Caso n° 27/2017: Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Proclamación
sobre Violencia Institucional
05 de Febrero de 2018
El Comité Internacional de Ética Budista y Tribunal Budista de Derechos
Humanos,
Considerando que en Diciembre de
2017 el gobierno argentino reprimió violentamente a manifestantes políticos que
protestaban en contra de una baja en el sueldo de los jubilados, siendo una
baja que sería Inconstitucional según importantes constitucionalistas
argentinos;
Recordando que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) expresó públicamente su preocupación por la violencia inadecuada y desproporcionada de las fuerzas de seguridad
argentinas lideradas por el gobierno del Presidente Macri, afirmando que la criminalización de la protesta social es
incompatible con la sociedad democrática donde se tiene el derecho a manifestar
las opiniones pacíficamente, por lo que se debería investigar y sancionar de forma pronta y exhaustiva la conducta
policial durante esas manifestaciones;
Consciente de que el gobierno
argentino del Presidente Macri ha criminalizado la protesta social por medio de
la represión directa contra manifestantes o por medio de la detención
arbitraria de manifestantes y transeúntes, desconociendo que incluso si algunas
personas ejercen la violencia en una manifestación esto no necesariamente
convierte en violenta a toda la protesta ni tampoco legitima a las fuerzas de
seguridad a disolver la protesta mediante la violencia o detenciones masivas;
Preocupado enormemente por el
hecho de que el 14 de diciembre de 2017 cientos de manifestantes y transeúntes fueron
reprimidos violentamente con gases tóxicos y con disparos de balas por parte de
las fuerzas de seguridad argentinas, hiriendo a civiles, legisladores
opositores y periodistas, todo lo cual demuestra el uso de la violencia
desproporcionada por parte del gobierno argentino en lugar de favorecer el
derecho a la libertad de expresión y diálogo democrático;
Deplorando el comportamiento
criminal y violento de las fuerzas de seguridad argentinas, las cuales no sólo se
dedican a confrontar con los manifestantes en lugar de dedicarse a proteger la
vida y la paz, sino que además han atacado sistemáticamente a periodistas que
cubrían las manifestaciones, agrediéndolos con palos y gases lacrimógenos con
un saldo de 36 periodistas heridos, deteniéndolos arbitrariamente e incluso
disparando balas a 18 periodistas por filmar o fotografiar los abusos, además
de realizar destrucción de aparatos de medios de comunicación televisivos,
siendo el peor ataque violento contra periodistas en los últimos 35 años de
gobiernos democráticos en Argentina;
Expresando rechazo absoluto a la
manifestación del Presidente Macri en la cual perversamente felicitó a sus
funcionarios por mostrar mística
gandhiana y racionalidad al momento de realizar la represión, lo cual
demuestra el total desprecio por la paz por parte del gobierno argentino además
de deshonrar la memoria de los grandes pacifistas de la historia de la
humanidad;
Analizando que los diputados Horacio
Pietragalla y Mayra Mendoza fueron atacados impunemente por las fuerzas de
seguridad argentinas, recibiendo gas pimienta en la cara a pesar de que no
estaban realizando ningún tipo de acto violento, lo cual fue un accionar
policial calificado por el gobierno argentino como perfecto, ignorando que este hecho podría ser considerado como una
violación contra los derechos de la mujer, e incluso una violación contra el
derecho a la inmunidad parlamentaria;
Examinando que el hecho de que
Mayra Mendoza pertenezca a una orientación política criticada por el Tribunal Budista de Derechos Humanos no
implica que no se le ofrezca solidaridad absoluta ante el terrible ataque que
ha sufrido como mujer y parlamentaria que protestaba pacíficamente;
Teniendo en cuenta que el diputado
Leonardo Grosso denunció haber sido agredido por palos de la policía, y que la
diputada Victoria Donda también denunció haber sido golpeada por patadas de las
fuerzas policiales argentinas dirigidas por el Presidente Macri, debiendo ser
atendida por médicos al igual que los otros diputados agredidos, lo cual
demuestra una violencia institucional evidente, especialmente debido a que el
gobierno se burló públicamente de los diputados lesionados;
Tomando en consideración que el femicidio y la violencia de género se
han convertido en una plaga dentro de la sociedad argentina, existiendo
alrededor de 1 femicidio por día, siendo una cantidad alarmante según la ONU y su Comité
contra la tortura, todo lo cual es alimentado por la violencia
institucional promulgada por el gobierno argentino del Presidente Macri que
cada día respeta menos el derecho a la vida y el derecho a las libertades
fundamentales de las personas, tal y como se ha percibido en la violencia de
género realizada impunemente contra mujeres diputadas indefensas;
Afirmando que se coincide con el Comité de la ONU contra la tortura
acerca del hecho de que la violencia contra la mujer, especialmente en el
contexto de detenciones policiales, está enmarcada dentro de la categoría de
torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, por lo que según el Tribunal Budista de Derechos Humanos un
gobierno que propicie sistemáticamente este trato hacia la mujer estaría
cometiendo crímenes contra la humanidad;
Mostrando consternación por el
hecho de que las mujeres, los jubilados y los pueblos originarios de Argentina
suelen recibir violaciones a sus derechos y libertades fundamentales por parte
del gobierno, el cual suele ignorar o tratar como inexistente a todo aquello
que no es transmitido por los medios de comunicación y las redes sociales,
creando un difícil contexto de respeto para las minorías, incluido los Pueblos
Budistas y Comunidades Espirituales, quienes han sufrido atentados violentos
con total impunidad;
Reafirmando que la cacería y
homicidio del mapuche Rafael Nahuel por la espalda, junto con la posterior
defensa de esta ejecución extrajudicial por parte del gobierno del Presidente
Macri, constituye la confirmación de que el Estado Argentino ha entrado en una
nueva era de violencia institucional liderada desde las más altas esferas, tal
y como sucedió con el homicidio del fiscal Nisman durante el gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner, creyendo erróneamente que si un gobierno es
legitimado en las urnas tiene el derecho a realizar cualquier cosa que desee;
Declarándose que el gobierno de
Argentina va a continuar realizando y avalando episodios de violencia
institucional, salvo que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decida intervenir para frenar
este plan sistemático y generalizado de impunidad y violación a la justicia;
Confirmándose que según la Coordinadora Contra la Represión Policial e
Institucional (Correpi) la Argentina se encuentra padeciendo el punto de
represión violenta más alto en los últimos 35 años de historia democrática,
llegando al punto de existir más de 1 muerto por cada día de gobierno del
Presidente Macri producto de ejecuciones extrajudiciales o torturas que suceden
debido a que no hay frenos desde las
instituciones del gobierno argentino sino todo lo contrario;
Impugnándose que el gendarme Emmanuel
Echazú, partícipe en la muerte de Santiago Maldonado miembro de la comunidad
tribal Mapuche, haya sido ascendido por el gobierno del Presidente Macri;
Denunciándose que el Presidente
Macri haya recibido y felicitado como un héroe y orgullo nacional a un policía
por haber disparado por la espalda a un supuesto delincuente que corría
desarmado, no sólo validando un crimen y ejecución extraoficial sino también
vulnerando la independencia del Poder Judicial al brindar total apoyo y
solicitar que el juez deje de investigar y procesar al policía homicida;
Criticándose al gobierno
argentino por estar compuesto por algunos funcionarios que reivindican
públicamente a la dictadura militar genocida que hace 35 años produjo un mínimo
de 8 mil desapariciones forzosas en Argentina, además de desarrollar un plan
sistemática de torturas y ejecuciones ilegales que han sido condenados como crímenes
contra la humanidad y genocidio;
·
Se
manifiesta que desde el punto de vista del constitucionalismo el derecho humano
a la protesta es totalmente legítimo y válido, incluso necesario y crucial para
el funcionamiento de la democracia, especialmente en un marco de pobreza y
desempleo, o cuando el gobierno instaura un sistema a favor de los más ricos
que ignora el bienestar de la población general;
·
Se
afirma concordancia con la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en requerir al Estado Argentino
que garantice la libertad de los periodistas al momento de cumplir su trabajo
informativo en el marco de manifestaciones políticas, no debiendo ser
detenidos, amenazados, agredidos ni limitados en el ejercicio de su profesión,
pues de lo contrario se estaría perpetuando un plan sistemático de violaciones
al derecho humano a la libertad de expresión;
·
Se
invoca el informe detallado presentado ante el Juez Torres por la Procuraduría de Violencia Institucional
(Procuvin), donde se detallan numerosos casos de abusos policiales, como
agresiones y detenciones arbitrarias;
·
Se
confirma que la detención arbitraria de periodistas en plena actividad de
filmación y fotografía de manifestaciones políticas ya había ocurrido
previamente durante la marcha a favor de la aparición con vida de Santiago
Maldonado, lo cual demuestra la naturaleza sistemática de las medidas ilegales
del gobierno argentino;
·
Se
condena al Presidente Macri como partícipe necesario del plan sistemático de
violencia institucional y abusos a los derechos humanos en Argentina, especialmente
por las detenciones arbitrarias, ejecuciones extraoficiales, y también por el
apartheid contra los Pueblos Originarios y Aborígenes, a quienes se los
discrimina sistemáticamente y se les niega de forma generalizada el acceso a
sus territorios, al alimento y a la salud, persiguiéndolos con falsos procesos
penales y tratándolos como la última
categoría de la sociedad civil, como afirma el cacique Félix Díaz;
·
Se
establece que el Presidente Macri incumplió compromisos firmados con los
Pueblos Originarios y Aborígenes, además de que continuó incumpliendo normas
constitucionales y tratados internacionales firmados por Argentina que obligan
al país a respetar los derechos de los pueblos tribales y comunidades
indígenas, como el Convenio 169 de la OIT;
·
Se
recuerda que el Presidente Macri ha expresado públicamente en varias ocasiones,
como en el Foro Mundial de Davos 2018, que en
Sudamérica todas las personas son descendientes de europeos, lo cual
constituye la negación explícita de la existencia de comunidades indígenas y
pueblos originarios de Argentina y el resto de Latinoamérica;
·
Se
asevera que la violencia institucional, las torturas, las detenciones
arbitraras y las ejecuciones extraoficiales continuarán existiendo con
impunidad en Argentina, incluso contra los Pueblos Budistas y Comunidades
Espirituales, a menos que la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) decida intervenir urgentemente para proteger la
sacralidad de la vida humana, no manteniendo silencio cómplice ante las
violaciones a los derechos humanos.
Realizado
dos mil seiscientos años después de la fundación e independencia de la Gran
Nación Budista.
Presidente
y Juez: S.E. Maestro Maitreya Samyaksambuddha
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