la injusticia que obviamente traicionan al Propósito (Dharma) del Derecho Budista. Por lo tanto, el Maitriyana es el máximo protector de la justicia y los derechos humanos, cumpliendo con las metas inconclusas de Ambedkar en su lucha democrática y socialista contra la injusticia, la explotación y el trato inhumano realizado por aquellos que producen guerra, pobreza, ignorancia y contaminación. En definitiva, el Derecho Budista busca liberar a la humanidad del sufrimiento causado por la avidez, la aversión y la manipulación, buscando aliviar las necesidades de las personas y también protegerlas de los abusos. Si la justicia es libertad, igualdad y fraternidad, si la justicia es relaciones rectas y adecuadas, entonces la justicia nunca tolera la mentira, el fraude y la falsedad. Sacando provecho de su independencia y autonomía ante los Estados, el Maitriyana dirige cortes legales y constitucionales que luchan contra la discriminación y la degradación, requiriendo a sujetos y organizaciones que cumplan con el deber de la Rectitud.
El Derecho Budista es uno de los principales bastiones de justicia en la historia del mundo, por lo que nunca debe aliarse con la injusticia a cambio de dinero, poder o reverencia. En concordancia con Ambedkar, el Maitriyana es un movimiento rebelde e inquebrantable en su lucha contra la injusticia, la opresión, la inequidad y la animosidad, trabajando sin descanso por la transformación, Salvación y Cura de la humanidad. La visión socialista libertaria del Derecho Budista no busca que la comuna espiritual (sangha) esté al margen de la sociedad general, sino que busca que ésta sea guiada por los principios justos, virtuosos e interdependientes de la libertad, igualdad y fraternidad. Por lo tanto, el Maitriyana se diferencia de los sistemas religiosos, proponiendo los principios de justicia en múltiples campos, como la política pacifista, la economía solidaria, la cultura avanzada y la salud ecológica. A diferencia de la civilización capitalista contemporánea, el maestro espiritual critica al belicismo, la injusticia social, la ignorancia y la contaminación. Obviamente, los Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) critican tanto a la sociedad general como a las propias comunas espirituales (sanghas) cuando éstas no sigan totalmente los principios de la libertad, igualdad y fraternidad, denunciándolas cuando realizan actos de fraude, engaño y manipulación que constituyen una violación al Derecho Budista y a los derechos humanos. Para el Maitriyana la justicia no es simplemente la relación correcta entre las personas y el Estado, sino que realmente es un principio mucho más abarcativo e integrador que está asociado con el Propósito (Dharma) de la vida. Por este motivo, el Derecho Budista habla en nombre de los valores perennes de la paz, la justicia, la educación y la ecología, para lograr la Serenidad en el mundo interno y la Tranquilidad en el mundo externo. Esto requiere tanto la abolición de los sistemas de castas que producen inequidad social, como también la abolición de las ideas falsas y engañosas. El maestro espiritual juzga éticamente a la civilización, basándose en los más altos estándares con el fin de guiar el mundo hacia el bienestar. A esto se debe que tanto Ambedkar como el Maitriyana han tenido el coraje incluso para corregir los errores de Mahatma Gandhi, considerando que un mundo de paz y justicia requieren la destrucción total del sistema de castas y clases sociales, nunca siendo tolerantes ante el engaño y la opresión. Cuando los sistemas religiosos y políticos son tolerantes de la discriminación, la alienación, la manipulación y el fraude, entonces se convierten en sistemas injustos, inmorales e ilegales. Al reconocer y defender los principios de libertad, igualdad y fraternidad, el Derecho Budista se posiciona como la Espiritualidad Integradora más importante del mundo, siendo la base fundamental de la civilización socialista libertaria. En cambio, cuando las comunas espirituales (sanghas) no reconocen los principios de la justicia y la Verdad están condenadas a pervertirse y desaparecer por medio de la inequidad y el engaño. Al igual que Gautama y Ambedkar, el Maitriyana rechaza los sistemas sociales de castas y también las ideas fraudulentas que reprimen el acontecimiento de la sociedad justa y despierta. Por ello, el Derecho Budista critica a las comunas espirituales (sanghas) que son contrarias a la reforma social y a la rectitud, considerando que la Espiritualidad Verdadera es aquella que trabaja para crear una sociedad libre, igualitaria y fraternal donde cada uno de los ciudadanos puede alcanzar la Ascensión-en-el-Camino. Esto significa que por medio del aprendizaje del conocimiento cumbre (satori), según el Maitriyana, cada sujeto puede convertirse en un Superhumano, un Ser Evolucionado y Despierto (Buddha). Así, la idea de que existan seres que nacen en dicho estado superior es una idea ilusoria, opresiva, discriminadora, falsa, segregacionista y manipuladora, siendo una idea que niega la naturaleza espiritual intrínseca que se encuentra latente en cada ser humano. El Derecho Budista considera entonces como fundamental a la tarea de juzgar en Equidad a aquellos que violen la ética humanitaria, la sabiduría compasiva y la contemplación activa, ya que estas prácticas son las causantes de un orden social de libertad, igualdad y fraternidad. El Maitriyana es un faro de luz y esperanza para el mundo precisamente porque enseña al sujeto y a la sociedad a convertirse en un Ser Despierto (Buddha) y en una Comuna Iluminada (Bodhisangha). Estas enseñanzas no sólo son críticas a aquellos que hacen el mal, sino que también muestran la vía hacia la bondad y la purificación de la humanidad, enseñando que la Espiritualidad sin Ética y Rectitud no es más que una mentira e ilusión. En efecto, el Derecho Budista es una ética suprema (Mahasila), llevando amor altruista y filantrópico a la totalidad del Cosmos. Esta revolución de la rectitud está apoyada en la sabiduría compasiva y en la contemplación activa, por lo que es la más poderosa fuerza contra la opresión y el engaño.  
El Maitriyana no sólo es un instrumento para rectificar el autogobierno de las comunas espirituales (sanghas), sino también para liberar a todos los pueblos de la alienación, pues este Camino de revolución social y justicia tiene principios políticos, económicos, culturales y ambientales para una nueva civilización, honrando en todo momento y lugar los derechos fundamentales de todos los seres sintientes, especialmente de los oprimidos, como es el caso de las clases sociales bajas, las mujeres, los niños y las tribus. Indudablemente, el Derecho Budista nació en el contexto de repúblicas tribales democráticas de la Antigua India, por lo que el espíritu del Maitriyana es más milenario de lo que parece, siendo la disciplina más multidimensional en la historia del mundo. Por ello, en el Derecho Budista la justicia tiene múltiples aspectos, como el político, económico, cultural y ambiental, permitiendo que todos los seres humanos vivan en los más altos estándares de la existencia. Al igual que el Juez Krishna Iyar, el Maitriyana considera que la justicia es la fuerza social de la Ley Suprema de la vida, guiando a la sociedad hacia los valores de la política democrática liberal, la económica igualitaria, la cultura fraternal y la ecología integral. Así, para el Derecho Budista la justicia va más allá de la mera aplicación de leyes y normas políticas, pues también se defiende a la justicia social y ambiental, e incluso a la justicia contra la manipulación cultural y el fraude espiritual. En concordancia con Ambedkar, el Maitriyana trabaja por la justicia para lograr la unidad de toda la humanidad, pues el dualismo, la alienación y la discriminación conforman algunos de los principales males y fuentes del sufrimiento. Esto implica que los verdaderos maestros espirituales son siempre defensores de los derechos humanos, practicando la benevolencia, la integración, la tolerancia, la caridad y el apoyo mutuo. En este sentido, el Derecho Budista busca la abolición de las castas y clases sociales junto con la evanescencia del fraude y el engaño cultural, cuidando la dignidad intrínseca de todos los seres. Esta pasión por la justicia y la rectitud hace que el Maitriyana corrija y guíe a todas las comunidades espirituales (sanghas) del mundo cada vez que éstas se aparten del Buen Camino. El Derecho Budista es entonces la vía hacia el Despertar (Bodhi) de todos los seres sintientes del Cosmos. Esta actitud es la máxima encarnación de la defensa de los derechos naturales fundamentales, como el derecho a la paz, a la evolución y a la Salvación, por lo que se debe luchar adecuadamente contra la guerra, la barbarie y el Apocalipsis. De esta manera, el Maitriyana trasciende totalmente al sistema jurídico estatal que sentencia en Derecho y sin relación con la ética, prefiriendo en cambio juzgar en Equidad para administrar justicia de forma más efectiva, ética y empática. Los grandes Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) han sido campeones de los derechos humanos, teniendo el sueño de un nuevo orden planetario, una civilización socialista libertaria de paz, justicia, conocimiento y armonía, que esté totalmente consciente y despierta frente a los problemas de la vida como la guerra, la pobreza, la ignorancia y la contaminación. El Derecho Budista es la vía para lograr esta meta, por lo que debe cumplirse y respetarse.
En conclusión, el Comité Internacional de Ética Budista tiene el Propósito (Dharma) de que la Espiritualidad Budista se mantenga pura y nunca esté pervertida o infiltrada por estafadores y corruptos, debiéndose denunciar y anular toda premiación a aquél que cometa tales delitos graves e impunes. Por lo tanto, se establece que Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society está violando a la Ética Budista por medio de la revalidación de la figura de Ronald Lloyd Spencer, quien es Responsable de participar en actos de Fraude Espiritual y Falso Budismo. Indudablemente, cada comuna espiritual (Sangha) tiene derecho a premiar a quienes desee, pero simultáneamente tienen el deber de no violar al Derecho Budista y los preceptos éticos. De esta manera, el Caso sobre Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society constituye una gran enseñanza para que el acusado aprenda a corregir sus errores, no apoye a criminales y se mantenga libre de sobornos o dádivas que corrompen la integridad y sacralidad de la Espiritualidad.
Siguiendo el Camino del Maestro Gautama Buddha, quien hace dos mil seiscientos años creó y desarrolló una comuna espiritual (Sangha) de rectitud que resolvía inmediatamente todo tipo de infracciones, el Comité Internacional de Ética Budista supervisa que las comunidades espirituales (Sanghas) de todo el mundo no ataquen ni traicionen a la pureza de la Espiritualidad, por lo que se ha sentenciado a Ashwaghosh Buddhists Foundation Nagpur (India) & Jeewak Welfare Society como Responsable de Violación al Derecho Budista y Complicidad con Fraude Espiritual y Falso Budismo.
Con espíritu de reconciliación (maitri),
Maestro Maitreya Samyaksambuddha
Presidente y Juez Espiritual del Comité Internacional de Ética Budista (CIEB) y Tribunal Budista de Derechos Humanos (TBDH)





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